Hace aproximadamente un año que se discutía en diferentes círculos el impacto que tendría un proyecto de ley que buscaba financiar las operaciones del Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 911.
Este proyecto, hoy día ya convertido en ley, establecía cargar montos específicos en centavos de dólar por cada llamada internacional entrante al país a través de líneas fijas y móviles, así como a los mensajes de texto recibidos desde el exterior. El monto resultante del volumen de minutos y mensajes multiplicado por los centavos de dólar iría directamente a financiar las operaciones del Sistema 911.
La preocupación de muchos era el impacto que podía tener este nuevo cargo en términos del precio a pagar por el consumidor final. Para nosotros, el riesgo principal que presentaba este esquema, como describíamos aquí, era la sostenibilidad de la base utilizada para el cálculo del ingreso potencial que se iría a financiar esas operaciones.
¿Y qué ha pasado en el último año? En el 2017 la cantidad de minutos internacionales entrantes al país por líneas fijas cayó un 22%, para una reducción de casi 650 millones de minutos. En el caso de las líneas móviles, la caída fue de un 20% en el año, para una reducción de 162 millones de minutos entrantes. Estas han sido las caídas más grandes en el volumen de minutos de los últimos cinco años.
Si comparamos el nivel del último trimestre del 2017 con los picos históricos alcanzados para cada tipo de llamada, en el gráfico se observa que, en el caso de las líneas fijas, el volumen se ha reducido en un 50% a partir del pico en el 2013. Para las líneas móviles, el pico fue a inicios del 2012, y se ha contraído en un 56% al cierre del último trimestre del 2017.
De continuar esa tendencia, que es lo más probable que suceda debido a la masificación del internet y a las decenas de opciones de llamadas y mensajería en línea prácticamente gratis, se necesitará otra fuente de financiamiento en unos pocos años.