« Il chante pour tous les autres hommes le chant pur de la rébellion qui dit merci à l´amour, qui dit non à l´oppression. Les promesses naïves sont les plus sublimes. […] Un homme chante, un homme espère. Et les frelons de ses douleurs s´éloignent dans l´azur durci. » PAUL ELUARD

« ¿Qué cosa más natural que el hombre traslade su modo de captación de la cosa en la enunciación a la construcción de la misma? Esta aparentemente crítica, pero, sin embargo, muy precipitada opinión, debería hacer comprensible antes cómo esta traslación de la construcción de la proposición a la cosa puede ser posible precisamente sin que la cosa misma haya llegado a ser visible. » MARTÍN HEIDEGGER. El origen de la obra de arte. [1]

Les Mains du Maître PICASSO. Collection “WEBER”-Vallauris (A.-M.)-Cliché d’ André Villers. Photographie Véritable
Les Mains du Maître PICASSO. Collection “WEBER”-Vallauris (A.-M.)-Cliché d’ André Villers. Photographie Véritable

 

Debo confesar que parecen de roca, que sus venas «brotadas» visiblemente están así para que se reconozcan sus manos, y la piel que las cubre, que se ha hecho gruesa por el trabajo. Están vivas, dotadas de un caudal de sangre. Son las manos del genio que retó a la inquietud milenaria del espíritu. Son aquellas que descubrieron los abismos del ser, que se hicieron dueñas de la curiosidad, y de la desquiciante condena a la muerte para todos. Son manos labradas para desatar a la indignación, para levantar la mirada hacia lo alto, para que se indague porqué es difícil hacer del prójimo un hermano.

Vistas sus venas con la apariencia de ríos que corren furiosos, bravos, irritados, comprendo que son las manos de todos los pueblos del mundo. Manos para desnudar al dolor, para enfrentar a los amos enemigos de los cantos de libertad de los hombres. Son manos que se funden con lo eterno, que enfrentan lo adverso, a la Historia; esa que evoca quien desde el mástil de un barco  en el generoso hospedaje que le ofrece el cielo, el sol y las olas, va detrás de lo cierto.

Son manos añosas, que descifran el arco ciego del tiempo, que averiguan cómo cocer el barro como lodo liberador. Manos que hacen del mito un argumento para el arte y un conjunto de cosas con nombres. Cosas de vivacidad, transformadas en pequeñas cosas de la vida. Son manos diestras, laboriosas, fuertes, engrosadas y halladas por la intemporalidad en un artista que alienta los combates, y, que se une a los poetas para guiarlos. Son manos sin vestiduras, creadas para un genio.

 Las manos de PICASSO
Las manos de PICASSO

Sí, de las manos de Picasso brotan endurecidas venas como si fueran nudos que la abruman, y líneas para hacer de la fábula un pensamiento, una expresión de los artificios de la naturaleza. Manos con montes y promontorios, con soledades, con hallazgos de gritos nocturnos, duras como la corteza del árbol, sin pulimento. Son «bruscas», expuestas al envidiable destino del que oficia para la tierra lo improbable, lo que inmortaliza la vuelta a la proeza; talladas, conservadas como un sílex, hechas para el hábil trabajador del barro. Son manos primigenias prestaras para hacer del principio un principio de fuego, para trazar un principio diferente a la tierra polvorienta.

¿Qué narran las manos de Picasso, o mejor dicho, qué revelan esas manos que pueden romper la   melancolía que traen los infortunios? ¿Qué pueden inspirar, qué nos hacen conocer? Quizás, lo que obsequió el genio al mundo sin carrozas, sin armaduras: lo pedestre que es la vida, al igual que una roca, y porqué se despierta a la vida para hacer de los anhelos un hospedaje donde se deja (en apariencia) de ser una sombra del sueño.

