SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La comedia dominicana tiene la singular condición de ser, al mismo tiempo, fortaleza y Talón de Aquiles de la naciente tradición cinematográfica dominicana. Es taquilleramente, el tipo de producción que más vende, pero al mismo tiempo, una parte de sus títulos son responsables de crear una imagen cuestionable a la industria, que parte de una frase repetida: “yo no veo cine dominicano”, en una postura que es grave error dado que nuestro cine se ha diversificado y cualificado en muchos de sus aspectos, al punto de que solo en comedia, hay cuando menos nueve perfiles o subgéneros diferenciables. Ya no es posible hablar de un Cine Dominicano. Hay diferencias, estilos y hasta escuelas diferenciadas.
La comedia es el género que ha hecho que la gente acuda al cine, que sean validado los recursos invertidos, que ha provocado carcajadas y que también mucha gente se haga una idea general deficitaria, del género, lo que es una injusticia.
Las tendencias, perfiles o subgéneros en los que se define la comedia dominicana, a nuestro juicio son:
- La comedia fundacional. Es la que bien inicio el camino de la comedia con Nueva Yol y Perico Ripiao (Ángel Muniz, 1995 y 2003), caracterizada por una correcta puesta en escena, desde su guion hasta los aspectos interpretativos, el uso de los recursos técnicos con el mejor rendimiento posible para su época, a lo que añaden dos aspectos: el uso de figuras protagónicas histriónicas importadas de otro medio audiovisual (televisión) y un notable compromiso de contenido social. Muniz es una figura determinante e histórica, a pesar de que ha decidido asumir un rompimiento con los aspectos mediáticos de la industria. Desde Estudios Quitasueño, hace lo que quiere y ama lo que hace. Rechaza reconocimientos que merece en justicia y verle en una premiere es menos que imposible. Con todo y su actitud selectiva en cuanto a las relaciones, Muniz es sin duda uno de los protagonistas del inicio y el desarrollo del cine dominicano. Y eso lo distingue tenga o no estrellas en el paseo de la fama del cine dominicano.
- La comedia innovadora,Inicia con José Enrique Pintor Sanky Panky (2007), tendencia en que desborda una creatividad estilística similar en su carga de humor, manejo de los lenguajes del cine, y persistiendo en sustraer sus protagonistas de la televisión y la radio, procurando incrementar el atractivo de cara a la boletería y que se reafirma con Sanky Panky II (2013). Pinky Pintor es responsable del proyecto que más cabida ha ofrecido a los actores teatrales, con el protagónico a tres maestros de teatro en la comedia No hay más remedio, una película bien lograda y que debió merecer mucho más reconocimiento y ventas del alcanzado. La cualidad de innovación se nota igualmente en la comedia romántica Dos mejor que una (2019) horriblemente titulada en lugar de Sol y Luna, titulo original.
- La comedia comercial. Roberto Ángel Salcedo se inicia en el como protagonista , junto a Jochy Santos y Daniel Sarcos, en Un macho de Mujer (2006), dirigida por Alfonso Rodríguez, para seguir en como figura masculina principal en Mi novia esta de Madre (2007) dirigido por Archie López, para estrenarse como director en 2008 con Megadiva y de ahí en adelante definir una carrera que produce entre dos y tres producciones anuales, caracterizadas por guiones facilistas, que deben mucho a la televisión, con el uso extremo de figuras que adhieren su popularidad televisiva para garantizar mayor impacto, factor favorecido por ser el director-productor que cuenta con los mejores recursos de promoción (muchas veces iniciando hasta cinco y seis meses antes del estreno). Es uno de los productores directores que más boletas vende, aun cuando tiene una deuda con el cine estructurado al cuidado de una visión cinematográfica integral.
