Antonio Morillo, funcionario del Ministerio de Economía./Foto: Carmen Suárez/Acento.com.do
Antonio Morillo, funcionario del Ministerio de Economía./Foto: Carmen Suárez/Acento.com.do

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Los presentes se miraban unos a otros, con una mezcla de incredulidad y cansancio en sus gestos faciales; los periodistas empezaban a impacientarse (era sábado, y había otros servicios por cubrir) y uno de los organizadores apelaba discretamente al disertante, para que éste “aterrizara” o resumiera en lo posible su amplia exposición gráfica.

Casi 40 minutos después, a las 10:55 de la mañana, el técnico del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) invitado a la actividad del Centro Bonó, Antonio Morillo, finalizaba su presentación de cuadros estadísticos –algunos ininteligibles, por cierto, para muchos en el auditorio- y daba paso al próximo orador, el economista Miguel Ceara Hatton.

Pero antes, con amplitud de gráficos a mano, el especialista del MEPyD destacó que bajo la administración de Danilo Medina la tasa de pobreza ha descendido en 6 puntos porcentuales, pasando de 42.2% a 36.2%, entre septiembre del 2012 y marzo del 2014.

“Claro que no”, “eso lo sabe todo el mundo”, comentaron en voz alta varios de los asistentes a la presentación del “Análisis de Coyuntura” del Centro Bonó

Es decir, que en ese período más de 500 mil personas superaron la pobreza (534,139), al tiempo que del 2013 al 2014 la cantidad de pobres bajó en un 4%.

Otro dato a favor establecía que la población de clase media pasó de 40.2% al 43%, en tanto que en las zonas rural la tasa de pobreza “cayó de 52.5% a 43.5%”, gracias a que mejoraron los niveles de ocupación laboral e ingresos en el campo dominicano.

Algunos gráficos pusieron de relieve que el crecimiento sostenido de la economía no se ha traducido en mayores ingresos para la mayoría de la gente. “Eso demuestra que el crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto) no está llegando a los hogares dominicanos”, dijo entonces el técnico gubernamental.

“Claro que no”, “eso lo sabe todo el mundo”, comentaron en voz alta varios de los asistentes a la presentación del “Análisis de Coyuntura” del Centro Bonó.

Mayores ingresos, pero más pobreza y desigualdad

Las cifras que expuso el otro panelista, Miguel Ceara Hatton, describieron el “poco impacto” del crecimiento del PIB dominicano en la reducción de la pobreza, con respecto a otras naciones de su entorno geográfico.

Miguel Ceara Hatton, en su exposición./Carmen Suárez/Acento.com.do
Miguel Ceara Hatton, en su exposición./Carmen Suárez/Acento.com.do

El otrora funcionario del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), señaló que RD es el segundo país de la región donde más se agrandó la pobreza, y donde menos aumentó el segmento de la clase media, durante el período 2000-2012.

Citando una nueva escala de ingresos que utiliza el PNUD, Ceara Hatton reveló que al 2012 el 33.3% de los dominicanos eran considerados pobres (Con ingresos inferiores a los US$4 diarios), y el 42.3% “vulnerables” (Entre US$4 y US$10 diarios). O sea, que el 75% de la población percibe menos de 10 dólares al día.

Indicó, asimismo, que en salud y educación la República Dominicana retrocedió a los niveles de 1980, y ocupa en estas sensibles áreas los lugares 74 y 85, respectivamente, entre 144 países evaluados. El país mejoró, en cambio, en materia de ingresos, bajando del puesto 88 al 72, “pero a un ritmo menor que el promedio” en la región.

Otro indicador ilustrativo de la desigual distribución de la riqueza en el país, es que entre el 2000 y el 2011 apenas el 2% de los dominicanos logró algún nivel de “movilidad social”, en contraste con el 43% promedio en Latinoamérica.

Destacó, no obstante, que durante ese lapso “el crecimiento per cápita fue dos veces superior” al promedio regional, pero “el 79% de la población dominicana se quedó en el mismo sitio, estancada, y en América Latina el 57%”.

“La pregunta es, entonces: ¿a dónde fue a parar esa riqueza”, se preguntó el economista. “A los bolsillos de los políticos, ¿a dónde más?”, le contestó al instante una doña, con pinta de ama de casa de un hogar de bajos ingresos.

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