Sin embargo, unas manos notorias como éstas, cuéntense entre los que establecen distancia entre el alma y el amor; entre los que petrifican con la mirada a la soledad. Esos que, como indomables corsos, llegan a poseerlo todo porque se apropian del afán de los siglos, no le temen a lo que irrumpe lo que brota a solas de las cosas como quejido o padecimiento, puesto que los hombres de un siglo (como Picasso) conocen de todas las aguas, no se confiesan, y paradójicamente, no dialogan con Dios, porque son el prójimo de Dios, y por momentos se ven en él.

Si las manos hablaran más allá, de lo que se «ve», revelarían los tormentos que en ocasiones traen las horas, y los momentos en que sobre ellas se descarga el dolor del corazón cuando nos hacemos espectros, cuando se pierde todo de golpe, al dejar de existir. Las manos son refugio del odio, de los secretos; refugios de las colisiones de pensamientos, de la furia, de los lutos, de lo que se hizo vano, de las mentiras reunidas por la impaciencia, de los yerros que se hacen tiros al blanco.

Se dice que el arte, y el arte de pensar, es un oficio que toca, que corresponde a los que serán llamados a la cumbre; más, sin embargo, también es de otros que pretenden aplazar las congojas del espíritu cuando se irá a ser vuelo. Por ello, no hay hombre-de-arte que en solitario o en colectivo cuente lo que realmente es. Su biografía es una combinación «engañosa» de epidermis, cómo te ves o cómo te ven al fin y al cabo quienes juzgarán las esferas de tu egocentrismo. Tanto es así, que se equivoca, y no dejará de ser iluso, quien pretenda romper los círculos de sus confidencias, las puntadas que se redoblan para sellar las lenguas de los que deslizarán juicios que no queremos, y que pretendemos no escuchar.

Picasso  exposes poteries a la Galerie de L’ Elysee  à Paris.  A la Maison de la Pensee Française, rue de l’ Elysee, a eu lieu le vernissage de l’ exposition des Poteries de Picasso.
Picasso exposes poteries a la Galerie de L’ Elysee à Paris. A la Maison de la Pensee Française, rue de l’ Elysee, a eu lieu le vernissage de l’ exposition des Poteries de Picasso.

Por ello creo, que ningún hombre-de-arte se redime sí mismo, puesto que es el prójimo que irá a murmurar quién pude cambiar clavos por claveles. Callar sus defectos, guardar en las paredes trozos de papeles para proteger su intimidad, es la norma; al igual cómo se desdobla el que oculta tus secretos al colocarte en vilo, luego de perder la edad en que no es posible que el agua de los ríos corra sino es hacia el infinito.

Las manos son las únicas que no pueden ocultar nuestros secretos, las desgracias comunes que se hacen profundos surcos, que no se explican, que están allí, que no se impiden porque se hacen  borrasca.

¿Qué se pretende ser cuando se recuerda el genio de un creador, cuando ese creador no está libre de la adulación o de la idolatría, o cuando se hace aborrecible por su arrogancia? No será extraño que unos huyan de él, que otros le reprochen su vida. Sin embargo, digno es el genio que medita, que como dice Unamuno se aleja «de los hombres para mejor servirles», y que no pretende mayor gloria que el silencio y la soledad.

Toda la historia del arte ha canonizado a sus genios. Unos han sido divinizados, evocados como sabios, y elevados al digno respeto de los que cantan sus virtudes o promueven sus talentos. No obstante, quizás sólo a los poetas se les ocurre preguntar sobre las noches en que dejaron entrever el aleteo de los cuervos que le frecuentaban.

