(A la memoria de mi madre)
Hoy quiero evocar el semblante de tu alma,
para hallar entre mi lóbulo temporal la suavidad de tu piel, la transparencia de tu sonrisa.
Hoy quiero evocar tus inacabadas ilusiones,
para recordar el motivo impredecible de tus consecuentes luchas.
Hoy quiero recordar tus palabras,
para encontrar en ellas tu virtud, tus afectos, tu prédica, tus dichas y desdichas.
Hoy quiero evocar tu pasado, porque en mi no existe más allá del presente, ahora mismo, en mis pensamientos.
Hoy quiero recordar que siempre fuiste,
paradigma y símbolo del bien y del buen hacer.
Hoy quiero recordar lo que fuiste, en parte, correctora de las farsas de tus hijos; inspiradora y propulsora del amor y del bien común.
Hoy quiero recordarte, hoy quiero evocarte, hoy quiero hablarte, hoy quisiera cargarte, sentarte, besarte, cantarte, bailarte, declamarte y contarte inconclusas leyendas de mi vida, como antes.
Hoy mi alma desea evocarte, pero no puedo, ¿cómo podría ser si aun no te has ido? Sigues latente en mi mente, como en el día en el que el foco oscuro de mis ojos dejó de verte, mamá.