SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La mayor parte del dinero que el Gobierno gasta en trasferencias directas o subsidios al consumo de electricidad y gas de los hogares más pobres no está llegando precisamente a este numeroso segmento de la población, sino a muchos considerados “no pobres” y hasta de clase media.
De acuerdo con un estudio del Banco Mundial divulgado este jueves, más del 60% del gasto público orientado a los programas sociales Bonogas Hogar y Bono Luz se invierte en beneficio de hogares cuyos ingresos per cápita pasan de 4 dólares diarios.
Esto se debe –según el organismo- a “la diferencia en la focalización de los programas, ya que muchos hogares definidos como ‘no pobres’ según el índice de SIUBEN (Sistema Único de Beneficiarios), todavía pueden calificar como beneficiarios” de estas subvenciones.
En función de los estándares internacionales, la condición de pobreza extrema incluye a las personas que subsisten con menos de 2.5 dólares al día.
El informe “Política fiscal y redistribución del ingreso en la República Dominicana” indica que a pesar de los esfuerzos “considerables” del Gobierno por aumentar el gasto social en años recientes, “una deficiencia en la prestación de los servicios públicos ha disminuido el impacto” de esa inversión sobre la pobreza y desigualdad.
Sugiere, en este sentido, reformar los subsidios a la electricidad y al GLP, poniendo énfasis en aquellos que sí favorecen a los más pobres” e incrementándolos, como el programa “Comer es primero”, el “Incentivo a la asistencia escolar” y a los servicios de salud, pero “evitando crear ” subsidios adicionales.
El BM considera que estos dos programas sociales financiados con fondos presupuestarios, diseñados para apoyar la nutrición y la educación básica, son las transferencias directas “más progresivas” que se otorgan en el país.
Señala que cerca de un 52% del gasto Comer es primero llegó a hogares cuyos ingresos per cápita son menores a los US$4 por día; el 38% a familias que perciben entre US$4 y US$10 diarios, y menos del 10% fue para los que tienen ingresos por encima de 10 dólares.
Subsidio eléctrico
Al presentar las conclusiones del estudio, el representante local del Banco Mundial, Alessandro Legrottaglie, apuntó que “algunos subsidios a la electricidad relativos a las pérdidas comerciales (de las distribuidoras) como conexiones ilegales, fraudes e impagos fueron regresivos, ya que tienden a beneficiar mayormente a individuos que no son” pobres.
El estudio agrega que alrededor del 81% del gasto para subsidios eléctricos “explícitos” -por ejemplo a la tarifa del servicio- correspondiente al 2013, benefició también a usuarios que no califican como pobres o parte de los segmentos poblacionales más vulnerables.
Sin embargo, los subsidios eléctricos "indirectos representaron aproximadamente 2.5% del ingreso de mercado” de las personas que ganan menos de US$4” por día.
El informe del BM sostiene que “las deficiencias y falta de focalización en la prestación de los servicios públicos ha disminuido el impacto del gasto social sobre la pobreza y desigualdad” en la RD.
Citando datos al 2013 de la Administradora de Seguros Sociales (ADESS), una instancia adscrita a la Vicepresidencia de la República, se estima en que de los 2.4 millones posibles beneficiarios de los subsidios eléctrico y al GLP para uso casero, solo 843,000 fueron inscritos en Bonogas Hogar y 533,000 en Bono Luz.
En su discurso de juramentación para el período 2016-2020, el presidente Danilo Medina garantizó que mantendrá las transferencias del Bono Luz, pero a través del Ministerio de Hacienda. Este subsidio está destinado a usuarios con un consumo mensual de electricidad de 100 kilovatios/hora o menos.
Para el 2017, en el proyecto de Presupuesto General del Estado planteado por el Gobierno se contemplan transferencias corrientes por más de mil seiscientos millones de pesos (RD$1,668,425,600) y de dos mil quinientos millones (RD$2,531,374,560) para el Bono Luz y la partida GLP Hogares, respectivamente.