Mi mensaje será muy breve. Como deben ser los mensajes en momentos de emergencias y de catástrofes para que sean escuchados, comprendidos y difundidos por todos. Será un telegrama, un twitter, un WhatsApp, un grito a las conciencias.
No se trata de un “fake news”. Es una declaración jurada por la cual asumo toda la responsabilidad. Y también la firman y asumen la responsabilidad todos los moradores afectados y los que salieron en una foto chiquitica dando la voz de alarma, protestando y pidiendo justicia para afrontar la tragedia comunitaria (Diario Libre, jueves 31.10.2019, pág. 29).
La tragedia. No es de ahora. Viene amenazando y haciendo daño desde hace tiempo. Estalló el jueves 24 de este mes cuando explotó la caldera lanzando gases altamente contaminantes en las inmediaciones de la empresa VERDE ECO RECICLAJE INDUSTRIAL (VERI) situada en Haina.
Estas son las víctimas: cientos de niños, mujeres, ancianos, escuelas, lugares de trabajo, de esparcimiento, iglesias, vendedores, el agua, el suelo, el aire, los alimentos. Y también todos los moradores de allí. Y todos nosotros. Y todo el país. Porque Haina es la patria.
Estos son los victimarios, los envenenadores: la empresa VERDE ECO RECICLAJE INDUSTRIAL (VERI), que incumpliendo una sentencia que dispone su cierre, aún sigue operando, generando peligro, angustia, miedo e intranquilidad a los moradores.
Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, el reciclaje de baterías de plomo-ácido usadas es una cuestión de salud pública debido a que esta industria está asociada a un alto nivel de exposición laboral y de emisiones al medio ambiente.
La misma OMS confirma que según datos de 2015, se estima que la exposición al plomo fue la causa de 495 550 muertes y la pérdida de 9,3 millones de años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD) debido a los efectos sobre la salud a largo plazo, con la mayor carga en países de ingresos bajos y medios (IHME, 2016). Los niños de corta edad y las mujeres en edad de procrear son particularmente vulnerables a la exposición y a los efectos tóxicos del plomo.
A quien va dirigido el telegrama. Al obispado de la Diócesis de Baní, al Consejo Dominicano de Unidad Evangélica, CODUE, al Ayuntamiento de Haina, al Ministerio de Medio Ambiente, al Ministerio de Defensa, al Ministerio de Salud, al Ministerio de Educación, a los medios de comunicación, al Senador de San Cristóbal, a las universidades, a los empresarios de Haina, a la Oficina Mundial de la Salud, OMS, a la Oficina Panamericana de la Salud, OPS, a UNICEF, al PNUD, a la Defensa Civil, al Defensor del Pueblo, a todos los líderes religiosos y comunitarios de Haina. A todos los dominicanos. Omití el gobierno de Danilo Medina y a las Cámaras Legislativas y a otros Ministerios porque están distraídos y ocupados en otras “cosas”.
El hecho preocupa. Y mucho. Porque cuando Haina es envenenada, también se “envenena” la patria y se generan rebeldías que pueden hacer “arder los pueblos”. Frente a esta tragedia, que deja víctimas a corto y largo plazo, los moradores de Haina y, ojalá que todos los dominicanos, no pedimos “máscaras antigases”, ni dádivas ni lástima. Pedimos respeto a la vida de los moradores. Pedimos justicia. Justicia, pronto, urgente.
Los gases, la indiferencia y la irresponsabilidad de la empresa VERDE ECO RECICLAJE INDUSTRIAL (VERI) y el silencio (cómplice) de los destinatarios de este telegrama pueden envenenar y matar a muchos. ¡Y todos seremos responsables por esas muertes!
Los destinatarios son muchos. Faltan otros. Que nadie se sienta obligado a responder. Que cada quien responda tan pronto como se lo dicte su conciencia, su amor al prójimo y su responsabilidad por el otro.
Están envenenando a Haina. Quien no quiera responder que no lo haga, que simplemente se convierta en cómplice de la muerte de los nuestros. Y a quien responda. ¡Que Dios y la Patria se lo reconozcan!