Contra el tiempo: “Para mí fue un alivio que mi madre pueda dar vida después de la muerte”

 

 

Por Samuel Tapia | Pedro Lajara rodea la mesa en el centro de la galería, a la expectativa de que le indiquen cuál es el mejor punto para la entrevista. Elige una de las mecedoras y se acomoda, dejando caer su cuerpo sobre el respaldo, para de inmediato colocar los antebrazos sobre los brazos de la silla.

Cuenta que fue el único hijo que tuvo doña Emilia, una mujer que describe como fuerte y alegre, cuya voz quedó silenciada “de un día a otro” por causa de una aneurisma el 19 de noviembre del 2010, a los 58 años.

Se trató del momento más difícil de su vida. Sin embargo, explica que en ese instante se le presentó la oportunidad de darle un giro a su desgracia y que le ayudaría encontrando consuelo: donar los órganos de su madre.

Fue una decisión importante en el momento más difícil”

“Le pregunté – al médico –que posibilidades de salvarse ella tenía, y me dijo que no, que ninguna, que ya había muerte cerebral. Me derrumbé”, dice, mientras reacomoda sus antebrazos en la mecedora. Fue en ese momento que le plantearon la posibilidad de la donación. “Fue una decisión importante en el momento más difícil”, expresa.

A pesar de la dificultad de la decisión y algunas diferencias con familiares, Pedro, quien no había escuchado sobre el proceso de donación, expresa que no lo pensó por largo tiempo.

40%

De acuerdo al director del Instituto Nacional de Coordinación de Trasplante (Incort), Fernando Morales Billini, el riñón es el más demandado, totalizando un 40 % de las necesidades de órganos.

“Es duro cuando el caso te toca a ti, pero, dentro de lo malo, es lo mejor que te puede pasar. En el caso de ella todo se habría perdido”.

La negativa familiar a la donación es la causa principal de la pérdida de donantes. En la primera mitad del 2017, las causas fundamentales de pérdida de los donantes fueron contraindicaciones médicas 39,2 % y negativa familiar 32,1 %, comparando con el año 2016, que tuvieron un 31,4 % y 40,7 % respectivamente.

Las religiones se han manifestado a favor del trasplante, en el caso de los Testigos de Jehová pueden recibir trasplantes siempre y cuando no se realice ningún tipo de transfusiones de sangre.

90%

de los pacientes con enfermedades hepáticas terminales fallecen esperando un hígado

 

 

Es duro cuando el caso te toca a ti, pero, dentro de lo malo, es lo mejor que te puede pasar. En el caso de ella todo se habría perdido”

 

Hay muchos que están esperando y lamentablemente mueren por mezquindad de nosotros, los seres humanos”

 

 

 

 

Le pregunté – al médico –que posibilidades de salvarse ella tenía, y me dijo que no, que ninguna, que ya había muerte cerebral. Me derrumbé”

"NO MURIÓ EN VANO"

Doña Emilia lo habría querido, asegura Pedro, y aunque se trató de la “decisión correcta”, no fue sin oposición por parte de algunos familiares. Pero se siente complacido. Quienes recibieron los órganos de su progenitora gozan de buena salud, por lo que cree que su madre no murió en vano.

Aunque afirma que le gustaría conocer la identidad de los receptores – cinco pacientes –, y emular la experiencia de personas como Bill Conner, quien viajó 4,000 kilómetros en bicicleta desde Baton Rouge, Luisiana hasta Fort Lauderdale, Florida, para escuchar el corazón de su hija fallecida Abbey, latir en el pecho de Loumonth Jack, el hombre que ella salvó, Pedro se encuentra con un muro legal que le impide llevar a cabo su aspiración.

La Ley 329-98 que regula la donación y tejido, extracción, conservación e intercambio para trasplante de órganos y tejidos humanos, en su artículo 13, párrafo cuatro establece que debe “garantizarse el anonimato del donante y del receptor, evitando cualquier información que relacione directamente la extracción y el ulterior injerto o implantación”.

“Aquí se pierden muchos órganos por la falta de conciencia”, reprocha Pedro. “Hay muchos que están esperando y lamentablemente mueren por mezquindad de nosotros, los seres humanos”.

RELIGIONES Y EL TRASPLANTE

Los Amish están de acuerdo con la donación de órganos. Aunque en su creencia solo Dios puede sanar el cuerpo humano.

La donación es dejada a decisión de cada persona, no tienen una postura oficial

Los budistas consideran que la donación debe ser una decisión de la conciencia de cada individuo. Honran a las personas que donan sus órganos a favor de la vida y de el avance de la medicina.

La donación de órganos es considerada como un acto de amor y caridad, por ende están de acuerdo con la misma.

La iglesia cristiana está a favor de la donación.

La 70va convención de la Iglesia Episcopal pidió a sus feligreses considerar de manera seria la oportunidad de donar órganos después de morir.

Apoyan la donación como una manera de mejorar la calidad de vida de las personas.

Su religión no prohibe la donación, es una decisión de cada individuo.

Es dejado a la decisión personal de sus feligreses

Los musulmanes ven la donación como un acto de bondad.

Lo dejan a decisión de cada individuo, no obstante no pueden recibir transfusiones de ningún tipo durante la cirugía y se le debe remover toda la sangre a los órganos antes de ser trasplantados.

Alientan la donación para salvar vidas y honrar al fallecido.

En 1984 la Iglesia Luterana aprobó una resolución donde afirmaba que la donación contribuye al bienestar de la humanidad y es una expresión de amor al prójimo.

No tienen una posición formal, dejan la decisión a cada individuo.

No tienen una posición formal, dejan la decisión a cada individuo.

La decisión debe ser tomada luego de consejo médico y confirmación a través de la oración. Es visto como un acto desinteresado de bondad.

No tienen una posición formal, dejan la decisión a cada individuo.

Alientan y apoyan la donación.

Alientan y apoyan la donación.

En está religión el cuerpo fallecido es considerado impuro y peligroso, dañar un cadáver es considerado un crimen grave. Por estos motivos es difícil conseguir aprobación de los familiares

No tienen una posición formal, pero tienden a estar en contra de la donación, ya que en sus creencias todos los miembros y órganos del cuerpo humano fallecido deben estar intactos debido a que el alma del fallecido recorre los momentos vividos durante un año.

 

 

DAR VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE

 

Pedro cuenta que no le importó en el momento si la petición del médico se trataba de algo transparente o no. Explica que se limitó a pensar que con su gesto podía ayudar a otros.

La experiencia, la cual dice fue terapéutica, hizo que se convirtiera en un promotor de la donación.

Sin embargo, entiende que en República Dominicana aún permanece el tabú respecto al tema, más que nada por desconocimiento, lo que arroja a que personas con pacientes en condiciones similares a la de doña Emilia, rechacen llevar a cabo la donación.

“Dar vida después de la muerte, da satisfacción en el alma que no se imaginan”.

 

 

Dar vida después de la muerte, da satisfacción en el alma que no se imaginan”

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