Nota de la redacción:
Esta es la tercera y última parte de esta serie de escritos sobre el conflicto entre los gobiernos de Haití y República Dominica, de 1962, que se originó por la violación violenta de la Embajada Dominicana en Puerto Príncipe llevada a cabo por militares de la dictadura de Francois Duvalier.
Como en las dos primeras entregas, en esta parte la autora, Arlette Fernández (*) revela documentos oficiales de gran valor histórico, desconocidos por el gran público.
Adriano Trinidad Medina, Oficial Encargado de Personal y Ordenes del Batallón nos cuenta:
"En diciembre de 1962, el coronel Fernández Domínguez regresó del extranjero donde se encontraba estudiando. A los pocos días fue designado Comandante del Batallón Francisco del Rosario Sánchez, SOE. No. 174.
“Él fue el oficial escogido por el Presidente de la República para que comandar ese mismo batallón, en Jimaní, donde esperábamos sus órdenes para liberar nuestra embajada en Puerto Príncipe.
“Una de las cosas que distinguía a Fernández Domínguez era el trato que daba a sus subalternos. Nadie como él tenía tanto don de mando, pero su trato con nosotros era amistoso.
“Al otro día de mi llegada él se interesó por la moral de la tropa. Yo le expresé la necesidad de darle un desayuno más fuerte pues consideraba insuficiente un desayuno de avena y chocolate, sobre todo si teníamos que estar listos para combatir. Al día siguiente estaba resuelto.
“Pasamos allí unos 7 días. Hasta donde yo conozco, ningún comandante ha influenciado tanto a las tropas como lo hizo el coronel Fernández Domínguez, por su responsabilidad y valor en el carácter de dar órdenes.
“Fernández Domínguez se distinguió siempre por su talento como estratega, por la responsabilidad demostrada en cada una de las tareas encomendadas por sus superiores y por la profesionalidad que le imprimía a sus actuaciones" (fin de la cita).
El telegrama
El teniente Freddy Piantini Colón prestaba servicio en la Unidad de Blindados del Palacio Nacional, cuando se recibió el siguiente telegrama:
"Atención. Urgente.
“Solicitamos un pelotón de tanques AMX comandado por un oficial al que no tenga que explicarle sus funciones porque no tengo tiempo. Firmado: Rafael Tomás Fernández Dominguez, teniente coronel E.N."
La persona escogida para esta misión lo fue el teniente Freddy Piantini Colón.
“Llegamos a Barahona y partimos hacia Jimaní. Oímos el sonido de un avión que nos sobre volaba. Era un AT6 de matrícula haitiana. Ordené separarnos unos 100 metros para evitar que inutilizara todas las unidades si nos disparaba, pero el avión se alejó. En las afueras de Jimaní nos esperaba el comandante Fernández Domínguez con su Estado Mayor"
El teniente Marino Almánzar
El primer teniente Marino Almánzar García, considerado como el mejor técnico del Batallón Blindado, recuerda emocionado las palabras del comandante:
"En una reunión con el coronel Fernández Domínguez, este nos dijo que el ataque a Haití era inminente pero que protegiéramos a la población civil, que solo atacáramos a los militares”.
El capitán Rafael Quiroz Pérez también formó parte de la misión:
"El responsable de la misión principal era el teniente coronel Rafael Fernández Domínguez. Antes de partir hacia la frontera nos reunimos para coordinar la acción. Él estaría en Jimaní con su Estado Mayor y yo en Elías Piña. Le expuse mis temores pues sólo contaba con unos centenares de soldados contraguerrilleros, un pelotón de caza tanques AMX y un pelotón de artillería, insuficiente para enfrentar las tropas enemigas que nos harían “pipián” sin mucho esfuerzo.
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“El ejército enemigo creyendo factible una penetración nuestra por Elías Piña, situó miles de efectivos en Margarita, entre Ton-Ton Macoutes, tropas regulares y “voluntarios”, y yo no me encontraba tranquilo por la superioridad numérica del enemigo.
“Entonces, el coronel Fernández Domínguez me dijo qué hacer. “Debíamos convencer al enemigo que éramos muchos más, entre hombres y armamentos. Esto se lograría haciendo mucha bulla. Durante la noche debíamos poner en marcha los tanques, hacer desplazamiento de tropas, tocar cornetas, etc. El pueblo de Elías Piña no podía descansar pero estábamos impedidos de ofrecerle una explicación por razones de seguridad.
“Nunca olvido las palabras del coronel Fernández Domínguez al dirigirse a las tropas: “Yo soy el primero en estar en desacuerdo con que dos pueblos se desangren por cuestiones como éstas, pero, o hacemos respetar nuestras embajadas donde quiera que se encuentren, o debemos renunciar a seguir siendo un país libre y soberano".
Afortunadamente el problema se resolvió por la vía diplomática.
Los titulares de los periódicos señalaban que ante la firme posición dominicana, el presidente haitiano Francois Duvalier procedió a retirar un soldado que permanecía en el patio de la embajada de la República Dominicana en Puerto Príncipe.
A la Academia Militar
El teniente coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez volvió a su puesto de Oficial Ejecutivo del Campamento Militar 27 de febrero.
El entonces mayor Cabrera Luna recuerda que "el Comandante del Campamento era el coronel Neit Nivar Seijas, quien en una oportunidad cuestionó las medidas tomadas por el teniente coronel Fernández Domínguez para un desenvolvimiento adecuado del personal, a lo que Fernández Domínguez reaccionó reclamando respeto a su trabajo.
Esta actitud de Fernandez Domínguez provocó su destitución y fue designado director de la Academia Militar Batalla de las Carreras, donde meses después organizó el Movimiento Constitucionalista con miras a evitar el derrocamiento del gobierno del profesor Juan Bosch, lo que finalmente se produjo el 25 de septiembre de 1963″.
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(*) Los informes elaborados por los oficiales que participaron en esta misión son inéditos, excepto el firmado por el comandante coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez que fue publicado en el libro "Coronel Rafael Fernández Domínguez, Soldado del Pueblo y Militar de la Libertad, de nuestra autoría.
Ver documentos: