SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La carga impositiva con que bombardea el gobierno de Donald Trump a líderes comerciales de la competencia de China, Japón y los países miembros de Unión Europea ‘‘nos va a afectar a todos. A México, Centroamérica, República Dominicana…’’, explicó el escritor y periodista Andrés Oppenheimer durante su reciente visita al país.
‘‘A los países de Suramérica, que exportan materia prima a China les va a afectar también, porque si China deja de crecer como venía haciéndolo –por una guerra comercial–, va a comprar menos productos agrícolas –por ejemplo– a América Latina, entonces nos va a pegar fuerte a todos’’, explica.
El aislamiento de Estados Unidos es insostenible. ‘‘Esto es una locura, esto es una pésima política de un pésimo presidente’’, consideró.
Para el escritor, el camino apunta a seguir trabajando en la integración. ‘‘Por ejemplo, los países del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), cuando salió Estados Unidos, siguieron adelante ellos mismos’’.
Desde su mirada, para el Caribe y América Latina una vía ingeniosa conduciría a concretar mayores acercamientos a la Unión Europea y a otros países, como los asiáticos.
Otro camino es la innovación. Pero, agrega más adelante, los estados de la zona deben abrir surcos profundos y esperar resultados en el mediano y largo plazo.
El escritor del libro ‘‘Crear o morir’’ menciona que hasta hace poco el desafío era aumentar los mercados mediante tratados de libre comercio, ahora ‘‘cada vez más’’, el reto consiste en inventar nuevos productos. ‘‘De poco te sirve hacer un acuerdo de libre comercio si otro país está produciendo lo mismo y más barato, y no poder competir’’, alerta.
Oppenheimer ofreció una conferencia este martes durante el Segundo Foro de Mercado de Valores donde habló sobre los desafíos de la región en la era de la innovación.
Dijo que la automatización afectará más a estados de ingresos medios, como México, Brasil y Argentina, cuyos costos laborales representan por cientos ‘‘muy altos’’.
Sin embargo, advirtió a los empresarios que participaron en el Foro sobre la necesidad de que países emergentes, como la República Dominicana, empiecen a dar los primeros pasos hacia la automatización y la innovación, ante una región que mira con desdén el desarrollo científico.
Criticó que América Latina carezca de una cultura innovadora que se enfoque en financiar programas de investigación y desarrollo.
‘‘No veneramos a nuestros innovadores como veneramos a nuestros deportistas’’, ejemplificó.
De ahí, según dijo, la importancia de trazar lazos familiares con la educación, que sobrepasen los parámetros estatales y que obligue a los gobiernos a priorizar sus políticas. Si esto sucede, prevé Oppenheimer, en 10 o 15 años se cosecharán los primeros frutos.
‘‘Si no tenemos científicos con la capacidad intelectual para crear, para innovar, no vamos a introducir patentes de nuevos productos’’, subrayó.
Como evidencia de que ‘‘estamos muy, pero muy atrás en invención, investigación y desarrollo’’, trajo las estadísticas del año pasado sobre registro de patentes a nivel mundial. Estados Unidos registró 160 mil patentes de nuevas invenciones, Corea del Sur –que hace 50 años era tan pobre como la República Dominicana– 18 mil, mientras que toda América Latina junta 1,600 patentes. Toda América Latina junta registró menos del 10% de las patentes de Corea del Sur.
‘‘Lo peor que nos puede pasar en América Latina es creer que estamos bien, cuando estamos mal. Y en educación estamos mal’’, adujo.
En el Foro, organizado por la Asociación de Puestos de Bolsa de la República Dominicana, también participaron los el economista chileno Guillermo Larraín, y Alfredo Ibargüen, exvicepresidente de Tesorería y Mercados Capitales, quienes expusieron sobre el gobierno corporativo y el rol del mercado de valores en el crecimiento y desarrollo dominicano.