SANTO DOMINGO, República Dominicana.-La Comisión Económica del Partido Revolucionario Moderno (PRM) acusó al gobierno del presidente Danilo Medina de mentir al pueblo y de ocultar la realidad del país en materia de economía, pobreza, salud, seguridad y otros temas con una intensa y extensa labor de propaganda política.

La Comisión Económica del Partido Revolucionario Moderno (PRM), en un comunicado enviado a los medios de comunicación, afirma que el gobierno miente también sobre el sector eléctrico y posee una agenda oculta distinta a la que se discute en el Pacto Eléctrico.

“Además, hay muchos gastos encerrados en la construcción de la Planta de Punta Catalina, cuyo costo final será el doble del anticipado y que en algún momento saldrán a la luz pública”, expresa.

Sobre la pobreza, sostiene que es una mezquindad eliminar pobres desde un escritorio, cuando la realidad es que la pobreza sigue creciendo en un país donde los precios suben a diario mientras el salario real se deteriora.

“El cualquier parte del mundo y al margen de como crezca el famoso PIB, si los precios suben y el salario real baja, la pobreza aumenta por obligación y eso ocurre en República Dominicana hace más de una década”, argumenta la Comisión del PRM.

Advierte que el país ha caído en una trampa de la que es difícil salir si la gente no hace conciencia de lo que está sucediendo en las entrañas del poder.

“Un poder donde la corrupción se ha enquistado en cada rincón del país donde el Estado extiende sus tentáculos”, subraya.

A continuación, el comunicado:

La mentira como arma política

Después de un análisis ponderado de la economía dominicana y del entorno en que se desenvuelven sus instituciones, es importante informarle al país lo que está ocurriendo en el manejo del quehacer gubernamental bajo el mandato de Danilo Medina.

En primer lugar, estamos luchando contra una red propagandista pagada con recursos públicos que monopoliza el 80% de los medio de comunicación, donde cada minuto del día se inunda a toda la población con informaciones falsas, datos manipulados, predicciones absurdas y el uso indiscriminado de propaganda política, todo lo cual representa, solo para el Gobierno Central, un costo anual que asciende a más de 5 mil millones de pesos.

Eso no incluye la propaganda pagada de instituciones descentralizadas que manejan gran cantidad de recursos, como la CDEEE, el Banco de Reservas, el Banco Central, y otras cuyo presupuesto está totalmente destinado a financiar el proselitismo del partido en poder, donde sus empleados tienen como única función hacer campaña para promover al candidato oficialista.

Hemos caído en una trampa de la que es difícil salir si la gente no hace conciencia de lo que está sucediendo en las entrañas del poder. Un poder donde la corrupción se ha enquistado en cada rincón del país donde el Estado extiende sus tentáculos.

“Además, hay muchos gastos encerrados en la construcción de la Planta de Punta Catalina, cuyo costo final será el doble del anticipado y que en algún momento saldrán a la luz pública”

La población debe estar consciente de que el Ministro de Interior y Policía miente desvergonzadamente cuando dice que la delincuencia es más percepción que realidad. Es una burla a este país que sufre en carne propio la descomposición social que está destruyendo al propio núcleo familiar.

Que cuando el Ministro de Salud habla de los muertos por enfermedades infectocontagiosas todo es mentira, y eso lo confirman los propios médicos de los hospitales públicos.

La agricultura con todo y las famosas visitas sorpresas de puro corte político, está en su peor momento y al grado de que el campesinado se encuentra en proceso de extinción. Sin la mano de obra haitiana este país no comería.

La competitividad es una palabra vacía para las autoridades ya que las importaciones masivas de todo tipo de productos que evaden el arancel o subvalúan el precio, está aniquilando a la industria y agroindustria nacional. Eso sin contar los problemas en el suministro de energía, el caos del transporte, la insalubridad, el ausentismo por enfermedades infectocontagiosas y la corrupción administrativa hasta para mover un papel de un escritorio a otro. A todo eso, los exportadores financian esas importaciones a través de un peso sobrevaluado.

Sobre la deuda pública, esconden parte de su monto usando mecanismos pocos transparentes, como son los créditos del Banco de Reservas a contratistas, sector eléctrico y para infraestructura pública que se registran como préstamos privados cuando es deuda pública por cualquier lado que se le mire. Este Banco se ha convertido en la caja chica del gobierno para el financiamiento público, sustituyendo el rol que jugaba el Banco Central en la década de los 90 con la emisión de dinero inorgánico.

El gobierno miente también sobre el sector eléctrico y posee una agenda oculta a la que se discute en el Pacto Eléctrico. Además, hay muchos gastos encerrados en la construcción de la Planta de Punta Catalina, cuyo costo final será el doble del anticipado y que en algún momento saldrán a la luz pública.

Sobre la pobreza, es una mezquindad eliminar pobres desde un escritorio, cuando la realidad es que la pobreza sigue creciendo en un país donde los precios suben a diario mientras el salario real se deteriora. El cualquier parte del mundo y al margen de como crezca el famoso PIB, si los precios suben y el salario real baja, la pobreza aumenta por obligación y eso ocurre en República Dominicana hace más de una década.

