SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Álvarez, declaró ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas que no hay, ni podrá haber, una solución dominicana a las dificultades políticas y sociales que persisten en Haití.

Durante su intervención en la reunión de este órgano multilateral, Álvarez abogó por la permanencia en el vecino país de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas (BINUH), instalada hace un año, y por el apoyo de la comunidad internacional para encaminar a esa nación hacia la recuperación esperada por todos.

“El gobierno dominicano hace un llamado a la comunidad internacional a proveer al pueblo haitiano la ayuda humanitaria que tanto requiere y los recursos necesarios para poder invertir en infraestructuras y en la creación de empleos”, agregó el diplomático.

El canciller dijo que nuestro país está sumamente preocupado por la profunda crisis social, económica, sanitaria y política que se vive en la hermana República de Haití, marcada por el estancamiento en la organización de las elecciones legislativas y la falta de consenso sobre una agenda política común que permita romper los impases y definir un nuevo ciclo electoral que la encamine por un sendero de estabilidad duradero.

“Por ello exhortamos a la comunidad internacional a tomar un papel más activo en la organización de este proceso y a extender el mandato de la BINUH, dotándola, además, de los recursos necesarios para su correcto funcionamiento. La BINUH debe facilitar un pacto político amplio en Haití que garantice la celebración de las elecciones legislativas, que es la tarea más urgente”, puntualizó Álvarez en su primera intervención ante el Consejo de Seguridad desde que asumió el cargo de canciller.

Destacó además que el bienestar y el futuro de los pueblos están en manos de sus ciudadanos, por lo que la comunidad internacional, a pesar de ser un soporte adicional y fundamental, no puede generar los cambios necesarios en Haití por sí sola. Es por esto que consideró que es imprescindible la participación activa de la sociedad civil y el liderazgo político haitiano, incluyendo un concurso efectivo de la diáspora.

Apuntó que la frontera compartida por la República Dominicana y Haití implica que los procesos políticos, sociales, sanitarias y económicos de cada país, impactan significativamente en el otro.

“La buena vecindad entre los dos países no puede nunca perjudicar el principio de cumplimiento estricto de la legalidad dominicana e internacional”, señaló el diplomático.

Por otro lado Álvarez reconoció los esfuerzos realizados por el gobierno haitiano para contrarrestar los efectos de la pandemia del COVID-19 en su país bajo el liderazgo de su Comisión Multisectorial COVID-19.

En la reunión del Consejo de Seguridad se conoció el informe sobre Haití, presentado por Helen La Lime, Representante del Secretario General, António Guterres, en el que detalló que la situación política, social y económica de esa nación continúa afectada y empeorada por la pandemia.