SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La compra de la deuda contraída con Venezuela mediante el acuerdo Petrocaribe y la depreciación del crudo brindan al Gobierno dominicano una coyuntura favorable para poner un “tope” al nivel de endeudamiento, en lugar de seguir sustituyendo deudas, indicó el economista Peter Prazmowski.
“Petrocaribe logró un ahorro importante, de aproximadamente 2,900 millones (de dólares) en el presupuesto, entonces entendemos que como eso se ha reducido, se debería tratar de poner un tope a ese nuevo nivel, a menos que el endeudamiento adicional realmente tenga un beneficio claro para el país, porque tenemos la costumbre de liberar deuda para coger más deuda”, sostuvo.
Prazmowsky, asesor ejecutivo del Grupo E. León Jimenes, calificó de “muy buen negocio” para la República Dominicana la operación con la que se saldó el 98% de esta deuda bilateral.
“Cuando tú analizas el plan completo, o sea, el ahorro real que tú tienes en tu capacidad de deuda, versus los pagos futuros, es un negocio que financieramente es rentable”, expresó el economista en el marco del panel “Lo malo y lo bueno de la bajada del petróleo”, celebrado este miércoles por la Cámara Americana de Comercio.
Asimismo, consideró que el Gobierno ha sido “cauto” en el manejo del ahorro que ha significado para las finanzas públicas el declive en los precios internacionales del petróleo.
Petróleo: lo bueno y lo malo
Prazmowsky indicó que lo más positivo de la baja del petróleo, en el plano interno, ha sido “el impacto que ha tenido sobre los precios de la gasolina, y lo que eso pueda tener sobre los diferentes insumos” de la producción.
Señaló que aunque la depreciación del crudo aún no se ha traducido significativamente en el costo de la vida, fue lo que permitió al país adquirir la deuda de Petrocaribe, debido al efecto negativo y los problemas de liquidez que ha generado en Venezuela.
Otra ventaja es el “ahorro real” que tendrá el Gobierno en el presupuesto, “que permite dedicar esos recursos para lograr eficiencia, por ejemplo, en la mejora de lo que sería el sistema de distribución” de la electricidad.
“Y, por otro lado, lo malo es que la volatilidad que puede haber (en los precios del crudo) es incierta; la regla es trata de no hacer muchas decisiones coyunturales, ser cautos”, agregó el economista.
Con relación al limitado impacto de la baja de los combustibles en los precios de los productos, indicó que según estudios, se precisa de un período de hasta 12 meses “para que un choque a la baja haga un efecto sobre la inflación”. En esto, en el tiempo que aún debe esperar la población para sentir los beneficios de la baja del crudo, coincidió también el presidente de la Organización Nacional de Empresas Comerciales (ONEC), Antonio Ramos, al poner de ejemplo el transporte de carga, cuyas tarifas siguen invariables.
El empresario citó el caso de algunos productos agrícolas, que han aumentado por causas ajenas al precio del crudo, como la sequía o las inundaciones que son recurrentes en el campo dominicano.
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