SANTO DOMINGO, República Dominicana.- De todas las experimentaciones audiovisuales que ha hecho dentro de su carrera el realizador José María Cabral, como aquellos cortos directamente exhibidos en las redes sociales como “15 minutos” (2010), “Un millón por Sobeida” (2010) y “Espejitos por oro” (2011), y aquellos largometrajes “Jaque Mate” (2011), “Arrobá” (2013) o “Despertar” (2104), era lógico que su ímpetu tocara una de las técnicas que está aflorando dentro del mundo cinematográfico como lo es la realidad virtual.
Al igual que otros realizadores que se han acercado a esta área como lo ha sido Alejandro González Iñárritu quien en el pasado festival de cine de Cannes, empleando la tecnología más avanzada de realidad virtual, presentó “Carne y Arena”, una experiencia individual que colocó al visitante en medio de una enorme caja negra (un foro) que lo sumergió en la situación de atravesar un desierto como la de aquellos migrantes perdidos a su suerte en el desierto estadunidense.
En esta ocasión, José María trata de sumir al espectador en una experiencia similar, pero utilizando un elemento común para todo ciudadano como es la basura.
“Vertedero Reality” es un cortometraje documental, de narrativa inmersiva, y que se convierte en la nueva manera del realizador para mostrar al público cómo se combina la técnica cinematográfica con la aspiración de llevar conciencia a la ciudadanía sobre el manejo de los desechos sólidos.
Cinco minutos con unos oculus rift (lentes de realidad virtual) son suficientes para conocer lo que el cineasta palpó durante la realización de un proyecto que contó con el respaldo de la Fundación Tropigas, a través de su programa Ribera Verde y con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente.
“Quedé impactado por la cantidad de basura, y fue en este momento que pensé en cómo podía compartir esto con la gente y cuál sería el formato perfecto para que el mensaje llegue a la gente sin que tengan que moverse de su asiento”, contó el cineasta cuando los visitó durante cuatro meses y cuya realización del rodaje tardó alrededor de tres semanas.
El director explicó que el costo de las cámaras 3600 utilizadas para la filmación ascendió a RD$150,000, los lentes oscilan entre US$600 y US$800, las computadoras US$2,300, por lo cual estima que su inversión en equipos fue aproximadamente de US$6,000 para la filmación del corto post producido por Juan Carlos Marchena.
Para palpar esta experiencia fue habilitado un espacio de Ágora Mall donde el visitante tuvo la oportunidad vivir, a través de esta técnica, lo que cientos de recicladores de basura de los vertederos de Duquesa en Santo Domingo y Rafey de Santiago viven cada día.
El cineasta mostró su entusiasmo por este nuevo proyecto donde puede externar lo identificado que se siente con la problemática de contaminación ambiental del país.