SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Los economistas Ernesto Selman y Arturo Martínez Moya valoraron positivamente la decisión del Gobierno de contratar una prima o cobertura de seguro, a fin de garantizarse un precio tope de US$65 del barril de petróleo hasta agosto del próximo año, como ha trascendido en la prensa.
Selman, vicepresidente ejecutivo del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), indicó que la medida permite mitigar los riesgos a futuro propios del comportamiento de la economía y de la cotización del crudo en el mercado internacional.
“El uso de los contratos a futuro siempre es una estrategia inteligente cuando se está requiriendo algún tipo de bien primario, porque uno asegura un precio máximo”, explicó.
Señaló, no obstante, que en las proyecciones para los próximos doce meses no se vislumbra que el crudo se cotice por encima de los US$65 por barril en el mercado, precisamente, y por tanto asegurar un tope a ese monto “no tiene mucho valor agregado”.
“Desde el CREES hemos estimado que las fluctuaciones del barril tal vez lleguen a un tope máximo de 65 dólares, por el hecho de que hay unos 1,500 pozos (petroleros) que han cerrado en el mundo; entonces lo que vemos es que siendo US$65 el tope, pues asegurar un tope no tiene mucho valor agregado. Tal vez lo tiene si hubiéramos asegurado un precio a US$58 o US$60, o si fueran a un tope de US$80 las proyecciones a futuro”, explicó.
El ejecutivo del CREES ponderó el hecho de que el Estado dominicano empiece a asumir la práctica de hacer compras a futuro.
Población debe beneficiarse
También Arturo Martínez Moya, presidente de la Comisión Económica del Partido Revolucionario Moderno (PRM), consideró como acertada la medida, que según la información publicada en el periódico El Dinero incluye el precio del fuel oil, un derivado del crudo usado para la generación eléctrica.
Mediante la operación, que había sido anunciada por el ministro de Hacienda, Simón Lizardo, si este combustible sube por encima de los US$65.00 el barril en el Índice del Oeste de Texas (WTI), que sirve de referencia en Estados Unidos y la República Dominicana, el Estado lo seguirá adquiriendo a ese mismo valor, ahorrándose cualquier monto que lo exceda.
“La decisión fue correcta. Primero, porque la prima que se paga (en estas operaciones) es muy poca en realidad. Segundo, a US$65 está bien porque el barril ha estado en cerca de US$60 y ahora mismo no se sabe si va a subir o a bajar; y tercero, nos da seguridad a los consumidores de que el precio de la gasolina, el gasoil y otros derivados, se va a a mantener alrededor de determinado nivel”.
El ex presidente de la Refinería Dominicana de Petróleo (Refidomsa) agregó que ahora corresponde a las autoridades ser transparentes y explicar en detalle cuál es el ahorro que se prevé obtener por esta vía y garantizar que el beneficio también llegue a la población, además de a las finanzas públicas.
“El Gobierno debe decirle al consumidor cuánto, cómo máximo, podría llegar a costar un galón de gasolina y gasoil; el Gobierno ya puede decir cuánto se ahorraría como mínimo en la factura petrolera en ese período, y por último qué va a hacer con ese ahorro que hay en definitiva en el sector eléctrico”, dijo Martínez Moya al periódico Acento.
Sostuvo que a partir del ahorro que tendría el Estado “pueden pasar dos cosas: que se reduzca el subsidio, o que se reduzca la tarifa eléctrica por el monto del ahorro; o una combinación” de ambos factores.
“Entiendo que esta vez deben pasarle algo al consumidor, a través de la tarifa (de electricidad), y no solo beneficiarse las finanzas públicas, porque aquí el consumidor no se ha enterado que el petróleo ha estado bajando”, adujo el economista.
En el 2014 el subsidio al sector eléctrico representó un gasto cercano a los US$1,300 millones, mientras que para el año en curso se presupuestó para estos fines partida de US$910 millones. En el mismo período, República Dominicana importó petróleo y productos derivados por un monto global de US$3,866,030,781 millones, de acuerdo con el Banco Central.
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