SANTO DOMINGO, República Dominicana. El Banco Central de la República Dominicana (BCRD), reiteró que continúa participando de manera proactiva en el mercado cambiario, ante un incremento en la demanda de divisas con carácter precautorio que generó la incertidumbre asociada al impacto de la propagación del COVID-19 a nivel global.

La entidad destacó que al cierre de 2019 logró acumular reservas internacionales en niveles óptimos históricos, iniciando el año con reservas en torno al 10% del PIB, equivalentes a US$8 mil 782 millones. Al 13 de mayo de 2020, las mismas ascienden a US$8 mil 603 millones. Esta disponibilidad de reservas ha permitido al Banco Central participar en el mercado de compra y venta de divisas, inyectando al mercado el monto de US$ 1,928 millones a través de su Plataforma Electrónica de Negociación de Divisas.

Añadió que ha desplegado una amplia estrategia de intervenciones, poniendo a disposición del mercado diversos instrumentos, tanto en el mercado de contado (spot) como a futuro (forwards), facilitando así que los agentes económicos puedan organizar sus compras de divisas presentes y futuras, y a la vez, ofreciendo mecanismos que permiten cubrir sus expectativas de riesgo cambiario típicas de eventos de alta incertidumbre como el que vivimos frente a la propagación del COVID-19.

En adición, el BCRD reiteró que puso a disposición de las entidades financieras US$622 millones a través de Repos en moneda extranjera y liberación de encaje legal en dólares. Estas estrategias han permitido hacer un uso cada vez más eficiente de las reservas internacionales, a la vez que son consistentes con las mejores prácticas internacionales y con medidas de otros bancos centrales en la región, como son los de México, Perú y Brasil.

Aseguró que sus acciones han contribuido a mantener el flujo de la moneda norteamericana en la economía en este entorno adverso, con lo cual el sector privado, principalmente los sectores prioritarios (supermercados, agroindustria, alimentos en general, farmacéuticos, salud y energía), han podido operar sin mayores contratiempos.

Paralelamente, a través de esfuerzos coordinados con la banca local, la participación del BCRD ha permitido aprovechar la liquidez en moneda extranjera que mantienen los bancos en el exterior para apoyar la oferta de divisas en el mercado ante episodios de alta demanda. Aclara que las entidades financieras mantienen una posición neta positiva en moneda extranjera y cuentan con amplia disponibilidad en dólares que superan los US$ 1,900 millones, lo cual es sano e indica que los bancos tienen la capacidad de calzar sus pasivos en moneda extranjera, y por ende, no requieren acaparar divisas del mercado.

Contexto internacional

El Banco Central hizo un llamado al sector privado y a la ciudadanía en general a actuar con prudencia y paciencia, tomando en cuenta que la economía dominicana no está aislada de los eventos que ocurren en el resto del mundo.

Afirma que seguirá observando de cerca la evolución del panorama internacional en torno al impacto del COVID-19, el cual ha provocado consecuencias severas sobre las principales economías del mundo, incluyendo los Estados Unidos, cuyos efectos se han manifestado en los datos del desempleo, en la caída de los sectores de servicio, en una corrección significativa en el desempeño de las principales bolsas de valores del mundo y en una estampida hacia los instrumentos financieros de refugio, que ha llevado la curva de rendimientos del Tesoro de los Estados Unidos a niveles cercanos al cero por ciento.

Señaló que para el resto de los mercados emergentes la situación también ha sido difícil. Los mismos han sufrido salidas importantes de capitales ante la aversión al riesgo de los inversionistas a nivel global, en particular en economías altamente dependientes de la exportación de materias primas (commoditties). Así, al mes de mayo, monedas de países como Brasil, México, Colombia, Argentina y Chile, han mostrado una depreciación acumulada de 31.7 %, 22.1 %,15.5 %, 11.3 % y 9.4 %, respectivamente. En contraste, la República Dominicana está dentro de los países con menor depreciación registrada desde el cierre de diciembre al 13 de mayo de 2020, frente a sus pares de América Latina, Centroamérica y el Caribe.

