Santo Domingo, 28 abr (EFE).- La Feria Internacional del Libro de Santo Domingo (FILSD 2018) es por las mañanas como un gigantesco patio de colegio donde los niños disfrutan especialmente de la caseta de República Digital, una de las principales novedades de este año, que está cosechando un gran éxito.

Isabel López, encargada de la instalación, asegura en declaraciones a Efe que la respuesta del público está siendo "extraordinaria", y que en la primera semana de feria han recibido a unos 9.000 visitantes, entre público en general y estudiantes de colegios de distintos puntos del país.

Concebido como un espacio de "inclusión, con oportunidades para todos", el área se divide en nueve módulos que el visitante puede recorrer en unos 20 minutos.

Entre los atractivos destacados hay experiencias en cibernética y en robótica, realidad virtual y realidad ampliada. También ejemplos de cómo aplicar la tecnología a fines sociales, como es el caso de los drones que transportan medicamentos a dispensarios y clínicas de lugares recónditos.

Además de corretear por las instalaciones de la Plaza de la Cultura, donde se desarrolla la feria, los escolares, al igual que el público en general, tienen una amplia oferta de actividades gratuitas, unas 300, como encuentros con los escritores asistentes al evento, que también ofrecen talleres literarios y participan en recitales.

Buena parte de esa oferta intelectual se desarrolla en la caseta de Guatemala, nación invitada de honor en la FILSD 2018, que ha traído una amplia representación de autores del país centroamericano.

Como parte de la oferta lúdica también destaca la propuesta del Pabellón Libro-Cocina, otra de las grandes novedades de esta edición, donde se vincula la oferta bibliográfica con un menú criollo gourmet que se presenta cada noche de la mano de un chef, como acción encaminada a crear marca país de la gastronomía dominicana.

En el programa de la más importante fiesta de las letras de la República Dominicana, este año también se rinde homenaje póstumo a dos grandes exponentes de las letras locales: Lupo Hernández Rueda y Juan Antonio Alix.

Agendas aparte, parece que el libro como tal no cobra auténtico protagonismo hasta el fin de semana, cuando se lanzan las grandes ofertas. Hasta ahora los libreros no han hecho mucho negocio, a pesar de la afluencia de público.

Cierto es que las casetas de venta de libros no están demasiado concurridas los días laborables, y que el interés que los colegiales muestran por los volúmenes a veces se limita a hacerse una foto para dejar constancia de su paso por esta cita cultural.

Bajo el lema "El libro arriba", la FILSD 2018 ha atraído como participantes a más de 30 escritores de ocho países, así como a 283 librerías y editoras nacionales e internacionales, a 13 asociaciones culturales o artísticas, además de dos organismos de la ONU y cinco universidades.

Las cifras de asistencia y de venta de ejemplares desde la apertura del evento, el pasado día 19, llegarán a partir del cierre de esta edición, que será el próximo 30 de abril, lunes no laborable, que podrá dar un último empujón al libro como protagonista de este encuentro. EFE