Las manos del maestro Picasso hicieron nacer de ellas, y de la arcilla, aves y pájaros. El barro se hizo cosa, se hizo obra. Creó Picasso pájaros para liberarlos, pájaros que habitarán la realdad, pájaros que apenas viven un ciclo, que encuentran descanso en la tierra, si es que no se van hacia el mar. Pájaros que cantan, que no tienen espíritus mezquinos, que no se arrancan el corazón entre ellos, que duermen sin considerarse eternos. Pájaros que apenas tienen recuerdos, que conocen de las distancias, que sorprenden por su trino, que son gemelos, multigemelos, raramente únicos, que vuelan satisfechos para encontrarse entre ellos. Pájaros que laboran para no hurtarles nada a los demás, que despiertan sin encontrarse con las dudas que traerán la mañana, pero sí con el agua, el sol, el aire, y el horizonte. Pájaros que no tienen pereza, que no traicionan, que se esfuerzan por no hacer tempestades en sus vidas, que nacen sin deberes, que sirven de guías, que no se adormecen por el dolor, que las lisonjas del amor no hacen que la furia se haga en ellos vengativa. Pájaros que se engendran en el día, que se asoman a los árboles, que viven en las ramas de ellos, que nos traen noticias sobre lo que ocurre en las montañas y en los llanos; que no hacen preguntas sobre su destino, que no sienten el tedio, que no se burlan de los que vienen al mundo, que vuelan perfectamente sincronizados, en plenitud, y se responden uno al otro, y los otros-entre-los-otros con el canto, como si fuera la oda que espera quien tiene el sacerdocio de crear lo que no es razonable, pero que es posible.

Picasso
Picasso

Lo no razonable es lo que se hace posible cuando un canto transforma a lo posible, y la materia se hace obra, y lo material inmutable se hace creación.

… Un pájaro volando; un pájaro prodigado en las robustas manos del maestro Picasso, que se deja ser, anhelado, alado por una oda. Un pájaro que no coloca sus oídos al lado del tirano, que no lleva en sus alas otras buenas nuevas que no sean los latidos de la libertad, que aprecia la vida misma, que no se esconde de los vaivenes del tiempo.

Quizás las primeras historias de la humanidad se escribieron al escuchar el canto de los pájaros, cuando la mirada aun no comprendía lo que se apartaba de ella: la realidad. La realidad no huye, sólo duerme, a veces. Se hace un instante. Se revela y se desvela. Se hace cosa. Se confunde con las sombras. Se figura a sí misma como una cuestión que atraviesa lo conocido. No hay un solo corazón que guarde toda la realidad del mundo, que lleve consigo todos los secretos.

El arte de los hombres es mentir, o acostumbrarse a las excusas sin pedir disculpas, por ser almas enfurecidas, merced al desaliento al conocer de la muerte, más aún cuando al tratar de alcanzar lo eterno consideran que ya se han empujado lo suficiente hacia la cumbre, y luego no saben cómo descender después del valle.

Entiendo que no todos mudamos de piel, pero sí de refugio, de inauténticos refugios, olvidando a la tierra, para ir en la dirección adversa al viento cuando creemos tener grandes ventajas sobre los que están a nuestro alrededor, y olvidamos que hay que romper con lo que nos castra las alas para volar hacia un destino seguro, para escarpar por las rendijas del viento.

Las manos de Pablo Picasso me han hecho desatar mi imaginación, y en efecto lo percibo así, porque vivo alarmada al reconocer que ahora todo se oculta de la memoria, y se le da vueltas a tantas mentiras. Por eso la muchedumbre clama por redentores, por uno que escuche sus confidencias, por alguien que no se vista con el cinismo que dan las ventajas de ostentar las amarras del poder político; por alguien que no desee entronizarse como un dios para hacerse un idólatra de sí mismo.

Pablo Picasso fue un genio, y como bien escribió Miguel de Unamuno: «El genio, se ha dicho y conviene repetirlo a menudo, es una muchedumbre; es la muchedumbre individualizada, es un pueblo hecho persona. El que tiene más de propio es, en el fondo, el que tiene más de todos; es aquel en quien mejor se une y concierta lo de los demás. » [2]

Picasso en su taller
Picasso en su taller

Quizás es posible, que los que tienen más de todos ya no estén ahora, para hacernos ser un prójimo que confía en su grandeza; pero la muchedumbre estará ahí siempre como su herencia, como un nosotros mismos que se junta, que se une, que se entrelaza por medio de las manos, que se erige como el pueblo.

