PARÍS, Francia.- Rafael Nadal celebró su partido cien en Roland Garros con una trabajada victoria en cuartos de final contra el joven italiano Jannik Sinner, de 19 años, en un duelo marcado por la tardía hora en la que comenzó y por los problemas que tuvo el español para ponerlo a su favor.

El número 2 del mundo se jugará el pase a su decimotercera final contra el argentino Diego Schwartzman, su verdugo en el reciente torneo de Roma, que se impuso en un maratón de más de 5 horas al austríaco Dominic Thiem, quinto favorito, ganador del Abierto de Estados Unidos y finalista de las dos últimas ediciones en París.

En el cuadro femenino, la argentina Nadia Podoroska se convirtió en la primera tenista procedente de la fase previa en acceder a la semifinal, tras derrotar a la ucraniana Elina Svitolina, y se medirá contra la polaca Iga Swiatek, de 19 años, que venció a la italiana Martina Trevisan.

Nadia Podoroska. EFE/EPA/JULIEN DE ROSA

El Roland Garros de la pandemia, retrasado a septiembre, que estrenaba techo y otoño, con luz nocturna, reunió todos los ingredientes en el duelo entre Nadal y Sinner, que comenzó a pasadas las 22.30 del martes (20.30 GMT) y acabó en las primeras horas del miércoles, sin público y en una ciudad clausurada por la COVID-19.

Los organizadores recargaron el programa en la pista central para protegerlo de la amenaza de lluvia, pero se les fue tanto la mano que les salió un inédito duelo de madrugada, que el español acabó ganando 7-6(4), 6-4 y 6-1.

Le costó entrar en calor al español, ante un talentoso rival que viene firmando una fulgurante progresión, rubricada en este Roland Garros en el que se ha convertido en el debutante más joven en alcanzar los cuartos desde que Nadal lo hiciera en 2005.

Celoso de sus récords, el español se aplicó a fondo, aunque tuvo que hacerlo con mucho más ahínco que en sus duelos anteriores para avanzar a sus decimoterceras semifinales, esa ronda a partir de la cual ya nunca ha dejado de levantar el trofeo.

El español, que tiene 98 victorias y 2 derrotas en sus cien partidos en París, vio peligrar su primer set de la campaña, cuando el italiano se procuró un servicio para anotarse la manga. Pero reaccionó a tiempo, al igual que en el segundo, cuando también le arrebataron el saque.

El viento, la hora, el frío y el rival, que salió a darlo todo, obligaron a Nadal a acudir a su sempiterna resistencia para acabar desgastando al rival.

Sinner, que es un chaval aplicado, trabajador y muy observador, habrá aprendido la lección de que Nadal no está acabado ni cuando parece que le has dado el último estacazo.

Ahora le aguarda Schwartzman, que está completando una buena campaña en tierra batida y que venció a Thiem, 7-6(1), 5-7, 6-7(6), 7-6(5) y 6-2, para clasificarse por vez primera para semifinales de un grande y privar al austríaco de las quintas consecutivas en París.

El duelo fue igualado, con alternativas para ambos, pero con un argentino más confiado, que no quería repetir el fracaso de cuartos de hace dos años.

Tras jugar en Roma su primera final de un Masters 1.000, Schwartzman rompió otro de sus techos y, de rebote, uno más, puesto que por vez primera ingresará entre los 10 mejores del mundo.

Contra Nadal tiene el reto de ganarle a cinco sets y en la pista que el español ha convertido en su fortín, tras haberle ganado en Roma a tres mangas por vez primera tras diez intentos.

Será otro contexto, pero no son muchos los que pueden decir que han ganado a Nadal sobre tierra batida y Schwartzman es de los que ahora sí puede hacerlo.

El argentino no estará solo en semifinales. Le acompaña su compatriota Podoroska, que es 121 del mundo y entrará en el top50 tras convertirse en la primera tenista de su nacionalidad que alcanza las semifinales en 16 años.

También fue la primera vez que esta tenista, que hasta ahora navegaba en los torneos de segunda categoría, ganaba a una top 5 del mundo, Svitolina, 6-2 y 6-4, algo tan sorprendente como la forma en la que lo hace, con contundencia pero sin locuras.

Para dar un paso más y meterse en la final tendrá que batir a la fogosa Swatek, que ya fue octavofinalista el año pasado, pese a que solo tiene 19 años, y que tras ganar a la número 1 del torneo Simona Halep en octavos, se deshizo fácil, 6-3 y 6-1, de la italiana Trevisan, que aspiraba a acompañar a Podoroska como clasificada semifinalista. EFE