La Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (FAA UNPHU), denunció la destrucción del patrimonio monumental del país por parte de personas y empresas, y reclamó se detenga la demolición de las chimeneas del Timbeque y de residencias patrimoniales.

La Facultad demandó de las autoridades proteger el patrimonio industrial y residencial compuesto por lo que queda de los grandes ingenios, los puentes metálicos – muchas veces vendidos como chatarra- y edificaciones industriales  (como la Chocolatera de Puerto Plata) y que  cumplan y apliquen las leyes dominicanas –.

En una declaración con motivo del Día Internacional de los Monumentos, la Facultad de Arquitectura citó los casos de  las demoliciones en el frente marino de la Ciudad Colonial de Santo Domingo (CCSD), en el  Paseo Presidente Billini que da inicio al Malecón de la ciudad de Santo Domingo y de las chimeneas de la antigua planta eléctrica del Timbeque.

“Denunciamos la práctica de aprovechar los días de asueto y festivos para, de manera irregular y sin contar con los permisos emitidos por las autoridades correspondientes, proceder a demoler edificaciones con valor patrimonial” afirma la entidad en el documento.

Indica que el panorama es preocupante porque que autoridades  no responden a su papel de salvaguardar los valores construidos de nuestro país, mostrando un grado de debilidad institucional preocupante y desinterés alarmante o simplemente no tienen la fuerza operativa para hacer cumplir  la Ley.

“La situación resulta más alarmante cuando tenemos conocimiento de que en una de las situaciones señaladas hubo una intimación mediante actas de notificación a la institución responsable de la demolición por parte de la Dirección de Patrimonio Monumental y simplemente no se le hizo caso. Esto constituye una demostración de la poca incidencia que esta institución tiene para actuar de acuerdo a lo que establece la ley”.

En su declaración, advierte que de seguir permitiéndose esta práctica de la demolición furtiva, que se ampara en la idea de que la cosa hecha se acepta por irreversible, “nos quedaremos sin memoria urbana y sin valores referenciales que actúen como modelos ante las nuevas generaciones, que deben comenzar a asumir su responsabilidad social”.

Explica que la práctica de la demolición furtiva demuestra la terrible distorsión existente en algunos  sectores especulativos inmobiliarios  que no valoran nuestro patrimonio, expresado en la irónica frase de que “con cultura no se come”.

Añade que esos sectores priorizan el simple  precio comercial de un sitio, sin comprender que ese valor se incrementa con el valor agregado patrimonial e histórico, para sostener que sólo ven valor económicocomo superior al simple valor inmobiliario,lo que se demuestra con el aumento del valor de los inmuebles  en las zonas históricas.

Pide que la gestión de la ciudad colonial sea más eficiente e impulsar el de que el patrimonio histórico es además un activo económico.

Recomienda a las instancias  encargadas de la Ciudad Colonial que ofrezcan los incentivos adecuados a los  propietarios y a los inversionistas para asegurar  sus inversiones y propiedades para que sean, además de protegidas, económicamente rentables.

“Esto así porque muchas de las pérdidas de nuestro valores construidos son producto de una reacción extrema por parte de propietarios y/o inversionistas ante unagestión que muchas veces obstaculiza y hace innecesariamente compleja la permisología de los proyectos” advierte.

La facultad de Arquitectura Unphu denuncia además  que hay evidencias de la práctica criminal de incendiar edificaciones patrimoniales de madera para dar paso a instalaciones con fines comerciales.

Pide  se inicie urgentemente  un registro detallado que incluya modelos tridimensionales de los centros históricos, contextos patrimoniales, monumentos, edificaciones y sitios.