San Juan, 18 ago (EFE).- Si se tienen unos millones con los que no se sabe qué hacer y alguna vez soñó con tener su propia isla, el Caribe y Bahamas son los lugares en el que poner la mirada, uno de los lugares del mundo con mejor oferta y al alcance de más bolsillos de lo que se puede pensar.
El archipiélago atlántico de Bahamas es, sin duda, el lugar estrella de este mercado en la región gracias a las más de 700 islas y cayos que conforman este área del Atlántico conocida por sus espectaculares playas, aunque la oferta de islas tiene en Belice uno los enclaves más pujantes y a precios asequibles para presupuestos más limitados.
Chris Krolow, fundador de Private Islands, una empresa especializada en la venta de islas en la región, señaló a Efe que a pesar de los estereotipos no toda persona que compra una isla es un multimillonario y que en Belice, por ejemplo, es posible hacerse con una por poco más de 1 millón de dólares.
"La compra de una isla y posterior edificación de una vivienda puede conseguirse desde 1 millón de dólares en Belice", dijo el empresario, quien aseguró que a pesar de poseer esa compañía no es multimillonario pero sí posee una propia en aguas de ese país centroamericano bañado por el Caribe.
"Bahamas tiene una mayor oferta que Belice, pero también es mucho más caro", dijo Krolow, tras aclarar que la venta en otras parte del Caribe es más complicada al tratarse de islas de un tamaño mucho mayor y por tanto al alcance de muy pocos bolsillos.
La región caribeña es famosa por contar con islas propiedad de millonarios, el caso del empresario inglés Richard Branson, propietario de la multinacional Virgin, que a finales de la década de los setenta se hizo por 180.000 dólares con la isla Necker, de cerca de 300.000 metros cuadrados y situada junto a las Islas Vírgenes Británicas, al norte de la famosa Virgen Gorda.
Krolow matizó que hoy en día es impensable conseguir en las Islas Vírgenes un ganga como esa, que con astucia consiguió Branson, a pesar de que el precio inicial era de millones de dólares, dejando pasar el tiempo hasta que el vendedor tiró por los suelos el precio.
En las antípodas de los 180.000 dólares que pagó Branson en los setenta por Necker está Little Pipe Cay, una isla deshabitada de 15 hectáreas (38 acres) que acaba de salir al mercado por un precio de 85 millones de dólares en Bahamas.
Los actuales propietarios de Little Pipe Cay han pasado los últimos 15 años transformando la isla, que ahora cuenta con cinco casas completamente amuebladas, cuatro playas privadas y un moderno embarcadero.
La propiedad se encuentra a 110 kilómetros (70 millas) al sureste de la capital de Bahamas, Nassau, lo que hace que sea accesible directamente en hidroavión.
Esta espectacular isla situada en el corazón de Exuma, un distrito de Bahamas con más de 300 islas, incluye una construcción principal, que alberga nueve habitaciones, seguridad las 24 horas, una piscina y un área de deportes acuáticos, a disposición de quien pueda pagar unos cuantos millones de dólares.
Krolow aclara que este tipo de islas es muy difícil que acaben en manos privadas, a no ser que se trate del capricho de un multimillonario, y que en la mayor parte de los casos son adquiridas por empresas con el objetivo de su desarrollo inmobiliario y turístico.
Edward de Mallet Morgan, experto en islas privadas en Bahamas y la región caribeña de la consultora inmobiliaria Knight Frank, señaló a Efe que el abanico en el área es muy amplio, ya que los precios van de unos pocos a cientos de millones de dólares.
"Los clientes son muy diferentes, porque hay quien únicamente busca una isla para estar solo sin que nadie le moleste y otras personas precisan de buenas infraestructuras y embarcadero, además de tener acceso a asistencia médica cercana", dijo de Mallet Morgan.
"Evidentemente, la gente que compra islas tiene cierto nivel económico, aunque los hay riquísimos", aseguró, para matizar que en cuanto a la zona elegida muchas personas se decantan por Bahamas por la alta oferta de islas disponible y, sobre todo, por tratarse este territorio de "un paraíso fiscal" gracias a los bajísimos impuestos que pagan quienes allí se instalan.
De Mallet Morgan matizó que, en cualquier caso, aparte del claro condicionante económico, cualquier persona antes de comprar una isla privada debe analizar aspectos como el costosísimo mantenimiento, la logística que supone el transporte de todo lo necesario para vivir y los impuestos que hay que pagar, sin dejar de lado, también, el viaje.
Como ejemplo, la lista de islas a la venta de Private Islands incluye, en el distrito de Exuma (Bahamas), Cayo Cueva, por la módica cantidad de 60 millones de dólares, lo que da derecho a 90 hectáreas (222 acres) con una pista de aterrizaje incluida.
Cayo Cueva, que se comercializa como uno de los lugares más bellos del mundo, es totalmente autosuficiente respecto al suministro de agua y la energía se suministra por generadores diesel.
Isla Darby, también en la lista de propiedades a la venta de Private Islands, cuenta 220 hectáreas (550 acres) que se pueden adquirir si se pagan 46 millones de dólares por una isla con "playas de arena blanca y el potencial de una pista de aterrizaje". EFE