La mentira, acompañada de la dadiva y el chantaje político, se han convertido en los instrumento por excelencia del Gobierno de Danilo Medina, como lo fue en los 8 años de Leonel Fernández. Engañan a la gente sin el menor escrúpulo pero compran su silencio e indiferencia con toda clase de ofrendas y acciones clientelistas a costa del erario público.

Las cifras del Banco Central, que hace de juez y parte, solo destacan las que resultan agradables a los oídos del gobierno, como el crecimiento del PIB, pero oculta la verdad sobre su propia deuda y las causas que la han disparado a niveles exorbitantes, violando la propia Ley de Capitalización. Esa deuda ya ronda los 385 mil millones de pesos o su equivalente en dólares US$8,500 millones. Tratan de justificar esa deuda con argumentos totalmente falsos cuando su única razón es mantener anclada la tasa de cambio desmonetizando la economía.

El costo de esa deuda en términos cuasifiscales representa unos 47 mil millones al año por los pagos de intereses (1,6% del PIB) y el gobierno solo cubre menos de la mitad de esos compromisos (0.7% del PIB), lo que implica que cada año la deuda pública por efecto de las políticas del Banco Central aumenta en 27 mil millones de pesos.

Por los altos intereses que paga el Banco Central por sus certificados y el Ministerio de Hacienda por los bonos emitidos, el sistema financiero dominicano obtiene gran parte de su ganancia por operaciones de tesorería y no por su cartera de crédito y eso representa un costo financiero para el gobierno que supera los 57 mil millones al año.

Daremos algunos ejemplos de cómo realmente se encuentra la economía dominicana a la luz de los datos que publica el propio gobierno:

1-La deuda pública en apenas 3 años y 8 meses de gestión de Danilo Medina aumentó en un 7.3% del PIB, lo que representa 225 mil millones o su equivalente en dólares de US$5,100 millones. Esto sucedió aun habiendo pagado la deuda de Petrocaribe, lo que redujo su monto en unos US$2 mil millones en el 2014.

2-La deuda ya alcanza un 52% del PIB, sin incluir aquellas que se ocultan a través del Banco de Reservas o la de muchas instituciones descentralizadas con grandes compromisos financieros con la banca y el comercio que no se reportan al Ministerio de Hacienda. De transparentar todas las deudas del sector público consolidado, esta rondaría el 58% del PIB, unos US$37 mil millones.

3-El déficit fiscal de caja acumulado durante los la gestión de Medina alcanza el 8.9% % del PIB (incluyendo el proyectado para el 2016), lo que representa un total 284 mil millones o su equivalente en dólares de US$6,300 millones.

4-El déficit consolidado, incluyendo al Banco Central, es de 15.4% en el mismo periodo, representando un monto de 492 mil millones o su equivalente en dólares de US$10,900 millones.

5-El desempleo formal crece porque los que se crean en la economía son menos que la población que ingresa a la fuerza laboral. El escape de ese ejercito de destemplado, que alcanza un 16% de la Población Económicamente Activa, la más alta en América Latina, es el mercado informal donde los salarios son de miseria y están por debajo del salario mínimo de los más pobres.

¿Puede una economía sostenerse indefinidamente bajo este dramático escenario?

Esta Comisión Económica, que en su mayoría es la misma que se dirigía a la prensa durante los años que gobernó Leonel Fernández, advirtió con suficiente tiempo y en reiteradas ocasiones, los desmanes que se estaban cometiendo con el dinero público para que el PLD se mantuviera en el poder.

Se desmembró la economía en el 2008 para que el propio Leonel se reeligiera, se desmembró mucha más para que Danilo ganara las elecciones en el 2012, disparando el déficit público a la friolera de 215 mil millones o un 8.5% del PIB. Y ahora esta sucediendo exactamente lo mismo. Siempre lo hemos advertido pero la propaganda gubernamental es tan poderosa que esas advertencias pasan desapercibidas.

Nunca esta comisión le ha mentido al pueblo dominicano ni hemos utilizado los medios para desinformar con fines políticos porque todas nuestras denuncias en el pasado ocurrieron tal como lo pronosticamos. Y ahora pasará lo mismo si el Pueblo no frena a un Partido envenenado por las ansias de poder y la corrupción, que está llevando el país a la ruina económica.

Finalmente, y lo advertimos con tiempo, para el gobierno cubrir todos estos desmanes financieros, si Danilo Medina se reelige, antes de juramentarse en agosto habrá enviado otra reforma fiscal al Congreso para conseguir por lo menos RD$60 mil millones de ingresos adicionales, lo que implicará la eliminación de todos los incentivos fiscales, incluyendo los productos de primera necesidad que no pagan ITBIS.

Para evitar esa nueva reforma fiscal el Gobierno tendría que cambiar su modelo económico, sustentado en más deudas y déficits, lo que obviamente jamás ocurrirá porque ahí descansa su fuente de poder y riqueza.

Eso nos llevaría inevitablemente a una potencial suspensión de pagos de nuestra deuda pública en los albores del 2018. Y después de eso el desastre, donde los más golpeados serán los pobres de siempre.

Las próximas elecciones definirán si nos conducimos al desastre o a la prosperidad, con un renovado modelo económico que filtre hacia lo más pobres lo que hoy se queda en manos de unos pocos.

Santo Domingo, D.N.

15 de febrero del 2016