La Confederación Venezolana de Industrias (Conindustria), la principal organización gremial industrial de Venezuela, estimó este domingo que en el país petrolero cerca de unas 8.000 empresas han cerrado en los últimos 20 años.
"Presumimos que hay en comparación con 1996 cerca de 8.000 empresas menos, lo cual es dos terceras partes menos que las que hubo entonces", aseguró en una entrevista con el canal privado Televen el presidente de Conindustria, Juan Pablo Olalquiga.
El líder gremial, que asegura que los cierres son en buena parte responsables de la disminución en la producción, afirmó que la clausura de muchas de estas industrias se debe a los controles y pocos estímulos que, dijo, el Ejecutivo venezolano da al sector.
"Ante el fracaso que estamos teniendo, el Ejecutivo tiene que darse cuenta", agregó.
A esto Olalquiga sumó la disminución de la producción y puso como ejemplo que "para el cuarto trimestre de 2015 se estaban produciendo al 43 % de su capacidad histórica", según los números que maneja Conindustria.
"En el primer trimestre de 2016 estamos muy por debajo", dijo el empresario, quien indicó que aún no conoce con precisión los datos de este año.
Venezuela atraviesa una complicada situación económica producto de la caída de los precios del petróleo que han mermado un 70 % de los ingresos del país, que depende en más de un 90 % de la venta del crudo.
Los problemas de escasez y desabastecimiento, especialmente de productos básicos y medicinas, son los principales inconvenientes que afectan a los venezolanos, que deben a diario hacer largas filas en las tiendas para adquirir los artículos necesarios conforme a un plan de regulaciones establecido por el Ejecutivo para adquirir las mercancías.
El pasado 29 de abril, Empresas Polar, el mayor productor de alimentos en el país caribeño, paralizó las operaciones de todas sus plantas de cervecería por falta de materia prima y divisas.
Maduro, que anunció un estado de excepción y emergencia economía para atender la situación del país, aseguró ayer que ya "llegó la hora" y él está "listo" para tomar las empresas que hayan sido paralizadas por sus dueños y entregárselas a los trabajadores.