Minneapolis (EEUU), 7 abr.- El escolta-alero dominicano Brandone Francis hizo historia como sexto jugador que ayudó a los Red Raiders de Texas Tech a vencer por 61-51 a los Spartans de Michigan State en las semifinales de la Final Four del baloncesto universitario masculino y ponerles por primera vez en la gran final del torneo de la NCAA.
Francis, de 24 años, último que juega con el equipo tejano, volvió a ser decisivo al aportar su experiencia, liderazgo y una energía permanente en el campo de baloncesto en que se está convertido el U.S. Bank de los Vikings de Minnesota, de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), donde se disputa la Final Four.
Su aportación tuvo un valor mucho mayor que el que pudieron reflejar sus estadísticas del partido con nueve puntos, dos rebotes y dos asistencias en los 26 minutos que estuvo en la pista.
El liderazgo que mostró en la recta final del partido, cuando los Spartans, habían remontado 10 puntos para un parcial de 52-51 fue la clave que hizo que los Red Raiders jugasen la mejor defensa y anotasen también los puntos que les ponían por primera vez en el partido por el título nacional de la NCAA.
Una vez más, Francis estuvo seguro en los tiros de campo que hizo dentro de la pintura con 4 de 4, pero falló tres de los cuatro intentos de triple, que no impidieron que su labor fuese clave en la victoria, que rompió todos los pronósticos que daban a los Spartans como los grandes favoritos.
"La defensa que jugamos en la recta final hizo la diferencia y la manera como el equipo se recuperó cuando perdimos la ventaja se debe en parte al liderazgo que Francis puso en el campo", declaró el entrenador de Texas Tech, Chris Beard. "Lo mismo que sucedió con el talento y la valentía de Matt Mooney en los momentos decisivos"
Francis, un nativo de la Romana, que apenas hace ocho años que llegó a Estados Unidos con su padre Bobby, sin siquiera hablar inglés, ahora esta a las puertas de conseguir el título nacional del baloncesto universitario estadounidense, que su compatriota Al Horford logró en el 2006 con los Gators de Florida.
"Soy consciente de la gran oportunidad que tengo no sólo de representar a mi país sino a todos los latinoamericanos", reiteró Francis al valorar lo que significa jugar el partido por el título de la NCAA. "Nunca, ni en sueños, me pude imaginar que iba a estar viviendo esta experiencia única, pero ahora tengo una gran oportunidad como el resto del equipo de hacer historia".
La última prueba de fuego que deben superar para cubrirse de gloria será el superar a los Cavaliers de Virginia que alcanzaron la gran final al vencer por 63-62 a los Tigers de Auburn.
Al igual que les sucedió con el duelo ante los Spartans, los Red Raiders no llegan como favoritos, dado que harán su debut en una gran final, mientras que Virginia disputará la tercera y las estadísticas muestran que ningún equipo en su primera oportunidad de lograr el título de la NCAA lo ha conseguido.
Nada de eso importa a Francis porque sabe que es la situación que han vivido desde que llegaron al torneo y que al contrario de perjudicarles les ha beneficiado al generar dentro del equipo una mayor motivación en hacer mejor las cosas y luchar al máximo en cada partido.
También se siente con una motivación especial, la de luchar por dedicarle el título a su gran amigo e ídolo, el rapero Nipsey Hussle, quien fue asesinado el pasado 31 de marzo en Los Angeles, un día después que lo fue a ver jugar en los cuartos de final del torneo, que se disputaron en Anaheim (California).
Su padre Bobby ya tenía las entradas para estar con Hussle en Minneapolis y de hecho el asiento que iba a ocupar el artista fallecido estuvo vacío durante el partido que disputaron los Red Raiders y los Spartans.
"Su ausencia ha sido triste, pero a la vez me dio toda la fuerza y el espíritu de salir al campo y luchar al máximo como él (Hussle) lo hubiese deseado y mi padre me dijo", declaró Francis. "Su ejemplo de superación, su música y su nombre en mis zapatillas estuvieron presentes durante todo el partido".
Lo mismo sucederá cuando el lunes vuelva a saltar a la pista como el reserva de lujo y clave en el juego ganador de los Red Raiders, que ahora más que nunca saben que están a las puertas de lograr el triunfo que los metería de lleno en la historia del baloncesto universitario de Estados Unidos.
EFE