SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Cuando Francisco Domínguez Brito salió del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales para enfocarse en su objetivo político de llegar a la Presidencia, dejó pendiente la sanción que correspondía, y que había prometido, a Brenntag Caribe S.R.L., la empresa de capital holandés y dominicano que hizo un derrame ‘‘indeterminado’’ de Tergitol Nonilfenol en el río Haina que mató a una cantidad ‘‘imprecisa’’ de peces, dejó a los pescadores de la ribera del afluente sin su fuente de ingresos durante semanas y la incertidumbre sobre el efecto real del químico.
Aunque los mismos expertos que examinaron los daños concluyeron en su informe que Brenntag Caribe debía recibir un castigo administrativo, la espera se acerca a los tres meses y una sombra oscura cubre las informaciones que ofrece esa entidad gubernamental sobre el caso, tipificado como una violación a los artículos 82, 83, 102, 146 y 175 de la Ley General de Medio Ambiente (64-00); el artículo 3 del reglamento de etiquetado e información de riesgo de materiales peligrosos, así como los 40 y 78 del reglamento para la gestión de sustancias químicas.
¿Por qué no aparece el Tergitol Nonilfenol en los análisis?
Acento.com.do solicitó en dos ocasiones los análisis de agua que realizó Medio Ambiente con la finalidad de conocer los efectos de la negligencia. Esta evaluación serviría de fundamento para establecer la penalidad a la corporación. En la primera ocasión este portal informativo recibió varios documentos, pero solo dos páginas sueltas referentes a los estudios de laboratorio. Los archivos se titulaban ‘‘Análisis de agua 1’’ y ‘‘Análisis de agua 2’’. Uno contenía un pie de foto con la frase ‘‘página 6 de 8’’, lo que indicaría la falta de varias páginas del documento.
Esta hipótesis también la comparte el doctor en química José B. Contreras Pérez, director del Centro de Gestión Ambiental (Cega) del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec). De entrada, el especialista explica que los parámetros evaluados, a los cuales este medio de comunicación tuvo acceso, son parte de los estudios de agua rutinarios, pero sin guardar relación alguna con el derrame del surfactante, sustancia que desde su razonamiento constituye la ‘‘piedra del escándalo’’.
‘‘El problema es que esto no te dice nada de lo que te puede interesar. Tú quieres saber si hay azúcar y yo averigüé si hay chocolate, café… lo que sea. Yo puedo decir que todo eso es verdad, pero no busqué lo que tenía que buscar”, dice. “Entonces -añade- mi sospecha es que te hayan dado el informe incompleto porque yo me niego a creer que Medio Ambiente ante un derrame como este, mande una muestra a analizar y no pongan la sustancia peligrosa que es objeto del problema”.
‘‘Con estos resultados incompletos no pueden multar ellos a nadie. […] Aquí a quien andamos buscando es a esta sustancia y a quien hay que analizar es a esa sustancia”.
‘‘Todo esto no sirve para nada frente a un derrame de esta sustancia. No me dice nada. Esta información que tenemos puede estar bien o mal, pero no tiene que ver con lo que se debe buscar’’, asegura el experto.
Esta respuesta llevó a Acento.com.do a requerir la analítica completa, por segunda ocasión y amparado en la Ley de Libre Acceso a la Información Pública. Sin embargo, recibió las mismas dos páginas y una tercera que completa uno de los cuadros, entregado una primera vez incompleto por Medio Ambiente.
Ante este segundo intento de conocer la presencia o ausencia de Tergitol Nonilfenol en las aguas del Haina y la playa El Gringo, la respuesta del ingeniero químico del Intec fue la siguiente:
‘‘Seguimos en las mismas. Ese archivo lo que contiene es información sobre análisis de Metales Pesados, que es importante, pero sigue sin descifrar el problema. El asunto está en si se le hizo el análisis de presencia de la sustancia derramada. Todos los otros análisis son importantes en general para saber la calidad del agua, pero ninguno de ellos dice si la sustancia que se derramó está o no presente, esa es la clave. Te deben responder si ellos mandaron a hacer el análisis específico para esa sustancia o si no lo mandaron a hacer. Si esa información no aparece, no puede hablarse con base de las consecuencias de ese derrame’’.
José Contreras Pérez apunta a errores ‘‘elementales’’ en el examen que facilitado por Medio Ambiente. A la hoja que hace referencia al Laboratorio de la Dirección General de Aduanas, firmada por su encargado Arismendis Gómez, falta colocarle los parámetros de comparación de las muestras, que se amparan en los reglamentos de clasificación de los productos.
¿Una sustancia biodegradable?
Aunque el reporte de los peritos de Medio Ambiente define al Tergitol como “altamente soluble al agua y biodegradable”, el experto precisa que el hecho de que un producto sea biodegradable no le quita lo dañino.
