SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La Asociación de Empresas Industriales de Herrera y Provincia Santo Domingo (AEIH), advirtió que en el país no habrá desarrollo ni inclusión social hasta que la corrupción administrativa no sea doblegada, aplicando un sistema de consecuencia que la castigue con drasticidad.
Víctor Castro, presidente de la organización empresarial, dijo que la sociedad debe presionar por el combate a la corrupción y no tolerar a grupos de interés que con subterfugios y tecnicismos “buscan redimir a quienes asaltan el Erario”.
“Es penoso observar como en diferentes circunstancias en que surgen acusaciones de corrupción se pretende anteponer la excusa de la persecución política para eludir los tribunales y evitar que los procesos se ventilen bajo los designios de la ley”, expuso el dirigente empresarial.
Tras señalar que la corrupción ha implicado un alto costo para el país, dijo que este fenómeno está vinculado al hecho de que el alto crecimiento económico de los últimos años no sea compartido por todos los dominicanos, la mayoría de los cuales viven en pobreza.
“El Presupuesto Nacional es una de las vías que tiene el Gobierno para la redistribución de la riqueza y si una parte del mismo se queda en las manos de políticos corruptos, será siempre difícil emprender las tareas del desarrollo”, precisó.
En ese contexto, el dirigente empresarial manifestó que el problema de la corrupción no es solo moral, sino que debilita las finanzas públicas, bloquea la inclusión social y repercute negativamente en los programas de inversión del Estado.
Bajo esos criterios, el presidente de la AEIH demandó de la población respaldo masivo al combate a la corrupción y al castigo a quienes sustraen fondos públicos.
“Robar recursos del Estado equivale a impedir que haya medicinas y atenciones en los hospitales, inversión social para superar la pobreza, disposición de fondos para contar con mejores servicios y calidad de vida”, apuntó.
Llamó a los dominicanos a cerrar fila contra el clientelismo en la administración del Estado porque, desde su punto de vista, este es el mayor caldo de cultivo para la corrupción.