SANTO DOMINGO, República Dominicana.-El sustantivo monorriel, ‘tren que se desplaza por un solo riel’, que se está utilizando en relación con los proyectos para mejorar el transporte público en Santiago de los Caballeros, se escribe con doble erre para representar ese sonido en posición intervocálica.

Sin embargo, es frecuente encontrar en los medios de comunicación ejemplos de monorriel escrito con la letra r: «Subsuelo Santiago no permite metro sino un monoriel», «Integrará monoriel a metro y teleférico», «El monoriel no es una buena idea, deberían seguir ampliando el metro» o «Sugiere que primero se tome en cuenta una serie propuestas viales que por décadas han estado sobre la mesa, antes de entrar en un proyecto tan costoso como un monoriel que podría terminar como el Metro de Santo Domingo».

Monorriel se escribe en una sola palabra, con el prefijo mono-, que significa ‘único, uno solo’, unido a la palabra riel, sin espacio ni guion, según la regla general aplicable a los prefijos. Como en la palabra que resulta el fonema /rr/ queda situado entre dos vocales, debe representarse gráficamente con el dígrafo rr (monorriel) y no con la letra r (monoriel).

De manera que, en los ejemplos citados, lo apropiado habría sido escribir «El subsuelo de Santiago no permite metro, sino un monorriel», «Integrará monorriel al metro y al teleférico», «El monorriel no es una buena idea, deberían seguir ampliando el metro» y «Sugiere que primero se tome en cuenta una serie propuestas viales que por décadas han estado sobre la mesa, antes de entrar en un proyecto tan costoso como un monorriel que podría terminar como el Metro de Santo Domingo».

Asimismo, es oportuno señalar que la misma regla se aplica al sustantivo sinónimo monorraíl.

Fundéu Guzmán Ariza es una iniciativa de la Fundación Guzmán Ariza Pro Academia Dominicana de la Lengua, institución sin fines de lucro entre cuyos objetivos se encuentra impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación de la República Dominicana. Cuenta con la asesoría de la Academia Dominicana de la Lengua, el Instituto Guzmán Ariza de Lexicografía y la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), así como con el patrocinio económico del bufete Guzmán Ariza.