"Gracias, Ford, por descartar una nueva planta en México y crear 700 empleos nuevos en los Estados Unidos. Es sólo el comienzo, mucho más seguirá": con ese tuit, el presidente electo Donald Trump intentó quedarse con el crédito de la decisión de la compañía automotriz, que en lugar de abrir una fábrica en San Luis Potosí abrirá una en Flat Rock, Michigan.
Sin embargo, la verdadera razón tras la decisión de Ford no sería la política del mandatario que asumirá en dos semanas.
Son los planes a largo plazo de la automotriz, que quiere enfocarse en liderar el mercado de automóviles eléctricos, para lo cual necesita personal que tenga conocimientos de informática, más graduados de la universidad que de la escuela secundaria, mano de obra altamente calificada, más fácil de conseguir en Estados Unidos que en México.
Por eso también la inversión será menor, con miras a mayores ganancias: la automatización de los procesos permite que con menos empleos pero de mayor calificación la planta funcione con eficacia. Si en San Luis Potosí la inversión hubiera sido de USS 1.600 millones, en Michigan será de USD 700 millones.
Thank you to Ford for scrapping a new plant in Mexico and creating 700 new jobs in the U.S. This is just the beginning – much more to follow
El equívoco se creó en la cuenta de Twitter de Trump, quien tomó crédito por la decisión de Ford al citar una declaración del director ejecutivo de Ford, Mark Fields: "Vemos un ambiente más positivo para la manufactura en los Estados Unidos bajo el presidente electo Trump y las políticas a favor del crecimiento y las propuestas de las que habla. Por eso esto es un voto de confianza".
Trump, que durante su campaña había calificado la prometida fábrica mexicana como "un escándalo absoluto", omitió que Fields también aludió a que en los Estados Unidos estaba en baja la demanda de automóviles pequeños como los que se hubieran fabricado en San Luis Potosí y que hubiera tomado la misma decisión aun si los resultados de la elección hubieran sido distintos.
Poco antes del anuncio de la segunda automotriz en importancia del país, Trump había fustigado a la primera en Twitter: "General Motors envía a los concesionarios estadounidenses modelos de Chevy Cruze hechos en México, libres de impuesto. ¡Fabriquen en Estados Unidos o paguen un gran impuesto en la frontera!". Cuando los ejecutivos principales de Ford les notificaron a Trump y al vicepresidente electo Mike Pence que habían decidido cancelar el proyecto mexicano y ampliar la planta de Michigan, Trump se apresuró a atribuirse el hecho como un triunfo y contó también que Fields había elogiado sus propuestas sobre regulación e impuestos.
"Está naciendo la era del vehículo eléctrico", dijo Fields ante un grupo de empleados. "Y en Ford pensamos en liderar este futuro apasionante". La empresa invertirá un total de USD 4.500 millones en ese rubro en los próximos tres años.
Los trabajadores de Flat Rock construirán básicamente vehículos eléctricos y de manejo sin conductor, explicó The Washington Post, incluido un Mustang híbrido. "Somos una multinacional global, nuestro hogar está aquí, en los Estados Unidos. Para nosotros es realmente importante ser fuertes y dinámicos aquí", agregó Fields.