Por Nelson Pinal Borges
El próximo 15 de noviembre se conmemora el 25 aniversario del accidente del avión cubano en la Loma Isabel de Torres en Puerto Plata, República Dominicana, donde fallecieron los ajedrecistas dominicanos doctor Juan José Matos Rivera -Pachón- (Jefe de la delegación), Marcelino de la Rosa (árbitro), los jugadores Manolo Marte, Héctor Ogando, César González y el entrenador cubano Adelquis Remón Gay. Ellos se dirigían a La Habana a participar en un evento internacional.
Pasadas las 6:00 de una fría tarde del domingo 15 de noviembre de 1992, la aeronave Ilyushin-18 matrícula 11-18CUTL-270 propiedad de la compañía cubana Aerocaribbean, se estrelló a 850 metros de altura contra el macizo izquierdo de la loma en momentos en que, procedente de Santo Domingo, esperaba para aterrizar en el Aeropuerto Internacional General Gregorio Luperón de Puerto Plata para posteriormente continuar vuelo hacia La Habana, Cuba.
Testigos oculares de la tragedia narraron que el avión, que más tarde se estrellaría formando una bola de fuego en la montaña Isabel de Torres, fue observado surcar el cielo en un espacio no acostumbrado, ya que en lugar de seguir la ruta de la orilla del Océano Atlántico, recorrió una distancia en dirección oeste-este llegando a la parte baja de la ciudad, por el proyecto turístico Costámbar y siguió al sur de la ladera de la montaña entre la falda y la cima, en una terrible desorientación del piloto Rolando Flete. En este fatal accidente murieron 34 personas en total, 16 dominicanos, 16 cubanos y 2 italianos.
La Loma Isabel de Torres en Puerto Plata es la única elevación en toda una extensa planicie que rodea a esta hermosa ciudad norteña y donde el avión realizaba maniobras de espera para aterrizar. El fuerte impacto contra la loma y los tanques llenos de combustible rápidamente convirtieron en llamas toda una extensa zona de difícil acceso. El entonces programa “El Gordo de la Semana” bajo la conducción del fallecido Freddy Beras Goico, anunciaba el desastre y al día siguiente todo un país amanecía acongojado y triste con la lamentable noticia.
Cuenta el licenciado Fabio Sánchez, en ese momento Secretario General de la FDA, que las labores de rescate se iniciaron esa misma noche pero debieron ser interrumpidas por el mal tiempo. En ellas participaron la Defensa Civil, la Cruz Roja, el Cuerpo de Bomberos y la Fuerza Aérea Dominicana.
Del grupo de los ajedrecistas accidentados, los primeros restos en identificarse correspondieron a César González, luego Marcelino y después Manolito Marte. Posteriormente -cuenta Fabio en su libro “Una Década de Ajedrez e Historia”- que en el Hospital, el ingeniero Damirón, presidente de la FDA, y él, pudieron observar, ya en una bolsa negra y debidamente identificado el cadáver de Adelquis. Los últimos en identificarse fueron Héctor Ogando y Matos Rivera.
Recuerdo aquella noche del domingo 15 de noviembre cuando en La Habana escuché la noticia en una radio extranjera pero todavía sin confirmar los nombres de los pasajeros. Al siguiente día, al llegar muy temprano a la Comisión Nacional de Ajedrez donde yo laboraba, me confirmaron que entre los fallecidos se encontraba Adelquis, quien llevaba pocos meses fungiendo como Entrenador en República Dominicana.
En Cuba la incertidumbre, la angustia y la tediosa espera conmovía a todos los familiares y amigos hasta que finalmente su cadáver llegó el jueves 19 de noviembre. Rápidamente, el Instituto de Deportes asignó un transporte para que un grupo de ajedrecistas nos trasladáramos desde la capital cubana hasta la ciudad de Holguín y poder estar presente en el funeral. Al llegar al velatorio notamos que la tristeza era extrema y generalizada entre todos los presentes. También posteriormente después en el cementerio donde mucho pueblo esperaba el féretro. Aún recuerdo al señor padre de Adelquis caminando sollozante y turbado ante la realidad que no podía, ni quería aceptar.
