SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La deuda pública del Estado dominicano aumentó este año unos US$2,600 mil millones, lo cual significa que el 52.4 % del Producto Interno Bruto (PIB) para el próximo año está destinado al pago de los compromisos financieros.

Una situación preocupante es como se define en el Informe de la Economía Dominicana (IED) del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) la situación económica actual. Es necesario un cambio de enfoque en la administración pública antes de la deuda arrope al país hasta lograr asfixiarlo.

Los académicos Franklin Vásquez y Rafael Espinal explicaron este martes, en la recta final del 2017 que, a pesar del control de la inflación y del mejoramiento de la cuenta corriente de la Balanza de Pagos, el país está caminando en dirección a un ‘‘callejón sin salida’’.

La trampa de los bonos

El informe sugiere que el Gobierno está embarcado en la repetida adquisición de bonos, lo cual agiganta la deuda externa y pone en entre dicho, cada vez más, el ‘‘desarrollo social dominicano’’.

Espinal contextualiza que en otros gobiernos la deuda era fundamentalmente era multilateral, es decir, con organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BIB) o Banco Mundial. Estos préstamos venían atados a proyectos específicos de construcción, de mejoramiento del aparato estatal. Además, esos compromisos financieros se realizaban tras analizar minuciosamente cada proyecto.

No obstante, el experto contrasta esa forma de endeudamiento positivo con lo que está sucediendo en la actualidad. ‘‘Ahora la deuda es en bonos. El 74% de la composición de la deuda externa son bonos y estos tienen tasas más altas que los préstamos que hacen organismos internacionales. Son de más corto plazo, pero, no vienen comprometidos con proyectos específicos. Sino que el Gobierno coloca bonos y queda con las manos libres para utilizar ese dinero o pagando nóminas o haciendo cualquier tipo de gasto por bien’’, advierte.

Los docentes precisan que en el año 2018 se emitirán bonos por unos RD$68 mil millones a nivel local y US$1,500 millones en el mercado internacional para contribuir a financiar el indicado faltante fiscal, equivalente al 2.2% del PIB. “Sin dudas, la política de incremento continuo del endeudamiento, cerca de 3 mil millones de dólares contemplada en el presupuesto, crea profundas preocupaciones para el equipo económico de INTEC”.

Instituciones repetidas, abultamiento de nóminas, descontrol…

‘‘En la República Dominicana tenemos una gran cantidad de instituciones que, o no realizan una labor productiva para los fines de dotar bienes y servicios en la ciudadanía, o simplemente tenemos muchas que hacen lo mismo. Y eso hay que revisarlo. Hay una cantidad de recursos que anualmente nosotros colocamos y no tenemos ningún retorno desde el punto de vista de los servicios que le damos a la ciudadanía’’, enfatizó Vásquez para señalar a penas un elemento que sacrifica la economía del país cada año.

Agregó que de eliminar instituciones ‘‘repetidas’’ eficientizaría el gasto. Esta es una denuncia vieja. Durante años varias instituciones sociales de vigilancia de los gobiernos han denunciado esta situación, tal es el caso de Oxfam Dominicana.  ‘‘Y eso es una manera de reducir también el déficit fiscal; porque si reduces gasto, aunque no puedas aumentar los impuestos, eso te puede llevar a una estabilización de las finanzas’’, subrayó el economista.

Una reforma fiscal rigurosa, sin parcialidades

El informe económico de Intec recuerda, además, la necesidad urgente de una reforma fiscal, ‘‘profunda’’, pero justa. Y para lograrla, el análisis propone que el Gobierno fiscalice mediante una acción enérgica de la administración impositiva mediante fuertes medidas de control, auditorias y restricciones a las exenciones o gasto tributario, a la elusión y la evasión fiscal.

En un país donde el trabajo informal sobrepasa el 57 % y donde empresas formales incumplen con sus compromisos con el Estado, es difícil la recaudación justa y equilibrada. ‘‘Este activismo recaudador de la Dirección de Impuestos Internos (DGII) en una economía caracterizada por altas tasas impositivas y un sector informal superior al 57%, no garantiza un eficaz resultado que eleve la presión tributaria sobre el 15% del PIB y provea al Gobierno del faltante presupuestario’’, explica el Informe.

Al evaluar el comportamiento económico del 2017, indican que el crecimiento de la economía del país presentó una desaceleración y un comportamiento pendular. Luego de experimentar un crecimiento real promedio de 7.1% en el periodo 2014-2016, la actividad económica presentó un crecimiento interanual de 5.3% y 2.7% en el primer y segundo trimestre del 2017, respectivamente; “lo cual se explica, entre otras cosas, por una caída significativa de 10.8% de la inversión, o formación bruta de capital fijo, en el periodo abril-junio de este año”.

En ese sentido, manifiestan que, pese a la medida del Banco Central de reducir el encaje legal, liberando más de 20 mil millones de pesos para estimular el consumo y la inversión durante el segundo semestre del año, se espera un crecimiento alrededor de 4.5% inferior al 5.1% pronosticados a inicio del año por la entidad bancaria.