- La comedia que se supera a si misma. Responsabilidad de Archie López. Es el director que se inicia con comedias claramente comerciales, pero en López se experimenta un proceso de cualificación y estilístico que evidencia una búsqueda de mejorar los mensajes, alejarse de los estereotipos e incluso experimental con un tipo de comedia de fe (Cristiano de la Secreta, (2009), Hermanos (2017), además de haber creado una franquicia (la más exitosas de nuestras comedias) con Lotomán (2011) y sus otras dos entregas (2012 y 2014) , lo cual remata con la también exitosa franquicia Tubérculo: Tubérculo Gourmet (2015) y Tubérculo Presidente (2016), dos de las de mayor recaudación taquillera y que logran un acercamiento a la criollización (ridiculizada) del temperamento del dominicano de clases populares.
- La comedia diferenciada. Francisco Disla Ferreira, es un caso aparte en el cine criollo. Desde su productora Imákonos, ha dirigido tres comedias: “Un lío en dólares” (2014) “Dos policías en apuros” (2016). “El fantasma de mi novia” (2018), en las que evidencia el impulso creativo tan propio de un director que no se parece a nadie, que toma riesgos y que establece, más que un estilo, una escuela, por el rompimiento de esquemas de guion y dirección. Disla es una estrella completamente diferenciada en materia de comedia criolla.
- La comedia creativa. Integrada por directores sobre todo jóvenes que despliegan en pantalla, n aliento novedoso, de empuje y consistencia profesional. En esta tendencia se debe incluir a José María Cabral, quien ofreció una lección de cine de fuerte sentido estructurado como Arroba (2013), una osadía que vinculo el cine de época trujillista con cine de ficción y El detective Willy (2015) con un Fausto Mata que logro e mejor papel de comedia que ha hecho hasta el presente. A este cine se debe adjuntar el bien logrado trabajo de Leticia Tonos con Juanita (2018), uno de los proyectos cinematográficos de humor de más elevada terminación y que aporto una muestra de cómo lograr el mejor cine universal a partir de una historia local.
- La comedia de verano. Es el tipo de trabajo pensado, como parte de una directriz industrial y una estrategia de mercado, para ser estrenada en verano que tiene al joven David Pagan con Trabajo Sucio (2018) y ahora con Maravilla (2019) en los cines muy Caribbean Cinemas. Trabajo Sucio se pudo transformar en un gran inicio de esta tendencia, pero fue criticada por su similitud con Chance” del director panameño Abner Benaim. Con Maravilla, que ya hemos visto, se reivindica bastante al lograr una mejor obra para la risa. Sigue apoyándose en figuras provenientes de la televisión o las plataformas digitales
- La comedia del orgullo femenino. Se trata de trabajos de diversos directores que retozan con la aspiración de mujeres de adoptar roles activos, dinámicos y transformadores de la imagen tradicional de la mujer y que abrió con el exitazo “?Quién manda?, (Ronny Castillo, 2013) producido por Larimar y que estableció un referente nuevo (a pesar de crítica de similitud con e estilo de otras comedias internacionales). También están aquí: Todas las mujeres son iguales (David Maller, 2017) que igualmente aporta un hito determinante para nuestro cine, por la chispa del cuarteto femenil que se luce.
- La comedia de “blockbuster navideño”. Arranca con Colao (Frank Perozo, 2017), Que León (F. Perozo, 2018), Juanita (Leticia Tonos) y en diciembre 2019, Leones. En general son producciones industriales tratadas con un cariño empresarial especial y un empeño en cubrir por encima del estándar, todos sus cuidados. Se les hace un esfuerzo notablemente marcado en la promoción y mercadeo.
- La comedia necesitada de calidad. Se trata de trabajos de mala facturación, mal concebidas desde su guion o deficitariamete resueltas en su realización. Generalmente a cargo de directores sin experiencia o carentes del espíritu de gracia que demanda el género. Se puede citar en este apartado Lio de Faldas (de Miguel Vásquez), Mi Angelito Favorito (Alfonso Rodríguez).