WASHINGTON, Estados Unidos.- En América Latina y el Caribe ha habido un progreso significativo en la cobertura universal desde comienzos de la década de 2000, con 46 millones de personas adicionales que en nueve países tienen al menos garantías nominales de recibir servicios de salud asequibles, señala una nueva publicación de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) y el Banco Mundial.
“La región incrementó su nivel de gasto en salud y acortó la brecha entre ricos y pobres en una serie de indicadores clave: la esperanza media de vida aumentó de manera significativa, un número mayor de jóvenes viven hasta su primer y quinto años de vida, y menos madres mueren de complicaciones durante el parto”, dijo Jorge Familiar, Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
“En un contexto de recursos limitados y menor crecimiento económico, los países ahora enfrentan el desafío de mejorar la eficiencia de sus sistemas de salud para seguir construyendo sobre la base de estas conquistas”, dijo.
“El informe muestra que los países han hecho progresos significativos hacia la cobertura universal de salud, con el aumento en la cobertura y el acceso a servicios de salud de la población, el gasto público en salud, y una disminución de los pagos directos de su bolsillo”
El informe "Avances hacia la cobertura universal de salud y la equidad en América Latina y el Caribe. Evidencia de algunos países seleccionados", muestra que mientras los países han expandido la cobertura y el acceso a servicios de salud de la población, los más pobres aún no reciben los servicios necesarios, y no se brinda atención suficiente a las enfermedades no transmisibles, que producen la mayoría de las muertes en la región.
El estudio se centra principalmente en 10 países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Jamaica, México, Perú y Uruguay.
“El informe muestra que los países han hecho progresos significativos hacia la cobertura universal de salud, con el aumento en la cobertura y el acceso a servicios de salud de la población, el gasto público en salud, y una disminución de los pagos directos de su bolsillo”, dijo Carissa F. Etienne, directora de la OPS/OMS.
“Pese a estos avances, aún resta mucho por hacer para cerrar la brecha de la equidad y abordar los nuevos retos de la salud en la región”, indicó.
Persisten inequidades
El informe señala las inequidades de salud persistentes entre los países y también dentro de ellos, así como la imposibilidad de algunos sistemas de salud de abordar las cambiantes necesidades de salud.
Mientras que la tasa de empobrecimiento debido a los gastos de atención de salud está disminuyendo, en nueve de los países analizados de 2 a 4 millones de personas fueron llevadas a la pobreza por los gastos de bolsillo en salud, entre ellos los de medicamentos que son el mayor factor de costo.
Los países de América Latina y el Caribe también se enfrentan a nuevos retos en la salud. Mientras que muchos países de la región han logrado avances importantes en el nivel y la equidad en el acceso a servicios de salud materna e infantil, el informe subraya la urgencia de extender esos avances hacia las enfermedades no transmisibles, que representan una parte cada vez mayor de la carga de enfermedad.
“El perfil demográfico y epidemiológico cambiante de la región, en particular por el envejecimiento de la población, ha desplazado la carga de las enfermedades hacia las enfermedades no transmisibles, que tienden a afectar a todos los grupos poblaciones, al tiempo que aumentan los costos y la demanda de los servicios de salud en todos los ámbitos”, dijo Tim Evans, director principal para Salud, Nutrición y Población del Grupo Banco Mundial.
El desafío más grande que ahora enfrentan los países, señala el informe, es la necesidad de aumentar el financiamiento público y la eficiencia para expandir aún más la cobertura universal y para manejar poblaciones que envejecen con rapidez y la carga creciente de las enfermedades no transmisibles.
El informe recomienda que los países exploren medidas financieras nuevas, más efectivas y justas, así como que también se aumente la eficiencia de los sistemas de salud a través de reformas estratégicas que prioricen la atención primaria en salud.
Sostiene que alcanzar la cobertura universal requerirá de esfuerzos concentrados para mejorar la generación de ingresos de una manera sostenible fiscalmente, así como para apuntar a obtener más valor por el dinero.
Asimismo, pondera los avances en tanto los países han reconocido a la salud como un derecho, al incorporarlos en sus constituciones o al ratificar ciertas convenciones internacionales que definen la implementación del derecho a la salud como una obligación estatal. Las constituciones de 19 países mencionan la salud como un derecho.
El informe también brinda evidencia de que los mejores resultados se han visto en los países que aumentaron el gasto público en salud, que han cubierto a toda su población e integrado sus sistemas de salud en lugar de mantener sistemas separados para los diferentes segmentos de la población.