SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Los altos niveles de exclusión social e informalidad laboral siguen bloqueando el paso al desarrollo incluyente en República Dominicana, a pesar del sostenido crecimiento macroeconómico y el buen clima de negocios de que presumen las cifras oficiales.

Aunque la economía creció a un promedio anual del 5.7% entre 1991 y el 2013, esto no se ha traducido en una reducción de la pobreza y la desigualdad que afecta sobre todo a los jóvenes dominicanos, indicó este miércoles el representante local del Banco Mundial, McDonald Benjamin.

La población pobre del país pasó “de 32% en el 2000 a casi 50% en 2004 -con la crisis financiera- y terminó en 40% en el 2011”, proporción muy por encima del 30% promedio en América Latina y el Caribe.

En ese mismo período, la parte de la población con más de tres necesidades básicas insatisfechas descendió de 29.5% a 19.8%, pero “persisten diferencias en términos de la calidad de los servicios” entre los distintos segmentos, en función del nivel de ingresos.

Asimismo, el funcionario del BM resaltó las limitadas oportunidades de movilidad económica que hay en RD, cuando menos del 2% menos de la población pudo ascender de clase o posición económica en ese mismo período, en comparación con el 41% de la región que sí pudo hacerlo.

McDonald aseguró que hoy día “hay un millón más de pobres” en el país que en el 2000, hace casi 15 años.

Jóvenes sin empleo y acceso a internet

“La creciente productividad no ha sido acompañada por salarios reales más altos, y los sectores de alto crecimiento no han generado muchos empleos”, dijo el funcionario del BM en el marco del Almuerzo Mensual de la Cámara Americana de Comercio (AmchamRD).

Mientras en América Latina y el Caribe la población de clase media es mayor a la de bajos ingresos en una relación de 32% a 27%, en la RD hay un “estancamiento” de este segmento, con solo un 23% de población de clase media, frente a un 40% de pobres.

“Con las tendencias vigentes, se podrán igualar la oportunidades para todos los jóvenes sólo en 30 años”, proceso que en el resto de la región se tomaría 24 años, apuntó.

Las cifras del BM arrojan que la tasa de desempleo es dos veces más alta en los jóvenes dominicanos que en el promedio de la población: de un 30% frente a 15%, al tiempo que aproximadamente la tercera parte de los y las jóvenes “ni trabajan ni estudian”.

Otro escollo que frena a los jóvenes es el limitado acceso a internet, particularmente en la RD, donde “uno de cada seis municipios no tiene cuentas registradas, y solo uno de cada cinco hogares tiene internet, sobre todo en el eje del país, a un costo muy elevado”.

Consideró que con una “modesta inversión” se pude cerrar esta brecha digital y conectar las 155 cabeceras municipales en menos de cinco años.

Un aumento de 10% en el acceso a la conectividad redunda en un crecimiento cercano al 1.3% del Producto Interno Bruto, aseguró el representante del BM.

Al referirse al papel que toca al Estado en promover “oportunidades para todos” y un crecimiento con inclusión, McDonald apuntó que el 70% de la reducción de la pobreza en la región (70 millones de personas desde 2003) “se explica por más y mejores empleos”, no por emisiones de bonos solidarios o por las remesas enviadas desde el exterior.

“Por lo tanto, la primera prioridad tiene que ser sustentar el crecimiento y hacerlo más incluyente a través de la creación de más y mejores empleos”, concluyó el orador invitado de la AmchamRD.