Por Luis Arambilet y José Rafael Sosa

La recta final hacia la ceremonia de gala de los IV Premios Platino del Cine Iberoamericano, ya encamina sus pasos hacia el 22 de Julio, en La Caja Mágica de Madrid.

El papel de los jurados es fundamental, dada la calidad de las 43 obras cinematográficas en competencia final, provenientes de 13 naciones iberoamericanas.

Lo que van a encontrar los jueces de los Platino es la síntesis de la síntesis, la “creme de la creme”, lo mejor de lo mejor del cine Iberoamericano de 2016, por lo cual su decisión no habrá de ser sencilla. Todo lo contrario.

El nivel cinematográfico a decidir es alto, altísimo al punto de haber dejado fuera de competencia buenas cinematografías, pero sin el alcance de las cinco o seis marcas audiovisuales más reconocidas en la región.

Los Premios Platino, organizados por la Entidad de Gestión de los Derechos Audiovisuales (Egeda) y la Federación Iberoamericana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales (FIPCA) ya han cumplido, aun sin llegar la ceremonia de gala, un papel fundamental porque ha puesto de relieve en su mejor expresión, la cinematografía hecha en español, a la que ha transformado en el centro de atención regional del mercado natural, dadas las características de idioma y canales de distribución.

Si bien llegar a recibir la estilizada estatuilla plateada, de una mujer sosteniendo al mundo, es un deseo de todos los involucrados en esta recta final, las nominaciones finales (por ambiciones personales, colectivas e incluso patrióticas y nacionales), son “per se” son un magnífico e inestimable sello de calidad iberoamericana.

¿A cuáles calidades fílmicas se enfrentarán los jurados de los IV Premios Platino?

Neruda

De Pablo Larraín, (No, Jackie, El Club) toma el acertado camino de la coproducción, uniendo a Chile-España-Argentina-Francia y Estados Unidos, con una consistencia tal que suma más de 30 nominaciones internacionales importantes a la fecha.

Neruda es un trastrueque entre la realidad y la ficción dentro de la vida del escritor y de cara a su propia construcción narrativa. El filme no tiene un orden cronológico lineal: inicia con un poeta afirmado como figura literaria y con una definida carrera política, enfrentándose al gobierno, desde su postura de congresista por el Partido Comunista.

El hombre de las mil caras

Una producción española impecable de Alberto Rodríguez Librero (Grupo 7, Isla Mínima, 7 Vírgenes) con más de treinta nominaciones internacionales y casi igual número de premios. 

Una filigrana detallada y una aventura de espionaje, con un trasfondo histórico y político vendrían a ser el prólogo del vodevil español actual cimentado en la mentira y la corrupción.

Dotada de un exquisito sabor de suspenso policial enriquecido por un manejo inteligente del recurso argumental y técnico. Y en ella, el papel de la música se eleva a la altura de recurso narrativo extremo.

El ciudadano Ilustre

Punzante e irónica obra de Mariano Cohn y Gastón Duprat, (El artista, El Hombre de al Lado, Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo, así como el exquisito documental El asado argentino) coproducción Argentina-España

Esta cinta fue la primera opción a los Premios Forqué de Luis Arambilet, como jurado de los premios, y ganadora del Goya a Mejor Película, cuenta con múltiples reconocimientos internacionales.  

Los dos directores, basados en un guión de Andrés Duprat (hermano de Gastón) para una película que funciona mejor como superficial comedia de enredos, que como mirada crítica a las contradicciones, miserias, hipocresía y cinismo del universo literario y la exploración de muchas veces incómodo lugar del escritor.

Dotada de un humor ácido, buenos diálogos y estampas de sarcasmo de la vida del pueblito, se luce por buenas actuaciones aun cuando la exposición es lineal y de planteamientos que se avistan a la distancia..

Histriónicamente su valor principal es la actuación de Oscar Martínez (Daniel Mantovani), iniciando con su discurso ante la Academia y los reyes de Suecia tras recibir el premio Nobel de literatura, en un exquisito parlamento terminante y revelador de una óptica existencial para la cual el galardón no resulta más que un una misa de cuerpo presente.

Un monstruo viene a verme

Del director Juan Antonio Bayona, coproducción España-Estados Unidos, de una calidad argumental y modernidad en escena excepcional, con más de cuarenta nominaciones internacionales y treinta laudos. 

Se trata de una fábula cinematográficamente impecable, exquisita en sus efectos, notable en su mensaje y de un clima emotivo. Tiene a su favor la avalancha de premios que ha logrado en festivales y certámenes especializados.

Aquarius

Excelente filme del brasilero Mendonça Filho, con similar cúmulo de nominaciones y laudos, incluyendo una nominación a Palma de Oro en Cannes, narra la historia de Clara ( con un descomunal trabajo actoral de Sonia Braga), representando una mujer de 65 años, viuda y con un pasado como prestigiosa crítica musical . La música juega un papel fundamental en todo el relato.

La cinta es una excelente oportunidad de "remake" o adaptación argumental, agregando caras internacionales para acceder a un público amplio de otras cinematografías.

El cine brasilero tiene un público cautivo que satisface la mayoría de las expectativas de taquilla de manera natural, gracias a sus virtudes demográficas.

Julieta

Del Pedro Almodóvar, quizás una pieza más asentada y que se distancia un poco de la firma autoral a que tiene acostumbrado a los espectadores, con más de cincuenta nominaciones internacionales –incluida también dentro de esas nominaciones, una a la Palma de Oro de Cannes 2016.

Drama emocional perfectamente desarrollado, con procesos de intensidad graduados y puntillosos, adornado de actuaciones centrales dignas de estudio. Su fuerte son: guión y actuaciones.

Los jurados, como puede pre-sentirse, tienen un desafío enorme, al momento de definir cuál de estas joyas del cine, será consignada como la mejor película iberoamericana.