SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH-RD) condenó la suspensión de los desfiles de Gagás y Guloyas durante la celebración de la Semana Mayor en San Pedro de Macorís, "ordenada de forma arbitraria e inconstitucional, por las autoridades gubernamentales y municipales de esa ciudad".

Recordaron que los Gagás y Guloyas forman parte del patrimonio cultural del país y de la humanidad, como lo declaró la Unesco en el año 2005. De hecho, precisaron, están inscritos en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el año 2008.

"En esta ocasión tanto la Presidencia de la República como el mismo ayuntamiento de San Pedro de Macorís se regocijaron de la decisión y la celebraron".

Consideró que la sociedad dominicana debe estar orgullosa de estas manifestaciones culturales y "celebrarlas, repetirlas, difundirlas y  multiplicarlas".

La Comisión dijo que una parte de la población es consciente del valor de los Gagás y Guloyas, pero no todos. "Hay un sector cavernario, de hombres y mujeres políticamente primitivos y culturalmente analfabetas  que identifican estas expresiones artísticas con la parte ancestral de nuestra cultura e identidad que quisieran borrar de su aguado ADN, o sea la parte proveniente de África".

"Hay que ser sencillamente ignorantes  para parir semejantes ideas, y hay que ser abusadores y criminales para poner en práctica el paso sucesivo, o sea la prohibición de lo que es expresión de la identidad dominicana, que no es una y única, sino el resultado del cruce de diferentes culturas, poblaciones, almas", consideró.

Criticaron el discurso de odio, ignorancia, exclusión y discriminación que impera en el país.

 

Lea la declaración íntegra de la Comisión de Derechos Humanos:

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH-RD) condena enérgicamente la suspensión de los desfiles de Gagás y Guloyas durante la celebración de la Semana Mayor en San Pedro  de Macorís,  ordenada  de forma arbitraria e inconstitucional,  por las autoridades gubernamentales y municipales de esa ciudad.

No habría que tener que recordar que tanto los Gagás que los Guloyas forman  parte del patrimonio cultural de nuestro país, y no solamente de nuestro país, sino de la humanidad entera, como declarado por la Unesco  en el año 2005 e inscrito en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el año 2008.

En esta ocasión tanto la Presidencia de la República que el mismo ayuntamiento de San Pedro de Macorís se regocijaron de la decisión y la celebraron. Resulta extraño ahora que propio la página web del ayuntamiento de San Pedro donde se reportaba la noticia  resulta cancelada.

Habría que estar orgullosos de estas manifestaciones culturales: celebrarlas, repetirlas, difundirlas y multiplicarlas. Algunos lo estamos.

No todos. Hay un sector cavernario, de hombres y mujeres políticamente primitivos y  culturalmente analfabetas  que identifican estas expresiones artísticas con la parte ancestral de nuestra cultura e identidad que quisieran borrar de su aguado ADN, o sea la parte proveniente de África.

Hay que ser sencillamente ignorantes  para parir semejantes ideas, y hay que ser abusadores y criminales para poner en práctica el paso sucesivo, o sea la prohibición de lo que es expresión de la identidad dominicana, que no es una y única, sino el resultado del cruce de diferentes culturas, poblaciones, almas.

Hay que ser muy  humanos e intelectualmente evolucionados   para entenderlo. Lamentablemente nos gobiernan brutos que a la fuerza están imponiendo su discurso de odio, de ignorancia, de exclusión y de discriminación.

Los mismos que se indignan cuando nos acusan que en nuestro país hay  racismo, y no un racismo latente, sino más bien fuerte y radicado.

Los mismos que no tienen ninguna reserva en ponernos al margen de la comunidad internacional una y otra vez. Son los mismos. Los de la sentencia 168-13, lo de la resolución 12-07. Sus pupilos son los que recorren Pedernales con las guaguas amenazando con sacar los haitianos, los que colgaron Tulile en el Parque Pepín de Santiago, los que quemaron la casa de una familia en Navarrete.

La República Dominicana ha ratificado la Convención  para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco en el año 2006. Con esa firma el Estado dominicano se comprometía a “asegurar el reconocimiento, el respeto y la valorización del patrimonio cultural inmaterial en la sociedad” (ART. 14).

Contrariamente a esto,  los Guloyas también fueron excluidos del Carnaval Nacional en Santo Domingo del pasado 4 de Marzo.

A estas alturas no se entiende la aclaración del Ministerio de Cultura que en un comunicado afirma “desligarse de estas prohibiciones y que las mismas fueron tomadas sin consultar ni apoderar” el mismo ministerio.

Dos consideraciones se hacen necesarias entonces. La primera es preguntarnos para que está el Ministerio de Cultura (que es parte de la Comisión Nacional Dominicana para la Unesco) si no cumple  con su misión que justamente es “formular y regir las políticas públicas en materia cultural, de forma participativa, inclusiva y diversa, salvaguardando el patrimonio cultural y las manifestaciones creativas, a fin de preservar la identidad nacional, y además garantizar los derechos culturales del pueblo dominicano y contribuir al desarrollo sostenible de la nación”.

Y la segunda consideración es que definitivamente vivimos en tierra de nadie donde todos hacen lo que le da su gana,  a menos que no haya una complicidad en ese programa de implementación de odio y de racismo que se origina desde el mismo seno de las instituciones.

Y esto parece, vistos los últimos acontecimientos,  la opción más real.

Habrá que preguntarse: ¿Por qué?

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos – así como confirmado por el Dr. Manuel María Mercedes – no se quedará con los brazos cruzados”. “La comunicación a la Unesco dominicana está lista y la denuncia oportuna en las sedes internacionales también, incluso a las mismas que acaban de sacarnos de la lista de países que violan derechos humanos por los presuntos  esfuerzos del Estado dominicano en la construcción de una política de diálogo y apertura”, reitera el presidente de la organización defensora y promotora de los derechos humanos, mientras recuerda que hace justamente pocos días el canciller Miguel Vargas hablaba de un “clima de derechos que se vive en el país, donde existe plena libertad de expresión y de prensa, plena libertad de asociación, plena libertad política, plena libertad de culto y un pleno ejercicio democrático”.

¿De qué país hablaba canciller?

Santo Domingo, 27 de marzo del 2017