SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El representante Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Julio Berdegué, realizó este lunes una charla magistral durante el lanzamiento regional del Decenio de la Agricultura Familiar 2019-2028, en República Dominicana.
“Nuestros países enfrentan hoy tres poderosas olas de cambio, que ya ejercen sus efectos: el cambio climático, las nuevas demandas que trastocan lo que entendemos por alimentación, y el vertiginoso cambio tecnológico”, dijo Berdegué.
“Se trata de tres motores de cambio omnipresentes, que operan en simultáneo y que inciden sobre las sociedades rurales con una magnitud como no hemos visto en los 12 mil años desde que nuestros ancestros inventaron la agricultura.”
Durante su charla magistral, Berdegué analizó el impacto de esos tres fenómenos, y las maneras en que los países pueden reaccionar a ellos en el marco del Plan de Acción del Decenio de la Agricultura Familiar 2019-2028.
“Hay que emplear la Década como un espacio político, social e incluso cultural, para que la agricultura familiar realice su aportación a los Objetivos de Desarrollo Sostenible mediante su propia transformación, de cara a estas grandes olas de cambio”, explicó Berdegué.
Efectos de 2 grados más de temperatura
Según Berdegué, el 40% de la superficie total de América Latina y el Caribe habrá alcanzado, o sobrepasado, el umbral de 2 grados en los próximos 11 años, y hacia 2050 toda la región estará bajo un nuevo régimen climático.
“Millones de agricultores familiares verán afectadas, en algunos casos de manera radical, sus estrategias y sus medios de vida y sus sistemas productivos”, señaló.
“En un mundo con más dos grados, que está a la vuelta de la esquina, simple y sencillamente no será posible practicar la agricultura tal y como lo hacemos hoy. Si no actuamos ya, la agricultura familiar enfrentará una situación que sólo puedo calificar de catastrófica”, explicó Berdegué, haciendo un llamado fervoroso a los gobiernos para que sus planes nacionales incluyan estrategias de transición climática para la agricultura familiar.
Una nueva alimentación
En las próximas décadas el mundo verá un explosivo aumento de la demanda de alimentos a nivel global. “América Latina y el Caribe produce solo el 13 % de los alimentos del orbe, pero aporta el 45% de las exportaciones netas globales de alimentos, muy por encima de cualquier otra región del mundo, más que Europa, más que Estados Unidos”, explicó Berdegué.
Para que la agricultura familiar participe de manera destacada en la respuesta regional a la importante expansión de la demanda global de alimentos, Berdegué señaló que los países deben realizar inversiones, crear programas y políticas que permitan –por ejemplo– aumentar la participación de la agricultura familiar en aquellos rubros y productos en los que pueden tener ventajas comparativas, como la pesca, los cafés y cacaos de calidad, las frutas y verduras frescas, los lácteos y ciertos tipos de carnes.
Otro cambio que debe enfrentar la agricultura familiar es la transformación del sistema alimentario de la región, el cual –según Berdegué– “ha fracasado en su objetivo más elemental, que es alimentar saludablemente a la población”.
El representante de la FAO explicó que 294 millones de personas en América Latina y el Caribe, (47% de la población), sufren una o más formas de malnutrición, 151 millones de personas viven con sobrepeso y 105 millones con obesidad.
“La agricultura familiar debe hacer suya la bandera de la alimentación saludable, hasta ser reconocida como el principal campeón de la tarea de recuperar nuestros sistemas alimentarios para el bienestar general de la población”, explicó Berdegué.
La agricultura 4.0
La microelectrónica, la ciencia de datos, la inteligencia artificial, la teledetección y las tecnologías de registro distribuido; esas son sólo algunas de las tecnologías que están alterando dramáticamente la agricultura, los sistemas alimentarios y la vida de sociedades rurales.
Según el Representante de la FAO, las nuevas tecnologías tienen el potencial de facilitar la sostenibilidad y resiliencia de la agricultura y los sistemas alimentarios, pero destacó la necesidad de impulsar la innovación en la agricultura familiar, para que no se quede atrás.
“Qué políticas y programas necesitamos para que el resultado final de esta radical transformación tecnológica, no sea una nueva brecha de desigualdad, entre aquellos pocos agricultores que cuentan con los medios, y la inmensa mayoría que se quedan rezagados en la era del azadón y el arado?
Berdegué citó un estudio del McKinsey Global Institute, que señala que el 58 % de los empleos en la agricultura latinoamericana tienen un alto potencial de ser automatizados, y llamó a todos los países a proponer planes nacionales para “que los millones de mujeres rurales que trabajan en la agroindustria, tengan un futuro cuando sus empleos sean amenazados por la automatización”.