SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La deuda del Sector Público No Financiero se ha incrementado desde el 2000 a la fecha en 843 %. Ha subido de US$3,244 a US$30,587 millones en 17 años. Y si se agrega la del Banco Central asciende a US$42, 378 millones, un 807%.
Desde la mirada cercana de especialistas, las finanzas públicas persiguen un camino negativo. Solo en los primeros dos meses de este año la deuda del Banco Central creció 50 mil millones de pesos.
El análisis elaborado por los economistas Ernesto Selman, Juan Rojas y Miguel Collado Di Franco, representantes del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), plantea que el modelo económico dominicano, consentido por el Gobierno actual, mantiene la tendencia al incremento de una deuda cada vez más encaminada hacia la insostenibilidad.
En el 2017 el pago de intereses como porcentaje de los ingresos tributarios cerró en 22% y está proyectado para este año alcance más de 23%. Para tener un contexto, en el 1997 apenas se destinaba un 3.4% de los ingresos para pago de intereses, pero el modelo utilizado por las autoridades han provocado un incremento de 18% más.
De acuerdo a los datos presentados por los expertos, recuperados del Banco Central, la Dirección General de Presupuesto, el Ministerio de Hacienda y la Comisión Económica para América Latian y el Caribe, el promedio de pago de intereses en la región es de 15.9 %. Para Selman, el punto de equilibro debería ser inferior al 15%. Sin embargo, En comparación países latinoamericanos, la República Dominicana ocupa el tercer lugar de aquellos que han cruzado la línea roja, luego de Brasil que paga 30.3% y Costa Rica 23.4%.
Los expertos en finanzas subrayaron que la deuda pública tiende a convertirse en insostenible porque no existe un cambio de políticas públicas. Ante lo que recomendaron una ley de transparencia y responsabilidad fiscal y una reforma al Código Tributario.
Ni durante la crisis de depreciación de la moneda en 2003 (13.7%) y 2004 (14.2%) se pagó intereses tan altos. Los economistas presentan datos que indican el déficit empezó a acentuarse desde 2009 cuando los intereses subieron a 14.6%. A partir de ahí el crecimiento negativo ha sido permanente.
El gasto público crece más que la economía
El gasto público es incisivo en el apuñalamiento de las finanzas públicas. En 17 años creció nueve veces su monto, mientras que el Producto Interno Bruto (PIB) apenas tres. De 1990 a 2017 los ingresos aumentaron 14 veces; sin embargo, el gasto se multiplicó 18 veces.
A partir del 2000 empieza a registrarse insuficiencias fiscales un año tras otro. El último superávit ocurrió hace más de 10 años, en el 2007. Y esa diferencia entre el ingreso y el gasto se financia con préstamos internos y externos que provocan una deuda cada vez más pesada para el Estado, advierten los economistas.
Las decisiones de los Gobiernos en los últimos 27 años, pero acentuada desde el 2002 hasta la fecha, no han sido las más sensatas. El dinero público se ha invertido en su mayoría en gastos operativos: pago de salarios, compra de bienes y servicios y transferencias, frente a una escasa inversión de capital, apuntan.
El gasto corriente se disparó desde el 2003, mientras que el gasto de inversión no crece de manera significativa. Los datos recolectados por Crees alertan que el gasto corriente creció 26 veces, mientras que el de capital, solo cerca de ocho veces.
‘‘Este es el modelo del clientelismo y el populismo’’, aduce Selman.
‘‘En siete años se duplicó la nómina del Gobierno. Hasta el 2017 los gastos operativos representaron cuatro mil 50 millones de dólares’’, continúa.
A esta realidad se adiciona que a partir del 2003 también se incrementaron los pagos por transferencias. El subsidio al sector eléctrico para financiar las pérdidas de las distribuidoras representó el 23 % de las transferencias corrientes que hizo el Gobierno.