El arquitecto Eduardo Selman acaba de ser designado como ministro de Cultura, en sustitución del señor Pedro Vergés, escritor y diplomático.
Muy pronto en el gobierno se hizo claro que la gestión del doctor Vergés estaba seriamente lesionada, desde sus inicios en agosto de 2016, porque fue el sector en el que le surgieron más críticas y más crisis a la gestión gubernamental. Serios cuestionamientos con las escuelas de formación artísticas, con las designaciones, con las ferias del libro y con la propia administración cotidiana de una cartera de muy escaso presupuesto.
El presidente Medina estaba buscando un ministro que pudiera bajar las tensiones en el área cultural, y que abriera un diálogo con posibilidad de subsanar algunas de las heridas que ya estaban supurando entre artistas e intelectuales. Conocidas las capacidades y virtudes del doctor Vergés, es seguro que encuentre un área de trabajo con menos choques y en donde pueda lidiar con el menor número de personas, para que reduzca al mínimo las contradicciones a su alrededor. Con su primera novela, Sólo cenizas hallarás, el doctor Vergés demostró un gran dominio de la técnica novelística, y hasta de la idiosincrasia dominicana, y tal vez pueda volver sobre esos caminos. O recurrir a su gran pasión por la poesía, y comenzar a publicar los libros que ya tiene escritos con poemas.
El tema, sin embargo, que nos ocupa es el ministerio de Cultura bajo la dirección del arquitecto Eduardo Selman, a quien se le conoce su pasión por el arte, pero no necesariamente ha sido alguien a quien se le tenga como perteneciente al activismo cultural.
Tal vez eso convenga, y sea la gran ventaja del arquitecto Selman. No forma parte de ninguna escuela, ni de ninguna corriente. Se se le vincula a grupos de los que operan como parlanchines del área cultural. Eduardo Selman podría realizar, si se lo propone, la mejor gestión en el área cultural del gobierno. Necesitará gestionar los recursos necesarios para, por ejemplo, condicionar físicamente los museos dominicanos, y principalmente los que se encuentran en el Distrito Nacional, que dan pena y no realizan las funciones para las que fueron creados. Por ejemplo, es una lástima lo que ocurre con el Museo Nacional de Historia y Geografía, o lo que pasa al Museo de Historia Natural. Requieren recursos para mejorar sus instalaciones, y especialistas que puedan servir para la conservación del patrimonio que ha sido puesto en sus manos.
El nuevo ministro de Cultura puede dar un gran paso de avance con la Editora Nacional, formando un equipo de especialistas que se encargue de las propuestas de edición y publicaciones del ministerio. Eso incluye sacar la gran cantidad de publicaciones que se encuentran en los almacenes del Ministerio y que jamás se distribuyeron porque primó el criterio de que las publicaciones no debían regalarse o distribuirse a bajos precios, sino que cubrieran sus costos. Las tres ediciones de la revista País Cultural nunca se distribuyeron, porque la intención era vender los ejemplares. Tampoco se hizo el esfuerzo para colocarlas en los canales de distribución existentes. El arquitecto Selman debe sacar todo eso a la calle, y evitar su pérdida por desactualización.
Las escuelas de formación artísticas deben ser estimuladas a seguir desempeñado un rol destacado en la promoción de las potencialidades que tenemos. Los festivales de teatro, que han quedado rezagados, lo mismo que los proyectos relacionados con la cultura popular y la cultura dominicana en el exterior, hay que echarlos adelante. No tener miedo a promover la bachata como patrimonio intangible del pueblo dominicano.
El arquitecto Selman tiene experiencia administrando proyectos en el sector inmobiliario, ha desarrollado funciones administrativas en el Palacio Nacional, así como funciones consulares, y podría ser una persona que recupere el terreno perdido en el área de la cultura. Ojalá que así lo entienda él y lo entiendan los artistas, intelectuales y activistas culturales, que hoy todavía están preocupados porque desconocen lo que pasará en el Ministerio de Cultura, ahora que comienza la gestión del arquitecto Selman.