París, 25 may.- No son muchos los osados que apuestan por la victoria de Serena Williams en Roland Garros, que empieza mañana, domingo, pero la estadounidense cuenta siempre entre las favoritas para ganar un Grand Slam, sobre todo cuando tiene la perspectiva de que sea el vigesimocuarto de su carrera, un récord histórico.
Colocarse al mismo nivel que la australiana Margaret Court, que da nombre a la central del Abierto de Australia, viene siendo una obsesión para la menor de las Williams desde que tiene el objetivo al alcance de sus manos.
A sus 37 años, la jugadora más laureada aun en activo ha visto cómo se le escapa el 24 grande desde que en marzo de 2018 regresó a las pistas tras un paréntesis por maternidad.
El año pasado se quedó a las puertas en Australia y en Estados Unidos. Ahora, en París, donde suma tres triunfos, busca con desesperación el cuarto que le iguale con la belga Justine Henin, pero sobre todo que le ponga a la altura de grandes de Court.
Tras su baja de maternidad, Serena no ha logrado ningún trofeo y la primera parte de la presente temporada ha estado afectada en una rodilla. Tras sus cuartos de final en Australia, solo ha sumado tres victorias, tras las cuales no ha podido seguir en la pista.
Malos augurios para la estadounidense que, desde su veteranía, ve llegar a nuevas candidatas, empezando por la japonesa Naomi Osaka, su verdugo en la final del pasado Abierto de Estados Unidos, donde le hizo perder los nervios, que llega a Roland Garros con el cartel de número 1 del mundo.
La nipona de 21 años ha ganado los dos últimos grandes y, aunque la tierra batida no es su superficie predilecta, su nivel tenístico le sitúan entre los favoritas, aunque nunca ha superado tres rondas en París.
Esta temporada ha logrado dos cuartos de final, en Madrid y en Roma, y jugó las semifinales de Stuttgart.
Atrás parecen haber quedado los problemas en una mano que le obligaron a retirarse en Roma.
El tercer nombre que suena con más fuerza es el de la rumana Simona Halep, que llega para defender el título, algo que nadie ha conseguido en París desde que entre 2005 y 2007 Henin encadenara tres triunfos.
La rumana no llega como número 1, pero su ambición está intacta, con menos presión porque haber levantado ya la Copa Suzanne Lenglen le ha liberado del peso de la responsabilidad.
Finalista en Madrid, donde fue derrotada por la holandesa Kiki Bertens, Halep no ha ganado ningún título en lo que va de temporada, lo que le ha relegado a la tercera posición del ránking, por detrás de Osaka y de la checa Karolina Pliskova.
La número 2, semifinalista hace dos años, figura también entre las candidatas tras haber ganado en Roma el último Masters 1.000 sobre tierra batida antes de aterrizar en París.
Bertens, número 4 del mundo, que ganó en Madrid y que también jugó en 2016 las semifinales de Roland Garros, completan el cuadro de las grandes favoritas.
Pero en el circuito femenino todo es posible. La española Garbiñe Muguruza, que ganó aquella edición, se transforma en Grand Slam. Aunque sus resultados no son prometedores, la española cuenta con la magia de Roland Garros para poder dar la sorpresa.
Garbiñe Muguruza, que podría alzar por segunda vez en su carrera la Copa del torneo de Roland Garros y que ve con más opciones a Suzanne Lenglen, evitó ponerse un objetivo concreto y aclaró: "un buen resultado es llegar a la final del torneo".