La educación superior de la República Dominicana comienza a dar pasos importantes. Siempre hemos conocido las declaraciones y acuerdos rimbombantes de universidades dominicanas con centros académicos en Estados Unidos, España, Canadá o cualquier otro país. Esos acuerdos que permiten a estudiantes dominicanos acudir a centros de educación superior en otros países nos parecen importantes y como puntos luminosos en las universidades locales que los obtienen.
Nunca habíamos conocido de acuerdos entre universidades dominicanas. Si un estudiante de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña deseara pasar un cuatrimestre en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, sería de gran importancia un paso en el conocimiento más profundo sobre los métodos de enseñanza, tal como lo sería si se marchara a compartir experiencia en una universidad del exterior.
El caso es que este martes 6, a las 5 de la tarde, cinco universidades dominicanas darán a conocer que se han puesto de acuerdo y firmarán un “acuerdo de movilidad local” que permitirá precisamente que estudiantes de las universidades firmantes puedan pasar períodos en una de esas universidades, distintas de la que formalmente escogió para realizar su título académico.
Celebremos este acuerdo, que cuenta con el apoyo del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología. Todo el Mundo sabe la competencia que existe entre las universidades dominicanas, y los celos que mantienen los centros académicos para mantener su imagen de calidad por encima de cualquier duda. En esa batalla es probable que algunas heridas sean infringidas a los otros centros académicos.
Ahora estamos dando un paso de avance. Y son centros académicos privados los que han tomado la iniciativa. El Instituto Tecnológico Santo Domingo (INTEC), la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), la Universidad APEC (UNAPEC), la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) y la Universidad Iberoamericana (UNIBE) son los centros académicos que han decidido dejar atrás muchas prácticas nocivas e irracionales, y comenzar a cooperar localmente entre ellas, para que sus estudiantes puedan ser acogerse a ese acuerdo de movilidad local.
Es un paso significativo entre los centros académicos locales. Con este acuerdo le darán la oportunidad a sus estudiantes de abrirse a otras experiencias académicas distintas de la propia, a compartir estilos, modelos, campus, compartir con estudiantes de otras procedencias. Pedagógicamente también el acuerdo representa una transparencia amigable hacia los centros de enseñanzas de la competencia.
Abrazamos efusivamente esta idea, la estimulamos y creemos que es apenas un primer paso para mejorar la cooperación entre las universidades dominicanas. Solo quien conoce lo importante que es el compartir académico entre estudiantes de universidades distintas puede valorar la relevancia que este acuerdo tiene. Un gran paso en la educación superior, con el deseo de que la universidad estatal pueda algún día ser parte de algo como esto.