Washington (EFE).- El presidente de EE.UU, Donald Trump, dejó claro que no le importan las consecuencias políticas que un cierre del Gobierno pudiera tener para sus colegas republicanos en las elecciones legislativas, algo a lo que está dispuesto a llegar si el Congreso no concede fondos para la construcción de su muro con México.
"No me importa cuáles sean las ramificaciones políticas, nuestras leyes de inmigración y seguridad fronteriza han sido un desastre completo y total durante décadas, y no hay forma de que los demócratas permitan que se solucione sin un cierre del Gobierno", aseguró el mandatario hoy en su cuenta de Twitter.
"La seguridad fronteriza es seguridad nacional y la seguridad nacional es la viabilidad a largo plazo de nuestro país. ¡Un cierre del gobierno es un precio muy bajo para pagar por un EE.UU. seguro y próspero!", insistió.
Trump lleva varios días amenazando con la idea de forzar un cierre administrativo el próximo 30 de septiembre, cuando vencen los fondos del actual año fiscal, si en el próximo pacto presupuestario no hay una partida destinada a levantar su tan prometida barrera fronteriza.
Aunque el pasado enero el Congreso incurrió en el cierre parcial del Gobierno durante unos días, coincidiendo con el primer año de mandato del multimillonario, frenar las agencias federales a apenas un mes de los comicios legislativos puede traer graves consecuencias políticas.
Especialmente para los republicanos, que son quienes ostentan la mayoría en las dos cámaras del Capitolio y quienes, al liderar el devenir del Legislativo, sufrirían el juicio de los votantes de forma más voraz.
Gayle Alberda, profesora de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad de Fairfield (Conneticut), considera que "los votantes podrían volcar su frustración por el cierre sobre los republicanos el día de las elecciones".
"Si esto sucede, y los demócratas ganan escaños en cualquiera de las cámaras, podría afectar la capacidad de Trump para aprobar futuras políticas", indicó a Efe la experta.
Mientras tanto, los demócratas están tratando de movilizar a sus votantes para lograr recuperar al menos la Cámara de Representantes, donde más de una veintena de republicanos han decidido retirarse de la carrera electoral, abriéndoles una oportunidad única.
Por eso, los analistas esperan que los republicanos busquen negociar un presupuesto conciliador con los demócratas, con el objetivo de que no bloqueen el pacto y puedan evitar el caos de dejar sin fondos a la administración pública.
Sin embargo, Trump podría vetarlo y dejar al Gobierno sin fondos.
"Trump es un negociador que cree en el uso de amenazas como un medio para obtener lo que quiere", consideró en declaraciones a Efe el profesor de Ciencia Política de la Universidad de Iowa Steffen Schmidt.
"Está claro que la mayoría republicana en el Congreso no lo seguirá en esa dirección. Es otra de sus muchas declaraciones no creíbles. Al parecer, piensa que esta es una buena manera de obtener más fondos para un muro a lo largo de la frontera con México, algo que tampoco es muy popular entre los republicanos del Congreso", agregó.
Trump cedió hasta en dos ocasiones en el pasado sobre los presupuestos federales, donde finalmente no logró que se incluyera en el gasto la partida para el muro, pero, a la luz de sus últimas declaraciones, su paciencia podría estar agotándose.
"El muro fue algo sobre lo que Trump hizo campaña, y se está acercando al ecuador de su mandato", apunta Alberda.
"Las campañas de reelección exitosas a menudo dependen de la capacidad del candidato para decir que prometió tal o cual cosa y decir que lo logró. Esta podría ser la razón por la cual Trump está convirtiendo el muro en una parte importante de las discusiones presupuestarias, porque quiere poder decirle a los votantes que en dos años logró esta promesa de campaña", reitera.
Al mismo tiempo, Trump ya ha comenzado a hacer campaña para los candidatos republicanos más próximos a su línea ideológica, y precisamente hoy se dirige a Tampa (Florida) para respaldar al candidato de su partido a la Gobernación de ese Estado, Ron Desantis.
El próximo 5 de noviembre los estadounidenses están llamados a las urnas para renovar los 435 asientos de la Cámara Baja, un tercio del Senado y algo más de una treintena de gobernaciones, además de cargos locales y estatales. EFE