31 mar (EFE) "Mi familia lo exige, pues no se precisa ser muy inteligente para saber que somos dirigidos por un grupo sin escrúpulos, incluyendo a la Presidenta de la República", indica el coronel, quien añade que se siente "avergonzado" por esa situación.

Estas duras críticas y denuncias resumen los motivos por los cuales el coronel Adilson Moreira, jefe de la Fuerza Nacional de Seguridad de Brasil, renunció a su cargo.

La renuncia ha estremecido a Brasil y se anunció después de haberse difundido la carta del coronel Adilson Moreira, con duras críticas al Gobierno y a la presidenta Dilma Rousseff.

La renuncia de Moreira, que era uno de los responsables por la organización del operativo de seguridad para los Juegos Olímpicos que se celebrarán en Río de Janeiro en agosto próximo, entre otros asuntos, fue publicada hoy en el Diario Oficial.

Aunque no se aclaran los motivos, el propio Moreira los explicó en una carta que envió hace unos días a otros miembros de la Fuerza Nacional de Seguridad, difundida hoy por la prensa local.

La renuncia coincide con la grave crisis política que atraviesa el país, que mantiene a la presidenta Rousseff al borde de responder a un juicio político con miras a su probable destitución

Moreira sostiene que pasaba por un "conflicto ético, al servir a un Gobierno con tamaña complejidad política" y del cual dijo que "no está interesado en el país, sino en mantener el poder a cualquier costo"

En una nota oficial, el Ministerio de Justicia afirmó que las declaraciones del coronel "son muy graves" y pudieran suponer "una falta disciplinaria y un gesto de deslealtad administrativa", por lo que ha iniciado una investigación que pudiera redundar en algún tipo de sanción.

La renuncia de Moreira ocurre a poco más de cuatro meses de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en los que la Fuerza Nacional de Seguridad tendrá un importante papel respecto a la vasta operación de vigilancia que será ejecutada.

También coincide con la grave crisis política que atraviesa el país, que mantiene a la presidenta Rousseff al borde de responder a un juicio político con miras a su probable destitución. EFE