SAN FRANCISCO DE MACORÍS, República Dominicana.- Nueve kilómetros de construcción de carretera, espacio existente en la sección El Palmarito, del municipio de Río San Juan, Nagua, causaron revuelo la semana pasada, luego de que se denunció que la vía afectaría la reserva científica Loma Quita Espuela, en San Francisco de Macorís.
La construcción de la "carretera clandestina", nombre con que se había bautizado la cimentación del tramo que conecta a San Francisco y Nagua, de las provincias Duarte y María Trinidad Sánchez, la cual parte desde el río Boba, ha causado duras críticas a las autoridades debido a que la misma constituye un impacto negativo ambiental en la zona, afectando la reserva de 75 kilómetros cuadrados.
Una construcción que tiene como dueña a la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), y que hasta la fecha no se ha pronunciado respecto a la obra, la que se encuentra en medio del huracán.
Sobre el daño ambiental, la directora ejecutiva de la Fundación Loma Quita Espuela, María Altagracia Camilo, descarta que la carretera afecte la reserva, debido a que se encuentra a siete kilómetros desde el límite de la zona forestal protegida, declarada área protegida a través del decreto 82-92, durante el gobierno de Joaquín Balaguer.
Camilo explica que el tramo en construcción corresponde a una extensión de la vía ya existente, establecida en 1973 – 20 años antes de que fuera declarada área científica – y que fue utilizada en la normativa como límite de lo que comprende el espacio reservado.
“No le afecta a nuestra reserva – asegura –. Está a siete kilómetros de nuestra reserva. Cuando se declara la reserva, ya esa carretera existía”.
Sostiene que es una zona bastante productiva, pero que debido al mal estado de la carretera existente, el transporte vehicular es limitado.
Una idea que comparte el administrador del área protegida, Enrique Fabián, quien afirma que el camino serviría como una forma de desarrollo para las comunidades. Sin embargo, las comunidades consisten en diversas viviendas dispersas, algunas de 20 casas como en Rancho Abajo.
“La región es un continuo ecológico con características muy específicas y para poder hacer la carretera hubo que eliminar el bosque que estaba ahí, y afectar el bosque lateral e interrumpir los pequeños cursos de agua que allí se manifiestan”, afirma Luis Carvajal, de la Academia de Ciencias y la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Para el experto, es innegable el impacto adverso en la zona, en especial en los recursos hídricos de la región.
Una posición que el administrador de la Loma Quita Espuela, Enrique Fabián, rechaza, debido a que la construcción de la carretera inicia después del río Boba y sólo atraviesa el río Blanco como único afluente.
“Hemos desmentido la información de que (la carretera) está en el área protegida y todavía hay gente que dice que sí. Sabemos lo importante que es el recurso hídrico, entonces decir que atraviesa siete ríos causa más impacto en la población”, resalta.
Estima que debido al calor de la competencia política, y la conciencia de los dominicanos de proteger las áreas protegidas, llamó la atención y motivó la denuncia hecha por el presidente del Partido Revolucionario Moderno, Andrés Bautista, de quien dijo, fue atrapado en su “buena fe”.
Dicha denuncia fue calificada como temeraria y alejada de la verdad por el ministro de Medio Ambiente, Bautista Rojas Gómez, y adelantó que la obra es realizada por un particular.
Advirtió que se podrían aplicar sanciones administrativas de determinarse la ocurrencia de daños al ambiente.
Para esto se encuentra a la espera de un informe sobre la zona, luego de que la cartera que dirige detuvo la construcción hace dos meses por no poseer el estudio de impacto ambiental correspondiente.
¿Carretera de nadie?
Anunciada en mayo de 2013, durante la gestión del exdirector de la entidad, Miguel Pimentel Kareh, la obra aparece en el portal ejecutada sólo en un 29 por ciento. La misma, según los datos ofrecidos en la página web, tendría una extensión de 19 kilómetros, a un costo total de 1,200 millones de pesos. Unos 63 millones 157 mil 894 pesos por kilómetro.
La página no especifica el monto que ya ha sido utilizado. Tampoco aparece la licitación para la autovía en la sección Transparencia.
OISOE, en su portal explica que el proyecto se realiza debido a la importancia económica que tiene la vía, consistente en la reconstrucción y ampliación en ambos lados de la carretera (que incluye aceras y contenes a la salida y entrada de los municipios).
Sin embargo, tan importante obra – como refiere el sitio web – y que ha sido defendida incluso por el Consejo Regional de Desarrollo, por ser parte del desarrollo comercial y ecoturístico del Nordeste, se encuentra paralizada.
Dicha trascendencia es cuestionada por Carvajal, encargado de la Comisión Ambiental de la UASD, quien asegura que en la zona no existe una alta densidad de población o se trata de una zona de producción intensiva.
“Más bien hay algunos lugares de veraneo”, señala, a la vez que sugiere que de haber tenido una intención real de incrementar el desarrollo de las comunidades, la autovía se habría realizado desde el Este.
Entre las casas de veraneo, se encuentra una enorme y lujosa propiedad divida en tres partes y que se atribuye a David Gabriell, excandidato a diputado por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en San Francisco y que, según una nota publicada en el periódico El Nuevo Diario, habría sido detenido en Puerto Rico en 2006, junto a otra persona, acusado de conspiración y lavado de dinero.
El rotativo se hizo eco a su vez de una reseña el periodista Rafael G. Santana, en el diario digital Notiglobal.com. Empero, en múltiples ocasiones, los residentes de en las comunidades, e incluso por los miembros de la Fundación Loma Quita Espuela, atribuyeron la propiedad a Gabriell. Esta fue sindicada como la razón de la edificación de la obra.
Aunque la autovía llevaba casi un año de construcción, ninguno de los entrevistados – de la Fundación o que residen en el área – pudieron suministrar el nombre del encargado de la obra. Tampoco pudieron afirmar si los equipos poseían el nombre de la institución a la cual pertenecen o si hubo personal de la OISOE, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) trabajando.
Otro aspecto es que, si bien los residentes en las comunidades cercanas a la reserva científica, afirmaron que se había llevado ante las autoridades la solicitud de la construcción de la carretera, no pudieron identificar la o las personas con las que se habían reunido para suministrar sus reclamos.
Los equipos empleados en los trabajos de la vía fueron retirados.
El trabajo – siendo el tramo que se extiende hasta la comunidad de Palmarito, Río San Juan, el único en ejecución – incluye mejoramiento y estabilización de bases y sub-bases en algunos tramos, bacheo, recapeo y obras de artes.
No está claro si los trabajos planteados por la OISOE en su página web incluyen la carretera de Naranjo Dulce–Boba, que posee unos 20 kilómetros.
La semana pasada, la OISOE, a través del actual director Francisco Pagán, había seguido los pasos del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), de desvincularse de la construcción del trayecto Río Boba – El Palmarito, a pesar de que la obra aparece en su portal.
Reporteros de Acento solicitaron a OISOE, a través del encargado de relaciones públicas de dicha entidad, Gilbert Guzmán, información sobre el porqué del mutismo frente a señalamientos por la aparente falta de transparencia en la construcción de la carretera.
Ante el requerimiento, indicó que haría la solicitud para obtener una posición oficial del director ejecutivo. La misma no ha sido suministrada.
Medio Ambiente tampoco ha dicho si los informes que esperan han sido entregados y si estos serán divulgados