Asimismo, varios países de la región han experimentado reducciones en sus calificaciones crediticias como daños colaterales adicionales provocados por el choque negativo que enfrenta el mundo ante esta pandemia. Desde inicios del mes de abril a la fecha, países como Costa Rica, Ecuador, Bolivia, Argentina Guatemala, Colombia y México, han sufrido cambios en su calificación de riesgo de crédito. En este escenario, dicen, República Dominicana ha sido una excepción.

En su más reciente informe, la calificadora Fitch revisa la perspectiva crediticia del país de estable a negativa sin modificar nuestra calificación, haciendo puntualizaciones que invitan a ser cautos ante el escenario internacional que vivimos, y a la vez, manteniendo una señal de confianza en la economía dominicana.

Una apuesta a los fundamentos

El Banco Central indicó que a la demanda de divisas en un entorno de alta incertidumbre se añade el efecto de las medidas de estímulo monetario que se han tomado para mitigar el impacto económico del Coronavirus. Informó que, ante las bajas presiones inflacionarias y para continuar apoyando a las actividades productivas, se han puesto a disposición de los agentes económicos más de RD$120 mil millones de pesos a través de las entidades de intermediación financiera. Gracias a los mecanismos de transmisión de la política monetaria, los efectos de estas medidas se están manifestando en un impulso adicional en el crédito al sector privado, a pesar de los eventos adversos por lo que atravesamos.

Esto sugiere que, hacia adelante, el comportamiento del crédito deberá contribuir a una recuperación basada en los fuertes fundamentos de la economía dominicana y sustentada en el dinamismo del sector privado.

En el plano internacional, se prevé una persistencia en los precios del petróleo significativamente bajos hacia el resto del año y un aumento sostenido de los precios del oro como activo seguro de refugio, los cuales favorecerían los términos de intercambio de la economía. Este efecto positivo, apoyado de las remesas y la inversión extranjera directa, compensaría en gran medida la merma del sector turismo a nivel global.

De acuerdo a la opinión de diversos bancos de inversión de prestigio internacional y de importantes inversionistas locales, la República Dominicana sigue siendo un destino de inversión atractivo que se ha distinguido por mantener un clima de estabilidad política, crecimiento económico robusto con baja inflación, estabilidad de su moneda y ausencia de desequilibrios significativos, tanto externos como fiscales. Todas estas condiciones contribuyen a consolidar un entorno macroeconómico saludable que permite anclar las expectativas de los inversionistas en el mediano y largo plazo.

A todo lo anterior se suma que, además de mantener una posición fortalecida de reservas internacionales en torno a niveles óptimos según métricas del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central ha jugado un rol proactivo al acercarse a otros bancos centrales y organizaciones multilaterales para garantizar el acceso a mecanismos de liquidez en moneda extranjera en caso de que fuere necesario. Fruto de estos esfuerzos, la Reserva Federal de los Estados Unidos aprobó al Banco Central el acceso a su facilidad de reportos para bancos centrales denominada FIMA, permitiendo obtener liquidez en dólares estadounidenses por un monto de hasta US$3 mil millones.

Igualmente, el Banco Central ya recibió el desembolso por US$650 millones correspondiente al Instrumento de Financiamiento Rápido del FMI, equivalente al 100% de la cuota del país, para fortalecer las reservas internacionales y apoyar las políticas públicas orientadas a mitigar el COVID-19.

Indicó que está en conversaciones con otras instituciones multilaterales, como el Banco Internacional de Pagos, para acceder a financiamiento y otros mecanismos contingentes de liquidez que contribuyan a garantizar la disponibilidad de divisas para pagos de compromisos internacionales, así como amortiguar el choque adverso a los sectores generadores de divisas que actualmente enfrentamos.

Finalmente, el Banco Central hizo un llamado a mantener la confianza en los fundamentos de la economía dominicana y la credibilidad en el Banco Central.