El Partido Revolucionario Moderno (PRM), supuestamente auténtico representante de la socialdemocracia como ideología progresista, ha optado por renunciar a un postulado esencial de su doctrina: La defensa decidida de los derechos de las mujeres, para permitir que sus legisladores voten en “libertad” sobre el tema de las tres causales en el Código Penal.

Muy temprano, desde la llegada del PRM al poder, Alfredo Pacheco, presidente de la Cámara de Diputados, dijo que se pretendía excluir las tres causales del Código Penal para llevarlas a una ley especial. Fue una de sus primeras iniciativas. Dijo ser partidario de las causales, pero que si las mujeres presionaban mucho votaría en contra de las causales. Claro, no estaba convencido, pese a que las causales fueron apoyadas formalmente por el Partido Revolucionario ¿Moderno?.

Y ahora resulta que los legisladores modernos (¿?) no están interesados en seguir la línea de su propio partido. ¿Extraño? Y están de acuerdo en seguir las orientaciones de los grupos conservadores, derechistas, de las iglesias y grupos evangélicos reaccionarios, que en su gran mayoría hicieron campaña contra las posiciones y candidaturas del PRM en las elecciones del 15 de marzo, municipales, y en las del 5 de julio, presidenciales y congresuales.

Las preguntas parecen obvias ¿Qué habrá pasado? ¿Cuáles argumentos tendrían los conservadores, evangélicos y católicos, para que el PRM renuncie a su posición oficial de apoyo a las causales, y deje en banda a las mujeres, a la sociedad civil y al movimiento juvenil que estuvo tan adherido a las posiciones políticas y electorales del Partido Revolucionario Moderno.

Hay que recordar que el PRM escogió a José Ignacio Paliza como presidente, en un momento crucial de la política local, y a Carolina Mejía como secretaria general, cuando Andrés Bautista, su presidente, y Jesús Vásquez, su secretario general, estaban siendo acusados de ser parte de los sobornos de Odebrecht. Marcha Verde estaba en las calles y el PRM necesitaba ofrecer un perfil fresco, juvenil, moderno, progresista, y eso fue muy importante para convertirse rápidamente en fuerza política dominante en el escenario, antes de seleccionar a Luis Abinader como su candidato presidencial.

¿Será esta la primera rectificación del PRM en asuntos importantes? ¿Cuál será la oferta de los derechistas y conservadores para que el PRM renuncie a un postulado político de defensa de las mujeres? ¿Vale la pena hacer una renuncia como esta, a todas luces oportunista e irresponsable, luego de alcanzar el poder municipal, el poder congresual y el poder ejecutivo con el apoyo de los progresistas de la sociedad?

¿No será esa la forma de comenzar a desandar los avances obtenidos, políticamente, para trillar el mismo camino del antiguamente progresista y ético Partido de la Liberación Dominicana, hoy rechazado ampliamente por la sociedad dominicana por su giro a la derecha y a la anti-ética?

En política hay compromisos circunstanciales, como los realizados por el hoy senador de Semaná para obtener la curul, con el apoyo de los grupos religiosos evangélicos, comprometiéndose a defender un Dios en quien nunca creyó, y abandonando una posición tradicional de vida, de defensa de los derechos humanos y derechos reproductivos, como parte de los derechos de las mujeres y las jóvenes y adolescentes. Mujeres y jóvenes agredidas, violadas, maltratadas, violentadas y ahora condenadas a morir como resultado del machismo ancestral prohijado por los grupos conservadores y religiosos.

Estas renuncias dan la impresión de que estamos frente a un grupo de políticos que se deshilacha como el zurcido sobre la tela. Solo hay que deshacer el primer punto para que los demás sigan por el carril sobre el que se montaron los demás. Y resulta lamentable, decepcionante. Como si los fundadores del PRM no conocieran que esa fue la misma historia trazada por el Partido Revolucionario Dominicano, del que se tuvieron que marchar para fundar el PRM. El PRD comenzó a renunciar a sus principios y ya no hubo forma de contener la desbandada y la renuncia a principios y valores. Y los ciudadanos lo vieron y los propios perredistas también lo comprobaron, y se marcharon a fundar otra fuerza política más afincada en valores. Es el PRM el que sigue recordando a José Francisco Peña Gómez, un socialdemócrata comprometido, un socialista democrático de valores.

El camino que están escogiendo los perremeistas es el del retroceso. Error que los opositores no van a desperdiciar para conseguir espacio y para sacar en cara que una cosa es con guitarra y otra distinta es con violín.