Luego de un amplio período alejado del suelo insular, retorna a mostrarnos su más reciente producción artística: “Pecados Capitales”,  el creador visual dominicano perteneciente a esa peculiar “Generación de los 70”: Julio Natera.

Natera pertenece a esa estirpe de artistas visuales que dio a la luz sus primeras  creaciones, en momentos de convulsa situación política para el

Avaricia
Avaricia

pueblo dominicano, en donde las restricciones a sus libertades y derechos ciudadanos, la persecución, los encarcelamientos y asesinatos de políticos de oposición al régimen balaguerista, constituían parte del diario existir. Sin embargo, extrañamente y sin titubear, podemos afirmar que esa década de los setenta (1970-1980), constituyó  el período de mayor efervescencia y dinamismo de las artes plásticas dominicana después de la Guerra de Abril del 1965;  determinado por las confluencias de una serie de factores que incidieron en ese proceso, como los fueron: la reactivación de las Bienales Nacionales, la aparición de importantes suplementos culturales en los medios impresos,  los concursos de artes visuales auspiciados por empresas y entidades privadas, la construcción por parte del gobierno del Museo de Arte Moderno,  las exposiciones populares organizadas por el Movimiento Cultural Universitario de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (MCU), las exposiciones colectivas e individuales auspiciadas por diversas instituciones culturales y universitarias, la conflictiva I Bienal de la Ciudad de Santo Domingo (1972), convocada por el Ayuntamiento del Distrito Nacional, la aparición de núcleos de artistas visuales aglutinados en torno a propuestas conceptuales muy bien precisadas;  en muchos casos con un alto contenido social y de cuestionamientos al “statu quo” imperante, en el marco de una pujante clase media y “200 nuevos millonarios” levantados bajo la sombra del régimen de los doce años,  con poder adquisitivo para invertir en las compras de obras de arte.

Glotonería
Glotonería

Es en medio de esa panorámica nacional que surge la producción artística de Julio Natera, quien tiene como primer escenario expositivo los salones del “Comedor Universitario de la UASD”, en una colectiva junto a los creadores visuales Frank Almánzar y Carlos Sangiovanni; la muestra HOMBRE-HOMBRE, realizada en el año 1976,  exposición que recibió amplia divulgación y excelente acogida por parte de los medios y critica de arte especializada de ese momento, cosechando además el título de:  “Mejor Exposición Nacional del 1976”, reconocimiento otorgado por Movimiento Cultural Universitario (MCU).

Para ese momento,  la obra de Natera se delineaba dentro de un expresionismo abstracto-figurativo, que comenzaba a decantarse finalmente hacia una abstracción caribeña que evidenciaba en sus trazos compositivo los planteamientos conceptuales  del pintor ruso Vasili Kandinski (1866-1944),1 con una saturación cromática propia de nuestra  idiosincrasia tropical.  Del artista, el conocido pintor y crítico de arte dominicano Danilo de los Santos (Danicel), nos manifiesta: …la obra de Natera es abstracta; pero de una abstracción confluida, porque concentra y desconcentra con cierta gestualidad un gran número de conceptos mediante un lenguaje sencillo en líneas y colores.” ( La pintura en la sociedad dominicana. Pág. 387

Ego
Ego

Posteriormente, Julio Natera parte hacia Venezuela, en donde trabaja como discípulo en el taller del mundialmente reconocido artista venezolano Carlos Cruz-Diez,2  etapa que permea a su carrera y producción artística los principios del arte Óptico y Cinético,3  para producir una serie de obras expuestas en la ya desaparecida Galería de Arte Imagen de la ciudad de Santo Domingo, con híbridos de elementos orgánicos abstractos y tramados cinéticos, que coadyuvaron en el logro de una obra auténtica muy diferenciada por sus atributos, a las de su maestro Cruz-Diez.

Durante largos años ha residido en la ciudad de Miami, en donde su obra artística decantó hacia lo cinético con una esencia geométrica pura, para finalmente retomar   en su más reciente producción: “Pecados Capitales”, el discurso compositivo que hurga entre la abstracción y figuración, apoyándose fundamentalmente en el espontáneo fluir de las líneas sobre el soporte, y el peso visual de los colores de sus pinturas. Pecados Capitales”, es la libre interpretación visual del artista, de los siete vicios: lujuria, vanidad, pereza, envidia, gula, ira y avaricia;  declarados por el cristianismo, con el objetivo de educar a sus creyentes en su concepción moral religiosa.

Esta serie de dibujos y pinturas en pequeños formatos, serán mostradas por el artista a partir del 16 de noviembre, en Sangiovanni Galería de Arte & Estudio de la Zona  Colonial.

  1. Kandinski; Vasili: pintor ruso, precursor de la abstracción en pintura, y teórico del arte. Se considera que con él comienza la abstracción lírica y el expresionismo.

https://es.wikipedia.org/wiki/Vasili_Kandinski

  1. Cruz Diez; Carlos:  (Caracas17 de agosto de 1923) es un artista plástico venezolano, uno de los máximos representantes del op art (arte óptico) a nivel mundial, vive y trabaja en París desde 1960. Su investigación ha aportado al arte una nueva forma de conocimiento sobre el fenómeno del color, ampliando considerablemente su universo perceptivo.

https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Cruz-Diez

  1. Op Art (arte óptico): Corriente artística que surgió del movimiento abstracto-constructivista, que evidencia en formas puramente geométricas los aspectos ópticamente alternantes de luz y color.

Cinético: El arte Cinético surge del empeño de artistas dadaístas y futuristas por integrar en el objeto artístico, con ayuda del movimiento, nuevos principios de figuración artística, concretamente el tiempo y la mutación. Ya con el tiempo y luego de los experimentos de los constructivistas rusos, el arte cinético quedo asociado a la técnica y arquitectura científicas, gracias a los experimentos estéticos con la luz, realizados por el “Op art plástico-espacial”.