SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La República Dominicana es uno de los países de la región con menor proporción de ingresos fiscales, presentando una recaudación de 14% del Producto Interno Bruto (PIB), por debajo del promedio de América Latina (23%).
Este es uno de los señalamientos incluidos en el informe Perspectivas económicas de América Latina 2018, que apunta, además, a la urgencia de mejorar las acciones de las instituciones públicas, sobre todo en cuanto a corrupción e imparcialidad de la administración pública.
En República Dominicana la percepción de la corrupción en las instituciones públicas es cada vez más notoria. Para 2016 alcanzó niveles del 65% de la población.
La investigación, autoría del Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL), y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), en colaboración con la Comisión Europea, explica que la moral tributaria de la población decae por su desconfianza en las instituciones públicas y su insatisfacción con los servicios públicos, debido a la incapacidad de los gobiernos latinoamericanos para dar respuesta a una ciudadanía que cada vez se acerca más a la clase media.
La insatisfacción ciudadana es tal, que tres de cada cuatro personas de América Latina tiene poca o ninguna confianza en sus gobiernos.
Este descontento ahonda las decisiones desleales de los grupos empresariales y la ciudadanía en general. De ahí que miren de manera normalizada la evasión tributaria. Para 2015 más de la mitad de la población (52%) aseguró estar dispuesto a evadir impuestos si tuvieran la ocasión de hacerlo.
Y es que ocurren casos que tumban la moral ciudadana. El escandaloso caso de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht que sobornó a funcionarios públicos y a empresarios conectados al poder de toda la región, cita el documento, pone en ‘‘entredicho’’ la integración regional y evidencia la corrupción y la debilidad institucional de los países de la zona.
La investigación subraya que acontecimientos como estos sazonan la idea, cada vez más generalizada en la población, de que las instituciones públicas no están listas para responder a sus demandas y aspiraciones crecientes.
El 23% de los latinoamericanos vive por debajo del umbral de la pobreza, y alrededor del 40 % pertenece a la clase media vulnerable.
El informe explica que la ciudadanía espera que el mercado les ofrezca mayores ingresos y oportunidades laborales. Para eso, aduce, es preciso superar las amplias tasas de informalidad en la región para apoyar empleos de mejor calidad.
Además, buscan que el sector público les ofrezca mejores servicios y ejecuten sus funciones de manera eficiente, fiable e innovadora.
‘‘La trampa del ingreso medio’’
Aunque el informe estima que el PIB de la zona crezca alrededor de 2% en 2018, después de registrar un aumento de 1.3% en 2017, las políticas fiscales son limitadas en la región y la mayoría de los países deben realizar ajustes adicionales para estabilizar la deuda. Esto desembocaría en que el crecimiento sea menor de lo esperado en el medio plazo.
En el caso local, el jefe adjunto para América latina y el Caribe, Sebastián Nieto Parra, durante la presentación del estudio, advirtió sobre la necesidad de un reajusta fiscal en la economía dominicana.
‘‘El bajo crecimiento de la productividad es la razón principal del bajo crecimiento potencial y la región no ha logrado emprender cambios estructurales a favor de la innovación, la competencia y de economías más basadas en el conocimiento’’.
Impera comercialización de bienes primarios
Sugiere una mayor integración entre los países de la zona con miras a incrementar la productividad. Sin embargo, alerta, que el aumento del comercio bajo un esquema desigual no retorna la mejor recompensa. A esto se aúna el hecho de que aunque continúa incrementando el número de socios comerciales, la región se caracteriza por comercializar bienes primarios, por lo que la integración –según la califica el estudio– aún es ‘‘débil y la región permanece en la periferia de las redes globales de producción’’.
El debilitamiento económico en los últimos años impacta los niveles de vida de la población y pone al borde del abismo los avances de otras décadas. La OCDE, Naciones Unidas y el Caf recuerdan en esta evaluación que todavía el 23% de los latinoamericanos vive por debajo del umbral de la pobreza, y alrededor del 40 % pertenece a la clase media vulnerable.
¿Preocupación? El proteccionismo estadounidense
Dice el Informe que la región se enfrenta a una incertidumbre procedente de factores externos que podrían frustrar el crecimiento. El titubeo político en EE. UU. es la fuente externa de riesgos más importante a corto plazo, por su papel clave en la economía mundial y regional debido a su tamaño y a sus vínculos comerciales.
Trae como argumento que Estados Unidos es el mayor importador del mundo, representando una quinta parte de las compras globales. El nivel de exposición a las evoluciones comerciales en esa nación es desigual en los distintos países de la región. La evaluación económica lista a México, Colombia, Ecuador y Centroamérica como los más expuestos comercialmente a EE. UU. Es también la mayor fuente y el mayor receptor de flujos de inversión extranjera directa (IED), agrega.
Cobertura sanitaria universal
A los latinoamericanos les resulta difícil recibir servicios de salud básicos sin tener que afrontar problemas financieros. ‘‘Deben asumir una proporción relativamente grande de los gastos en salud en ALC. Así, en 2015 pagaron de su propio bolsillo el 31.7% de los gastos de salud. Esto superó el 20% recomendado por el Informe sobre la salud en el mundo y el 13.6% prevalente en los países miembros de la OCDE (Banco Mundial/OMS, 2017) ’’, precisa el texto.
Apunta a que la mayoría de Estados continúan fallándole a la población en cuanto a la cobertura sanitaria universal. Aunque con ligeros avances en inmunización, planificación familiar, atención prenatal, mejores servicios de agua y saneamiento, los gobiernos siguen ofreciendo una cobertura insuficiente, debido a que –de acuerdo a los señalamientos del Informe– el gasto público en salud es escaso y los pagos de bolsillo son elevados.
Estados más creíbles, más capaces, más abiertos e innovadores
Perspectivas económicas de América Latina 2018 aconseja trabajar por crear una cultura de integridad en las instituciones públicas, a fin de aumentar la productividad y salir del modelo de ingreso medio imperante. Esto, en conjunto con esfuerzos de las administraciones por reforzar la credibilidad y la capacidad para luchar contra la corrupción, prestar mejores servicios y responder a las demandas sociales. Asimismo, recomienda dar pasos hacia el futuro mediante la adaptación de tecnologías de la información para el manejo público.