Oriundo del poblado de Yabazón en la provincia oriental de Holguín, Adelquis se vinculó un poco tarde al Ajedrez, a los 15 años, no obstante, logró ascender a fuerza de tenacidad y empeño a la cumbre del Juego Ciencia cubano.
Maestro Internacional en el Torneo Zonal de Ecuador en 1978, triunfó además en México, Angola y Brasil. Logró una norma de Gran Maestro en el Torneo Capablanca in memoriam de 1990. Asimismo, colaboró como Entrenador también en México y Angola.
De carácter alegre y campechano, Adelquis se distinguía por su forma de vestir, andar y conversar. Por eso era distinguido entre sus amigos como el Guajiro o el Guacho.
Fabio Sánchez, quien llevó a Adelquis en su vehículo desde el Hotel donde se hospedaba al aeropuerto de Santo Domingo, cuenta que éste iba vestido típicamente como acostumbraba: jean negro, pullover rojo y unas botas bien lustradas.
Personalmente con Adelquis me unía una sólida amistad; además de numerosos eventos en Cuba, compartí con él en eventos internacionales en México 1981, Nicaragua 1984 y Angola 1988 – 1989. Puedo asegurar que el Guacho siempre fue un excelente embajador y digno representante de la idiosincrasia cubana. En República Dominicana he podido constatar el aprecio y la admiración que le honran.
Dicha tragedia también llenó de luto a la familia puertoplateña, ya que falleció el destacado médico ex presidente de la Asociación de Baloncesto y presidente de la Unión Deportiva de Puerto Plata (UDEPLA) Cristóbal Merette Luna (Guidino).
Un dato curioso es que entre las pertenencias que Adelquis llevaba a Cuba se encontraban varios libros que el Sr. Ricardo Argomániz (epd), gran promotor y bienhechor del Ajedrez Dominicano, le enviaba a un amigo en Cuba, el Maestro Raúl Pérez. Tanto Don Ricardo como Raúl, eran fervientes amantes del Ajedrez por correspondencia y mantenían una estrecha amistad, aunque no se conocían personalmente.
Pues entre los pocos escombros salvados de las llamas provocadas por el desastre, un voluntario de la Cruz Roja dominicana encontró uno de los libros que el Sr. Argomániz le enviaba a su amigo Raúl por medio de Adelquis. El libro en cuestión era Korchnoi’s Chess Games, editado en 1979 en The Oxford University Press por David Levy y Kevin O’ Connell.
Meses después del accidente, la Federación Dominicana de Ajedrez envió a Cuba una comisión integrada por los Federativos Rafael Damirón y Francis Argomániz, con fines de testimoniar su sentimiento de pesar a las autoridades deportivas y ajedrecísticas de la isla, así como a los propios familiares del querido e inolvidable Adelquis. Con esa misma finalidad posteriormente también viajó a Cuba, la ingeniera Elizabeth Hazim, presidenta de la FDA 1994-1996.
Hoy la familia ajedrecística dominicana y cubana invoca a estos Inmortales del Ajedrez, y en mi caso particular, recuerdo a Adelquis en presente y no en pasado, como el enérgico luchador que con derroche de coraje consiguió triunfar en el Ajedrez y que sólo una solitaria loma enclavada en la geografía de Puerto Plata, pudo interrumpir su hermosa obra de jugador y Entrenador.
Físicamente los Inmortales no están entre nosotros pero su presencia se mantiene viva, por eso en un día como hoy bien merecen nuestra recordación. A tal efecto, por esta fecha la Federación Dominicana de Ajedrez se celebra el tradicional Torneo Los Inmortales como justo homenaje a los hermanos ajedrecistas caídos el 15 de noviembre de 1992.
Asimismo, la Fundación Liss Chess, dirigida en la actualidad por el arquitecto Felipe Rodríguez, realiza anualmente actividades de recordación en la misma ciudad de Puerto Plata y este año organizará una Charla y una Simultánea a cargo del suscrito.