Ginebra, Suiza.- Latinoamérica y el Caribe constituyen una de las regiones del mundo más afectadas por desastres climáticos y no sólo por los de gran escala, sino también por miles de fenómenos más limitados que atraen menos la atención, pero que están teniendo un inmenso efecto acumulativo en términos de pérdidas económicas y sufrimiento humano, según un estudio.
Entre esos fenómenos figuran principalmente inundaciones localizadas en áreas urbanas o rurales, deslizamientos de tierra, daños relativos por lluvias o vientos intentos, cultivos perdidos por heladas, olas de calor y sequías.
El informe "Estado del Clima en Latinoamérica y el Caribe 2020″ de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), publicado hoy, indica que los sectores que deben adaptarse con prioridad a los problemas ocasionados por el cambio climático en la región son los vinculados al abastecimiento de agua y la producción agropecuaria.
La temperatura media registrada el año pasado en la región fue la tercera más elevada en Centroamérica y el Caribe y la segunda en Sudamérica, con 1 grado y 0,6 grados, por encima del promedio 1981-2010.
La sequía provocó que varios países registraran una fuerte reducción en la producción de alimentos básicos para sus poblaciones, como ocurrió en el noroeste de México, donde el frijol registró su nivel más bajo de los últimos veinte años, mientras que en Guatemala se perdió el 80 % del maíz cultivado en zonas altas.
El informe también advierte de la amenaza del aumento del nivel del mar en una región donde más del 27 % de la población vive en áreas costeras y de un 6 % a 7 % en zonas de alto o muy alto riesgo
La zona de Sudamérica más afectada por la sequía fue el norte de Argentina, Uruguay, Paraguay y áreas en la frontera occidental de Brasil. En este último país y Argentina se reportó una caída de la producción de maíz y soja.
En el sector de los transportes, la sequía en la región del Pantanal limitó el acceso de Paraguay al agua potable y afectó el tráfico fluvial de mercancías, lo que redundó en un aumento de gastos de combustible, de suministros agrícolas, de alimentos y otras importaciones, conforme a los datos recopilados para el informe.
En Centroamérica los fenómenos climáticos extremos afectaron a ocho millones de personas.
El calentamiento del océano en el Atlántico tropical alejó las lluvias de Sudamérica en 2020, lo que produjo condiciones de sequía en los bosques y sabanas de la Amazonía. Los expertos han establecido una relación entre este desarreglo y el aumento de las incendios forestales en la subregión, los cuales se considera que causaron daños "irreversibles" a los ecosistemas.
"El año 2020 fue catastrófico para el Pantanal, donde el fuego quemó un área que excedía el 26 % de la región", añade el texto.
Asimismo, la elevación de las temperaturas causó olas de calor que en algunos países sudamericanos llevó a que el termómetro marcara más de 40 grados durante días seguidos y a que se rompieran varios récords de temperatura.
En algunos casos se registraron 10 grados por encima de la temperatura normal.
El informe también advierte de la amenaza del aumento del nivel del mar en una región donde más del 27 % de la población vive en áreas costeras y de un 6 % a 7 % en zonas de alto o muy alto riesgo de verse afectadas por esta evolución.
En el Caribe, por ejemplo, el nivel del mar sube una media de 3,6 milímetros por año, frente a un promedio global de 3,3 milímetros anuales.
En cuanto a ciclones, 2020 también fue un año récord, con treinta de estos fenómenos detectados en la cuenta atlántica. EFE