Washington, 28 mar (EFE).- La economía de Estados Unidos mantuvo su sólido crecimiento en el último trimestre de 2017, en el que avanzó a un ritmo anual del 2,9 %, con lo que el producto interior bruto (PIB) del país pudo cerrar todo el año con un avance del 2,3 %, informó hoy el Gobierno.

El Departamento de Comercio publicó hoy el último de sus tres cálculos sobre la evolución del PIB entre octubre y diciembre pasado en EE.UU., que revisó en 4 décimas al alza, frente al 2,5 % calculado previamente.

Esta tercera estimación del Gobierno, ligeramente por encima de lo esperado por los analistas, muestra un fuerte repunte del consumo al final del año del 4 %, un aumento que se debió principalmente a mayores desembolsos en servicios de transporte, como viajes en avión y envíos de paquetes.

Las empresas también gastaron entre octubre y diciembre más de lo que se calculó con anterioridad y la inversión en estructuras tales como edificios de oficinas se elevó al 6,3 %, muy por encima del 2,5 % que se había calculado previamente.

De este modo, el informe atribuye la subida del PIB 4 décimas por encima del cálculo previo al auge en el consumo y en la inversión privada.

Por otro lado, el gasto del Gobierno creció a una tasa del 3 %, revisado al alza desde el 2,9 % calculado en el informe anterior.

En comparación con el mismo período de un año antes, este indicador macroeconómico mejoró sustancialmente, ya que en el último trimestre de 2016 el PIB estadounidense había crecido un 1,8 %.

Esta sostenida mejora económica, con la tasa de desempleo en el 4,1 %, el nivel más bajo de los últimos 18 años, llevó a la Reserva Federal (Fed) a elevar la semana pasada los tipos de interés de referencia en un cuarto de punto porcentual, hasta el rango de entre el 1,50 % y el 1,75 %.

Además, la Fed revisó al alza sus pronósticos de crecimiento para la economía estadounidense al 2,7 % este año, frente al 2,5 % anticipado en diciembre, y al 2,4 % para 2019, 3 décimas más que las previsiones de hace tres meses.

"El panorama económico se ha fortalecido en los últimos meses", aseguró la semana pasada el presidente del Banco Central estadounidense, Jerome Powell, en su primera reunión en el cargo.

"Varios factores respaldan la perspectiva: la política fiscal se ha vuelto más estimulante, el aumento continuo del empleo está impulsando los ingresos y la confianza, el crecimiento externo se encuentra en una trayectoria firme y las condiciones financieras en general siguen siendo acomodaticias", dijo Powell ante los medios.

El presidente estadounidense, Donald Trump, asumió el cargo con la promesa de lograr un crecimiento anual superior al 3 %, impulsado por un ambicioso plan que supone la mayor reforma fiscal del país en varias décadas y que conlleva un notable recorta los impuestos a las empresas y, en menor medida, a muchos trabajadores.

Según Trump, una vez aprobada la reforma fiscal el crecimiento anual de EE.UU. podría alcanzar el 4 % anual, algo de lo que dudan muchos analistas dado el envejecimiento de la población y la escasos avances en productividad en los últimos años.

Los expertos reconocen el impulso que aportará la reforma fiscal, pero consideran que serán más modestos de lo anticipado por Trump.

La vicepresidenta de la firma de análisis Estimize, Christine Short, señaló al diario The Wall Street Journal que los datos dentro del sector empresarial y la inversión privada "se veían fuertes" antes de la reforma fiscal de Trump

"Se veían fuertes antes de esto. Van a verse aún más fuertes después de esto: la economía está pletórica y las empresas ciertamente se están beneficiando de eso", apuntó Short en su análisis.

Por su parte, los mercados financieros recibieron con optimismo el aumento en el cálculo del PIB estadounidense y el Dow Jones de Industriales, el principal indicador de Wall Street, progresaba un 0,40 % minutos después de la publicación del informe. EFE