Como cada año, ofrecemos íntegro el balance del movimiento cívico Participación Ciudadana. como un aporte al conocimiento de los temas más trascendentes que ocuparon la atención social, política, institucional y económica de la República Dominicana. Este balance se ofrece en partes, debido a la extensión que tiene y a la profundidad que logra en cada uno de los temas que aborda. El año que acaba de finalizar representó un revés para el presidente Danilo Medina:
2.4.- Desciende la valoración de la gestión del Presidente Danilo Medina
Desde que asumió el poder el Presidente Danilo Medina había gozado de una alta valoración por parte de la ciudadanía, que se manifestaba de manera reiterada en todas las encuestas de opinión. Llamó poderosamente la atención que a partir del éxito del Movimiento Marcha Verde en su lucha contra la corrupción y la impunidad, las encuestas tradicionales y más acreditadas no ofrecían a la ciudadanía el resultado de estudios realizados sobre la situación política nacional. A la movilización de la Marcha Verde en todo el territorio nacional se agregó en este año de 2017 que el ritmo del crecimiento económico ha disminuido de manera sustancial, pese a las medidas tomadas por el Banco Central para reactivar la economía.
La encuesta Gallup-Hoy, en su primera entrega el lunes 30 de octubre, muestra una fuerte disminución de la valoración positiva de que gozaba la gestión del Presidente Medina, que en febrero de 2014 alcanzaba un 87%, se había reducido a octubre de 2017 al 51.4%. Y todavía gravitan sobre el gobierno problemas no enfrentados y demandas no satisfechas que podrían disminuir aún más esta valoración positiva que está en torno a la mitad de la población.
2.5.- El partidismo y el sindicalismo en crisis
El desorden institucional que afecta al país ha sumido en crisis a los partidos tradicionales y casi en la insignificancia al movimiento sindical. Mientras las organizaciones de profesionales siguieron afectadas por la incursión del partidarismo político que sólo busca instrumentarlas.
Las encuestas han mostrado que por primera vez menos de la mitad de la población expresa su afiliación o simpatía por los partidos políticos, y una mayor proporción no les tiene confianza. Sigue mostrando una aguda incapacidad para concertar acuerdos y para interpretar el sentimiento de la ciudadanía.
En el Partido Reformista Social Cristiano prosiguió la lucha de facciones por su control, cada vez más enconada. En el Partido Revolucionario Dominicano, su presidente Miguel Vargas, amparado en el reparto de los cargos gubernamentales fruto de su alianza con el gobernante, sufre una reducción tan fuerte que 14 de los 26 diputados que obtuvo en el 2016 se han declarado independientes o han emigrado, principalmente hace el Partido Revolucionario Moderno. Vargas, ministro de Relaciones Exteriores, montó un espectáculo en noviembre cuando envió una carta a su correligionario César Mella, director del moribundo Instituto Dominicano de Seguros Sociales, advirtiéndole que sería destituido por no atender los requerimientos de empleos (se dijo que también de contrataciones) de su partido. Lo peor fue que el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, justificó esa barbaridad en el pacto político.
La situación del Partido de la Liberación Dominicana ya es definida como de crisis, por el prematuro enfrentamiento por la candidatura presidencial para el 2020, tanto que se formulan advertencias de una posible división dado el nivel de encono entre los dos líderes que se disputan su control. La mayoría de los organismos del PLD han dejado de operar y la confusión no permite visualizar árbitros que reencaucen ese partido.
Por su parte el Partido Revolucionario Moderno, resultado de la gran mayoría que abandonó el PRD, no ha dejado de confrontar tensiones. Aunque los organismos optaron por rechazar el padrón abierto que propulsa el sector peledeísta que domina el poder, un grupo interno no ha dejado de expresarse en dirección contraria, aduciendo libertad de expresión. Sin embargo el partido parece salir adelante con la elaboración de un padrón de miembros, que le permitiría realizar una convención para elegir autoridades a principios de febrero, lo que sería un éxito y demostraría que los partidos pueden tener un padrón eficiente y confiable.
Otros partidos de oposición, como Alianza País, Alianza por la Democracia y Dominicanos por el Cambio han sostenido un discurso vigoroso en defensa de la institucionalidad democrática y condena de la corrupción y la impunidad. Unos ocho partidos opositores han mantenido a lo largo del año algún nivel de concertación. Por igual el Foro Permanente de Partidos Políticos que ha sustentado posiciones propias de organizaciones emergentes, al margen de que la mitad de sus integrantes son aliados del partido gobernante.