Las manos de Picasso, robustas como la roca, me han permitido darme la oportunidad de preguntarme si es posible hacer el esfuerzo de propiciar otra realidad distinta a la actual. Ésta es una realidad –la de ahora- que causa muchos enojos e, intranquilidad. Muchos ya han quemado sus naves, sin haberse dado un minuto para descubrir en sus manos que con la materia de las experiencias vividas se pueden elaborar otras, distantes del eufemismo de «manos a la obra».

… Y recuerdo para mí, y para los demás, que la muchedumbre es como un pájaro que vuela alto, que no tiene tropiezos a su encuentro con el viento, que es por igual decir: la libertad.

 

NOTAS

[1] Martín Heidegger. El origen de la obra de arte. (Universidad Nacional de Colombia: Bogotá, 1953): 33 [Edición de la Biblioteca de Filosofía y Humanidades. Volumen II, con una introducción de Francisco Soler Grimma a la traducción].

[2] Miguel de Unamuno. Soledad (Espasa-Calpe Argentina, S. A.: Buenos Aires, 1949):49 [Colección Austral]

 

 Exposition des poteries de Picasso. Paris 194849-Plats en kaolin avec  dessins en céramique.  Au centre Vase en céramique noir mat
Exposition des poteries de Picasso. Paris 194849-Plats en kaolin avec dessins en céramique. Au centre Vase en céramique noir mat

PROCEDENCIA DE FOTOGRAFÍAS DE PABLO PICASSO. Colección de Ylonka Nacidit-Perdomo.

1. Picasso exposes poteries a la Galerie de L’ Elysee à Paris. A la Maison de la Pensee Française, rue de l’ Elysee, a eu lieu le vernissage de l’ exposition des Poteries de Picasso. Cette exposition obtient un grand succes de curiente auprès des amateurs. NPM- Picasso montrant une de ses posteries a sa femme.

  1. Exposition des poteries de Picasso. Paris 1948/49-Plat en céramique; dessins gravés.
  2. Les Mains du Maître PICASSO. Collection “WEBER”-Vallauris (A.-M.)-Cliché d’ André Villers. Photographie Véritable.
  3. Exposition des poteries de Picasso. Paris 1948/49-Plats en kaolin avec dessins en céramique. Au centre: Vase en céramique noir mat.
  4. Exposition des poteries de Picasso. Paris 1948/49-Plat en céramique.
  5. Exposition des poteries de Picasso. Paris 1948/49-Vase en forme d’ oiseu de proie. Céramique mat.
  6. PICASSO. Propriété de l’agence Intercontinentale.
  7. Exposition des poteries de Picasso. Paris 1948/49-Vase en céramique blanc-gris.

     Exposition des poteries de Picasso. Paris 1948-1949-Vase en céramique blanc-gris.
    Exposition des poteries de Picasso. Paris 1948-1949-Vase en céramique blanc-gris.

9. PICASSO. Minisière de la Jeunesse des Arts et des Lettres. Sevices d’ information à l’Etranger. 86110. PICASSO. Minisière de la Jeunesse des Arts et des Lettres. Sevices d’ information à l’Etranger. 860. (La simplicité des oiseaux, repose le peintre du snobisme des hommes.11. PICASSO. Minisière de la Jeunesse des Arts et des Lettres. Sevices d’ information à

l’Etranger. 862. Ces mains aiment à manipuler une améthiste millénaire dans la quelle fait très rare, une goutte d´eau est prisonnière.

12. PICASSO. Minisière de la Jeunesse des Arts et des Lettres. Sevices d’ information àl’ Etranger. 863. Picasso dans su atelier. On remarquera que la palette du peintre jonche le plancher, car il travaille accroupi.

13. PICASSO. Minisière de la Jeunesse des Arts et des Lettres. Sevices d’ information àl’Etranger. 864. Quelles peuvent être les pensées intimes de l´artiste, devant une de ses réalisations. Le portrait de la fille de sa concierge.