La Bolsa de Valores de la República Dominicana es una entidad privada, con criterios muy firmes de su rol en la sociedad dominicana, y con un código de ética, además de un régimen corporativo estricto, que la desvinculan de las actividades anteriores y privadas del presidente de esa entidad, señor Gregory Salcedo Llibre, ahora vinculado con los sobornos pagados por Odebrecht para hacer negocios en la República Dominicana.
Los accionistas de la Bolsa de Valores son los que tienen mandato para tomar acciones en una situación como la relacionado con el presidente de su Consejo de Directores. Y como no ha podido reunirse ese organismo, lo que se esperaba en este caso era una renuncia del señor Salcedo Llibre, para evitar contagio tóxico entre sus actuaciones dolosas y las que corresponden a una empresa que inició sus operaciones en los años 80 del pasado siglo y que resulta contraria a toda actuación ilícita y maliciosa de personas privadas, aún estén relacionadas con ella.
Ninguno de los accionistas de la Bolsa de Valores tiene más de un 9.9 por ciento de las acciones. Por tanto, es una entidad con un gobierno participativo, igualitario entre sus socios, y allí se reúnen las principales empresas financieras y puestos de bolsas reconocidos de la República Dominicana.
Hizo bien el señor Gregory Salcedo Llibre en presentar su renuncia a la presidencia del Consejo Directivo de la Bolsa de Valores de la República Dominicana. Lo hizo inicialmente mediante un correo electrónico breve, muy escueto, la noche del pasado martes 2 de julio, y al día siguiente, el miércoles, se se conocía públicamente la renuncia. Acento pudo confirmar que la renuncia es efectiva de inmediato, y que la carta del renunciante, de la que no tenemos otro conocimiento adicional a que se presentó, sería conocida este jueves, y sancionada favorablemente.
Los mercados de valores son muy sensibles en todas partes, y no hay razones para que no lo sea el mercado de valores dominicano. Es cierto que hasta el momento no hay ningún caso judicial, porque el Ministerio Público no ha comenzado a llamar a los implicados, pero ha dicho que investigará, y si lo hace tendrá que incluir a Gregory Salcedo Llibre y preguntar sobre los mecanismos utilizados por él para la recepción de fondos en el exterior, y a través del Departamento de Operaciones Estructuradas de Odebrecht.
La Bolsa de Valores de República Dominicana no es un ente que pueda actuar judicialmente contra su renunciante presidente, ni le corresponde. Ella no ha sido utilizada para ninguna estafa o soborno, y rigen en ella la supervisión, el código de buen gobierno corporativo y un régimen de consecuencias que le atañe y le acredita como una entidad solvente, administradora y gestora del mercado de capitales de la República Dominicana.
Claro está, tiene que evitar a toda costa los conflictos éticos dentro del mercado de valores, y estos conflictos los supervisa y sanciona la Superintendencia de Valores. No es el caso. Lo que corresponde al señor Salcedo Llibre es parte de una responsabilidad penal, investigada por el Ministerio Público, quien decidirá si lo somete o no a la justicia. Otra cosa es si cumplió o no con su responsabilidad fiscal por los montos recibidos.
Conocida ya esta renuncia de Salcedo Llibre, más el documento de admisión de los pagos recibidos por Andrés Dauhajre, y la renuncia de José Manuel Guzmán Ibarra, como subadministrador del Banco de Reservas, corresponde al Ministerio Público dar los pasos de lugar para ampliar su investigación. NO hay otro camino, y así se pone fin a las especulaciones, noticias falsas y muchas otras cadenas de acoso que comienzan a tomar cuerpo, entre redes sociales y susurros, en la sociedad dominicana.