Un vídeo publicado en las redes sociales, y dado a conocer por Acento ayer, muestra la forma en que un guardián de seguridad de una tienda en un mercado de Santiago es asesinado por dos delincuentes, para llevarle su arma de protección, una escopeta.
En vídeo se ha vuelto viral, y se ve con total claridad la forma en que los delincuentes llegan y comienzan a disparar contra Danilo de los Santos, de 43 años, residente en Pastor, de Santiago. El objetivo es claro: Luego de los múltiples disparos, a quemarropa, despojan al herido de la escopeta y huyen.
Es claro que el propósito de una nueva arma en manos de los delincuentes es para seguir robando. Aunque sea vendida en algún bazar delincuencial, el objetivo de quien adquiera un arma como esa es insistir en el asalto y delincuencia.
El desprecio a la vida es ostensible. En el país asesinar se ha vuelto tan común, que ya los criminales ni siquiera indagan sobre el objeto del crimen: Llevarse un escopeta, robarse un celular o recibir unos cuantos pesos lo justifica. Hay quienes están acusados de matar a otros y salen de la cárcel sin ninguna dificultad, como el síndico de Bayaguana, que fue acusado de mandar a asesinar a un regidor de su propio partido, y está en libertad bajo fianza. Y ahora alega inocencia e injusticia en su contra.
Esto da la impresión de que asesinar regidores podría ponerse de moda, porque son pocas las consecuencias. El sábado pasado otro regidor fue asesinado en un colmado de su propiedad, y la impresión es que los asesinos eran sicarios que fueron directo a darle muerte. El regidor Venancio de la Cruz Trinidad, del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), en la alcaldía de Sabana de la Mar, trabajaba en su negocio de forma regular y se presentaron dos individuos para asesinarle. Y pese a que el regidor estaba armado, no pudo hacer uso de su arma y cayó muerto de varios disparos.
El desprecio por la vida aumenta en nuestra sociedad. ¿Qué decir de la viralización en redes sociales de ambos vídeos? Una hipótesis es que la gente gusta de consumir violencia sangrienta, y más cuando se trata de una violencia que es cercana, que está al doblar de la esquina. La otra hipótesis es que mucha gente mira estos vídeos para tratar de identificar a los criminales o sicarios. Pero la pregunta que ronda cualquier mentalidad inquieta es ¿Después de mirar estos vídeos, si no logra saber quiénes son las víctimas ni los victimarios, usted que hace? Irse tranquilo a su trabajo, a su casa o desplazarse a cualquier gestión cotidiana sin pensar que esto le podría ocurrir a usted o a cualquier allegado suyo.
El desprecio a la vida, con actos de violencia como estos no toca a todos y a todas. Miles de personas han muerto en circunstancias parecidas, o han resultado lesionadas. Eso no es consuelo para nadie. La muerte de un semejante en estas condiciones produce mucho dolor y rabia, y debe colocarnos en condiciones de hacer algo para que esto no siga pasando.
Una cosa es quedarse indiferente y otra es rechazar la violencia, con criticidad, militancia. Usted puede apoyar las buenas acciones de la Policía Nacional y el Ministerio Público para que estos actos violentos no se repitan, pero también puede exigir que los jueces actúen con responsabilidad cuando dejan en la calle a los criminales o sicarios, tengan o no apellido o tengan o no relaciones políticas.
El desprecio por la vida no puede continuar. Si nos quedamos indiferentes este mal seguirá creciendo. Si nos empedramos como ciudadanos y pedimos más prevención, más responsabilidad de la Policía y de los jueces, tal vez las cosas comiencen a cambiar. Nosotros no pedimos “mano dura”, porque eso es firmar sentencia de muerte en blanco, para que los agentes asesinen en la calle, a mansalva a ciudadanos que pudieran ser inocentes. Los tribunales deben hacer su trabajo, y en el país no existe la pena de muerte, por tanto ningún agente o autoridad está legalmente facultado para dictar la pena de muerte de nadie.