‘‘Biodegradable quiere decir que se puede descomponer por medios naturales en la naturaleza. Por ejemplo un material es biodegradable cuando se puede podrir, como decimos nosotros. El problema con esta sustancia es que en lo que ella se degrada, hace daño… Qué tiempo dura para degradarse te puede contaminar cientos de kilómetros de un río. […]En todo caso, llegó al mar. Al llegar al mar también va a afectar a la fauna marina’’, aduce.
Técnicos advirtieron sobre ‘‘muy limitado’’ manejo de Brenntag Caribe
Medio Ambiente registra en su informe de fecha 20 de marzo de 2018, —tres días después del esparcimiento del químico que se produjo tras la avería de una tubería subterránea que conecta a los tanques— que la compañía de capital extranjero, presente en unos 17 países de la región, actuó de manera ‘‘muy limitada’’ al no presentar un plan de contingencia que impidiera el esparcimiento del químico desde el Haina hasta la costa.
Además, el mismo equipo del Gobierno, en ese momento bajo la responsabilidad de Domínguez Brito, advirtió que Brenntag Caribe debió precisar la cantidad del producto que derramó, pero no lo hizo.
Cuando Medio Ambiente se acercó a los ejecutivos de Brenntag Caribe, le informaron que habían descargado 200 toneladas de la sustancia del barco Nordic Wolverine, 9043081, bandera Norway, Tanquero tipo oil/chemical tanker, con un peso total de 1,600 toneladas.
El listado de especies de fauna acuática extinto es amplio, y tal como subraya el reporte de las autoridades, constituían unos recursos ‘‘de importancia comercial’’ para la ciudadanía de Bajos de Haina, municipio de la provincia San Cristóbal, a unos 25 kilómetros al oeste de Santo Domingo.
Según las muestras identificadas por técnicos de Medio Ambiente, la sustancia –de la cual se desconoce la cantidad vertida, pero que dos días después del suceso se habían recolectado unos cinco mil galones de espuma, según detalles de los peritos– recorrió un tramo aproximado de 1.60 kilómetros desde el río Haina hasta la Playa Gringo.
A su paso arrasó con doctores (Canthurus coeruleus), conjinúa (Caranx latus), mojarras (Gerres cinereus), sardinas (Harengula clupeola), robalo (Centropomus undecimalis), morena pinta (Gymnothorax sp.), barracuda (Sphyraena barracuda), machuelo (Opisthonema oglinum), agujón (Ablennes hians), lisas (Mugil curema), cebra (Chaetodipterus faber), casabito (Chloroscombrus chrysurus), pargo (Lutjanus sinagrys) y loro banda roja (Sparisoma radians).
La inspección, realizada por la Dirección de Calidad del Viceministerio de Gestión Ambiental, dice que este tipo de surfactante en el agua ‘‘no redujo significativamente los niveles de oxígeno, pero su contacto con la piel y agallas redujo la capacidad de los animales para hacer la función respiratoria’’.
Alertan sobre contaminación con químico nonilfenol en otros países
Tal como explica el responsable del Centro de Gestión Ambiental (CEGA), la sustancia derramada en el río Haina ha sido prohibida en algunos países. ‘‘De hecho la están sustituyendo. Cuando tú lees la hoja técnica la cantidad de peligros no son pocos’’, adelanta.
En 2014, el Ministerio de Salud de Panamá prohibió la comercialización de detergentes, desinfectantes, jabones y productos de limpieza que incluyeran entre sus componentes el químico nonilfenol.
Según reportó el diario La Prensa, el 18 de noviembre de ese año, las autoridades de salubridad de ese país centroamericano se dieron cuenta que ‘‘el nonilfenol es una sustancia corrosiva para los ojos, piel y tracto respiratorio que puede causar edema pulmonar, alterar mecanismos endocrinos y provocar efectos negativos en el medio ambiente acuático, que no se degrada con facilidad y que es insoluble en el agua’’. De hecho, la prohibición se amparó en un enunciado del Parlamento Europeo –según dice la noticia– que clasificó a la sustancia como ‘‘peligrosa prioritaria’’.
En una investigación publicada en 2010 por la Unidad Científica de Greenpeace sobre La permisividad de la Unión Europea ante la contaminación química, en la que estudiaron el caso del nonilfenol, se concluyó que los países europeos carecían de normativas para eliminar la contaminación por este surfactante, la cual –reconocía el estudio– era una situación preocupante debido a las evidencias ‘‘bastante fuertes’’ que permitían demostrar su composición ‘‘altamente tóxica’’.
A pesar de que el documento que describe la composición y posibles efectos del Tergitol, proporcionado por el Ministerio de Medio Ambiente de la República Dominicana, no precisa daños medioambientales, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de España alerta, entre otras amenazas, que ‘‘El nonilfenol es muy tóxico para los peces y otros organismos acuáticos. No se degrada con facilidad, tardando meses o incluso más en biodegradarse de la superficie del agua o de los sedimentos del suelo. Su bioacumulación es significativa en organismos acuáticos y en pájaros’’.
El Gobierno español subraya que resulta tan tóxico para los organismos acuáticos que sus efectos en la fauna pueden reflejarse incluso en el largo plazo.