A través de sus acciones en contra de la magistrada Miriam Germán, en el contexto de las evaluaciones del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), se ha dejado ver a grandes rasgos la persona del señor Jean Alain Rodríguez. Al momento de la "evaluación" hubo perplejidad, al ver los cuestionamientos inesperados, sorpresivos, en violación al debido proceso, e incluso refiriéndose de forma despectiva a un hijo de la Magistrada Germán, el cual posee capacidades diferenciadas, y cómo llegó hasta acusarla de utilizarlo como testaferro.
Gran revuelo causaron sus acciones, quizás ni él mismo se esperaba que la sociedad rechazara de tal forma los agravios proferidos contra la Miriam Germán (aunque según sus propias palabras todo fue una "conmoción innecesaria"). Está equivocado el señor Procurador: fue una conmoción muy necesaria porque en el trayecto se evidencia una trama muy clara y personalizada para sacar a Miriam Germán de la Suprema Corte de Justicia. Lo que ha sucedido es, que mientras más el Procurador intenta devaluarla, más la tienen presente los miembros de la sociedad.
Más adelante, cuando intentó disculparse lo que hizo fue agredir nuevamente. No hay que ser un experto en disculpas para no comprender cómo una persona puede disculparse y proferir nuevamente los agravios en relación a los cuales se está disculpando. Se disculpó ante la madre, ante la mujer, pero ante la jueza no, porque su soberbia no le permitió ver que ante la jueza también cometió agravios, con una acusación sorpresiva de la cual ni ella, ni los demás miembros del CNM tenían el menor conocimiento, y a la cual Jean Alain Rodríguez colocó en un estado de indefensión. En sus “disculpas”, habló justificando sus acciones por la amistad de la magistrada Germán con el señor Víctor Díaz Rúa, y la importancia del caso Odebrecht. ¿Seguro que estaba disculpándose señor procurador? Debería aprender a diferenciar cuándo debe actuar como Procurador General de la República y cuando debe actuar como consejero del CNM, porque al referirse al caso Odebrecht como justificación a sus acciones, está actuando como Procurador General de la República.
No obstante tomemos en cuenta que a pesar de la emboscada sorpresiva, lesiva de derechos fundamentales, la magistrada contestó a sus inapropiados cuestionamientos, incluso refiriéndole que todas las justificaciones sobre su patrimonio estaban en manos del Poder Judicial a través de su declaración jurada, la cual aparentemente el Procurador y su equipo de investigadores no se tomaron la molestia de mirar antes de realizar sus cuestionamientos.
En ningún momento, a excepción de los miembros del CNM que pertenecen al PRM, nadie en el seno del CNM ha admitido que realmente el Procurador, con sus acciones, violó el reglamento del consejo, y violó los derechos constitucionales de una jueza, de un ser humano, violentó el derecho al debido proceso, el cual también aplica para el ámbito administrativo. Quizás para el Procurador 40 años de una trayectoria intachable, de tomar decisiones que pudieron costarle la vida en algunos momentos, y de mantenerse firme a sus principios no signifique nada, quizás, el Procurador no alcance ni siquiera comprender el significado de esto. La magistrada Germán tiene en la judicatura ejerciendo de una manera ejemplar tanto o más del tiempo que los que tiene de vida Jean Alain Rodríguez. Es una carrera intachable y reconocida que ahora, por motivos espurios el Procurador quiere pisotear y enlodar.
Según el Procurador, ya él daba ese asunto por cerrado. Eso respondió a los periodistas que lo abordaron. Pero vaya sorpresa! El 15 de marzo en la rueda de prensa del Consejo Nacional de la Magistratura, se da a conocer que el Procurador entregó, vía la Secretaría del CNM, los documentos que justifican su violación del reglamento del CNM, los cuales el Consejo consideraría conocerlos “si lo entiende pertinente”, en franca violación nuevamente al debido proceso en relación a la magistrada. Es decir, los miembros del Consejo pueden tener acceso a estas comunicaciones, sin embargo la persona agraviada no. ¿Cómo saber cuál es el estándar para que el Consejo entienda “pertinente” conocer sobre estos documentos? Según el magistrado Fran Soto, no violan el reglamento porque el Consejo tiene la facultad de recabar informaciones que entienda necesarias, pero estas informaciones no surgieron mediante un proceso de recabación de información, estas informaciones surgieron en una entrevista, que repetimos, constituyen tanto una violación al debido proceso como al reglamento del CNM. Es una reiterada violación de los derechos de Miriam Germán.
Es sorprendente hasta dónde pretende el Procurador quebrantar la institucionalidad por una vendeta personal. El Procurador, como mencionáramos anteriormente, en el Consejo no actúa como Procurador General de la República, y ante tales graves acusaciones lo que debió hacer es abrir una investigación, no emboscar a la magistrada en lo que se supone fuera su evaluación del desempeño. Esa evaluación es un derecho al que ella tiene derecho y que finalmente no se le conoció por los ataques del Procurador.
La Procuraduría General de la República, en televisión dio datos del del domicilio de Miriam Germán, al mismo tiempo que el señor Bolívar Sanchez Veloz reveló los 10 dígitos de su número de teléfono, colocando tanto a la magistrada como a su familia, en una situación vulnerable. Eso no se ha hecho nunca con ningún juez, pero como la PGR parece estar por encima de todos y de todo, esto le es completamente indiferente.
Frente a la magistrada Miriam Germán, la actitud del Procurador califica como una persecución, en la cual el persecutor se muestra dispuesto a comprometer la institucionalidad de la Procuraduría General de la República y del Consejo Nacional de la Magistratura para enlodar a la magistrada Germán. Por eso nos preguntamos ¿de dónde viene tanta saña e irrespeto señor Procurador? Que pena, que, como sociedad, volvamos a los tiempos donde se utiliza el aparato estatal para perseguir a aquellas personas que no sean del agrado de dicho aparato, lo único que en este caso, las persecuciones son morales y a través de los todos los medios legales e ilegales, contra una persona que sólo tiene el trabajo bien realizado y responsable, como método y riqueza de vida.
¡Ay! señor Procurador, la figura de la magistrada le ha quedado bastante grande a usted, por su dimensión profesional y ética. El Procurador ha llegado 40 años tarde para enlodar la moral de la magistrada Miriam Germán. Solo hay que esperar que, a pesar de todos estos tropiezos, que ningún otro aspirante a la Suprema Corte de Justicia tenga la desventura de verse en la situación de la magistrada Germán, y que lo que queda del proceso, pueda rescatarse del pantano de dudas y cuestionamientos en el que Jean Alain Rodríguez lo ha sumido.