CUIDO

“. . . es una cabeza con actitud, con muchísima pasión, empeño, calidad, CUIDO, amor”.

El Diccionario de la lengua española en su definición de cuido no ofrece sorpresa alguna, para comenzar asienta que es la, “Acción de cuidar”. Esa redacción es antigua y ha sido de uso continuado. No puede criticarse. Cuando amplía el concepto; esa corporación en su definición escribe, “especialmente de cosas materiales”.

Se ha traído este sustantivo a la atención del hablante de español dominicano y del lector interesado, porque en esta habla ese sustantivo recibe una utilización especial que es más especializada que la recibida en el habla general.

La mayoría de las veces se utiliza para advertir acerca de algo o alguien.

El habla de los dominicanos se empeña en establecer la diferencia que entiende que existe entre cuidado y cuido. El cuidado reviste características de atención con miras a prevenir. La mayoría de las veces se utiliza para advertir acerca de algo o alguien. El cuido también es atención continuada en la mente de este hablante de español.

En el cuido se reúnen las diligencias que se encaminan a proporcionar bienestar al objeto del cuido. Se torna en una actitud de una persona que busca un resultado en el objeto de su acción.

BRETERO

“. . . adquirieron fama de ser “algo” fantoches, BRETEROS o mete cuentos”.

La voz brete tiene una larga historia en la lengua española. Covarrubias entendía que era el potro en que se daba tormentos a los delincuentes. Metafóricamente pasó a significar “estrechez, aprieto”. Estas metáforas dieron lugar desde el año 1611 a las locuciones “meter a uno en un brete o estar metido en un brete”. Todavía en nuestros días brete conserva entre sus acepciones, “aprieto”; “prisión estrecha”.

El hablante de español dominicano casi no usa el sustantivo o adjetivo bretero en sus conversaciones. Esta voz procede del español propio de Cuba. Como otras tantas voces cubanas, esta llegó a conocimiento de los dominicanos gracias al constante y continuado trato entre los habitantes de estas dos islas. El bretero es la persona que provoca brete, es decir, que alborota. Además, es chanchullero.

Brete y brégete se encuentran en el Diccionario de dominicanismos de Deive (2002:41)

En el habla de los dominicanos sí se usa la voz brete que se encuentra en el origen de la del título. En el habla dominicana el brete es, “desorden, confusión”. Estas equivalencias para la voz brete es la que consigna el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

En el citado diccionario figuran otras significaciones para la voz brete que son de uso en otros países de Hispanoamérica. El Diccionario del español dominicano (2013:106) es más fiel a los usos contemporáneos del español dominicano y por ello trae otras acepciones para brete, “agitación, ajetreo constante” y “discusión”.

La primera mención de una voz parecida a brete en un repertorio de voces dominicanas aparece en Criollismos de R. Brito (1930), donde se encuentra bréjete con la acepción primera de brete, “Desorden, tumulto, aprieto”.

Brete se halla por primera vez enumerado entre las voces del habla culta en El español en Santo Domingo (1940:59) en tanto “dificultad: estar en un brete”. En Dominicanismos de Patín Maceo está como “porfía, contienda de palabras”. Con una acepción muy parecida figura en el Diccionario de la Lengua Española, 2014, “Cuba. Discusión acalorada entre dos o más personas”.

Todavía en el año 1967, en De nuestro lenguaje y costumbres, pág.42, la voz inventariada es bréjete y allí se lee para el significado, “Chisme. Enredo”.

Brete y brégete se encuentran en el Diccionario de dominicanismos de Deive (2002:41); este investigador reconoce a brégete con el valor de “Discusión, riña, pendencia” y cita una frase que documenta el uso. La cita pertenece a una obra publicada en los años sesenta. Esta observación se introduce porque está escrita con letra ge /g/, brégete.

La primera mención en un repertorio americano de una voz parecida a brete es bregeta, que entre otras acepciones lleva la de “necedad, molestia”. Vocabulario de los provincialismos de Honduras (1897:23). Esta pudo quizás dar lugar a la aparición más tarde de brégete en el español dominicano, si se toma en cuenta la similitud entre esas dos voces.

La primera mención que se ha encontrado del brete y bretero cubanos están en el Nuevo cautaro de cubanismos (1923:90); ahí para brete puede leerse, “enredo, trastorno, alboroto”. Para la voz bretero D. Fernando Ortiz escribe, “El amigo de bretes, enredos, trastornos. Si los clásicos hicieron matrero, tretero y cuatrero, los cubanos hemos hecho un bretero de buena ley”.

El brete cubano no permaneció sin cambios, pues en el Diccionario ejemplificado del español de Cuba (2016-I-177) es, “Noticia, verdadera o falsa, que da origen a una situación confusa y desagradable”. En su segunda acepción es, “Discusión acalorada entre dos o más personas”. El bretero es, “Persona muy dada a la discusión”. “Persona dispuesta a participar en cualquier actividad por curiosidad o esnobismo”. Mediante la lectura de estas acepciones puede observarse el movimiento del uso.

En el habla en Venezuela brete comparte con el habla dominicana la acepción de “agitación, ajetreo incesante”. Allí existe brejetería y brejetero.